Pilato pregunta porque no conoce, y porque la apariencia de Jesús no corresponde a su concepto de Rey: ¿Eres tú el Rey de los judíos?.
Cuántos caminos hemos recorrido siguiendo las huellas de Jesús, cuántas veces le hemos oído hablar de su Reino, cuántas veces hemos visto los signos de su reinado, y cuántas veces hemos atendido al testimonio de otros, y seguimos como Pilato, que teniendo a Jesús cara a cara dudamos de su soberanía.
Que Pilato lo pregunte es entendible, es que teniendo a un tipo con esa pinta en frente y saber que lo acusan de declararse rey, no es para menos la duda. Pero que nosotros, sus discípulos, que sabemos que su reino es de otro nivel, que el tipo no es como los demás, que su realeza es la respuesta al proyecto eterno del Padre, donde su realización esta en el amor expresado en acciones concretas: alienta a los pobres, sana a los enfermos, expulsa a los demonios, implanta la justicia, y se entrega sin medida; nosotros que sabemos que su apariencia no es la tradicional, y que sigamos como tontos dudando que es el Rey.
Jesús es el Rey, que nació para ser testigo de la verdad, pero ¿verdaderamente es mi rey? Si es así, entonces no podemos cerrar los sentidos a la verdad, y en un mundo de iguales, marcar la diferencia siendo embajadores de su reino de amor.
Padre Deiby Sánchez
