Silvia Mónica Correale ha sido nombrada como la nueva postuladora en la causa de beatificación del “médico de los pobres” venezolano.
La causa de beatificación del afamado laico y médico venezolano, José Gregorio Hernández Cisneros, está tomando nuevos impulsos en la esperanza de que muy pronto suba a los altares y se convierta en un regalo que llene de alegría a toda Venezuela. Sin embargo, cualquier mención acerca del “médico de los pobres” enseguida levanta el entusiasmo, y las inquietudes corren de un extremo al otro en el país bolivariano.
Ocurrió este 13 de diciembre, cuando muchos venezolanos interpretaron que “el Vaticano acaba de autorizar proceso de beatificación de José Gregorio Hernández”. La confusión, posiblemente, se generó por una carta escrita en latín y que fue difundida en las redes sociales informando el nombre de la nueva postuladora de la causa en Roma.
En efecto, lo verdaderamente cierto fue que el cardenal Baltazar Porras Cardozo, administrador apostólico de Caracas y arzobispo de Mérida, designó a la doctora Silvia Mónica Correale, postuladora de la causa de beatificación y canonización de José Gregorio Hernández, en sustitución de Fray Rodolfo Meoli, quien según las disposiciones de la Santa Sede cesó en su cargo al cumplir 80 años de edad.
Desde la vicaría episcopal de medios de la Arquidiócesis de Caracas, se conoció que la noticia fue recibida este 12 de diciembre, por el padre Gerardino Barracchini, vicario episcopal para la santidad de la Arquidiócesis de Caracas, “como un signo prominente del amparo de la Madre de Dios a su Hijo, José Gregorio Hernández, y en favor a los venezolanos que imploramos por su pronta beatificación”.
Destaca la información que “la doctora Silvia Mónica Correale, de origen argentino, es cercana al Papa Francisco y amiga del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano”, lo que avala su designación para llevar adelante este proceso. Con todo, su título de doctora en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Lateranense “no le resta humildad, afabilidad y excelente trato para con todos”.
Correale está inscrita en el Albo de los Procuradores de la Rota Romana. Está formada con diplomados en la Congregación del Culto Divino y es miembro de la Congregación de las Causas de los Santos. “Mujer suficientemente cualificada para llevar adelante tan importante causa porque tiene especial atención a las cusas de América Latina”.
Varios santos latinoamericanos
“Encontramos el exitoso resultado de su trabajo y dedicación en la causa de Santa Laura Montoya, primera santa colombiana y el padre José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote diocesano, primer Santo sacerdote argentino canonizado en Plaza San Pedro (2016), mejor conocido como “El Cura Brechero”.
“Los siervos de Dios, venerables y beatos cuyas causas le han sido confiadas a Silvia Correale muestran variedad de vocaciones y servicios en la Iglesia Católica”, dice la nota enviada desde la vicaría episcopal para los medios de la iglesia de Caracas.
“Encontramos consagrados, solteros o casados, en distintas profesiones, servicios apostólicos y en diversos contextos sociales. Un claro ejemplo es el Siervo de Dios, Antonio Gaudí, Arquitecto de la Sagrada Familia de Barcelona y la Venerable Sierva de Dios Armida Barelli, fundadora de la Universidad Católica Italiana”.
“Encomendamos a la Virgen de Coromoto para que presente ante su Hijo Jesucristo este nuevo y gran esfuerzo que impulsa el Cardenal Baltazar Porras desde Caracas – Venezuela, hacia Roma, junto a su eficiente equipo en la Vicaria Episcopal para la Santidad de la Arquidiócesis de Caracas”, concluye la nota enviada a Aleteia.
Según fuentes allegadas a la Oficina de la Causa en Caracas, se conoció que en esta instancia desde 2016 se han recibido más de ochocientos testimonio de personas que dicen haber sido curadas de manera extraordinaria al pedir la intersección del Doctor José Gregorio Hernández. El correo electrónico: causajosegregorio@gmail.com ha sido el canal para reportar los posibles milagros de Dios a través de la intervención del médico trujillano.
Ramón Antonio Pérez/Aleteia Venezuela