“Contados y por encargo” salen los panes de jamón a Bs. S 3.600

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De 10 a 15 unidades preparan para una clientela reducida

Peligra la llegada del integrante del plato navideño a muchos hogares venezolanos, por su costo de dos salarios mínimos. Panaderos aseguran que pocos clientes preguntan siquiera su precio

Envueltos en papel de plástico apenas relucen tres panes de jamón encima de la vidriera. Cuatro clientes hacen sus compras en la panadería y solo uno los observa. Aunque no pregunta el precio, el hombre de unos 40 años se lamenta de no poder comprar uno y llevarlo a casa.

Las tradiciones se alejan y el pan de jamón tarda en llegar a casa. A penas en la última semana de noviembre muchas panaderías en Maracaibo terminan su primer lote de panes de jamón. De 10 a 15 unidades preparan para una clientela reducida, con un valor de Bs. S 3.500 y Bs. S 3.600.

“En años anteriores nosotros empezábamos a sacar panes de jamón desde el mes pasado. Hacíamos hasta 2 mil en tres meses. Este año solo hemos hecho para la gente que nos ha encargado, amigos y conocidos, porque el cliente regular de aquí no lo está llevando”, expresa Yenny Guadez, dueña de una reconocida panadería en el sector Amparo.

Según la comerciante los precios de los ingredientes para la preparación del integrante del plato navideño elevan su valor hasta alcanzar dos salarios mínimos. Un saco de harina puede costar de Bs. S 5.000 a Bs. S 10.000, según el proveedor, mientras que el jamón y la tocineta oscilan entre los Bs. S 3.200 y Bs. S 4.200. Las pasitas también superan los Bs, S 3.000 y las aceitunas Bs. S 2.800.

¿Llegará a casa?

En otras de panaderías, al oeste de la ciudad, el acompañante de la hallaca aún no llega en su tamaño original. Los propietarios del negocio decidieron preparar una pequeña tanda de prueba con una presentación mediana a Bs. S 1.800 para presupuestar el monto total de la producción regular.

“Nosotros no podemos vender a pérdida. Es preferible que no se coma pan, a perder”, comenta Ángela Acosta, gerente del área en el supermercado. La mujer asegura que apenas esta semana les llegaron las pasitas y que aún no consiguen las aceitunas.

A dos cuadras, en el mostrador de un Minimarket apenas se observa un solo pan de jamón. Un papel blanco resalta su precio a Bs. S 3.500 con marcador. El cajero asevera que quince panes fueron horneados el pasado viernes y que hasta hoy solo se habían venido cinco.

“¿Quién se va a llevar eso? Si duplica un salario. Yo no voy a poder comprar, si me regala el dueño comeré, sino no”, sostiene el hombre detrás de la vitrina.

En muchos hogares venezolanos algunos rubros del plato navideño dejaron de estar presentes desde hace unos años atrás. Hoy, con una canasta básica familiar por encima de los 82 mil bolívares, la situación no parece ser distinta. Las degustaciones tradicionales lucen ahora como un privilegio que no todos pueden costear.

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