Dos obispos colombianos hacen un balance de la JMJ de Panamá

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Fortalecer la cultura del encuentro

Los prelados resaltaron el espíritu fraterno de las familias que recibieron peregrinos de distintos continentes

“Fortalecer la cultura del encuentro” hace parte de las conclusiones que, para la iglesia colombiana, representa dos grandes retos: derechos humanos y migrantes

“El encuentro con el Santo Padre ha sido un momento de comunión y expectativa de la vivencia de Cristo, un momento para potenciar una Iglesia joven que quiere optar por la vida de Cristo”, ha dicho el obispo colombiano Julio Hernando García Peláez, de la diócesis de Garagoa, quien junto a Misael Vacca Ramírez, obispo de la diócesis de Duitama, hicieron un balance de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Panamá como lo reseña el portal de la Conferencia Episcopal de Colombia.

El obispo de Garagoa, una jurisdicción eclesial ubicada en el departamento de Boyacá –región central de Colombia– ha manifestado que “el papa Francisco de manera especial ha invitado a los jóvenes a cimentar su fe en valores que están centrados en la vida y opción por Cristo y no en las banalidades de este mundo”.

Familias generosas y acogedoras

Además, ha manifestado su agradecimiento a las “familias acogedoras” que recibieron en sus hogares a los peregrinos venidos de los diferentes continentes. “Panamá se ha preparado muy bien para recibir tantos peregrinos del mundo entero, esto ha sido muy importante, creo que nos han dado un gran ejemplo”, subrayó García Peláez.

El obispo de Duitama también coincide en que “las familias que nos han acogido nos han tomado un enorme aprecio y cariño, hemos sentido realmente la fraternidad en la fe, son familias muy queridas llenas de bondad y generosidad”.

Vacca también considera que para los obispos ha sido “un enorme testimonio poder compartir el Evangelio y la alegría de la fe con estas familias que amable y generosamente nos han acogido en sus casas”.

Fortalecer la cultura del encuentro

En cuanto al viacrucis, celebrado en el Campo Santa María la Antigua de Panamá, en el que los peregrinos colombianos participaron en la décima estación evidenciando el drama de los derechos humanos, los prelados colombianos han dicho que fue una invitación a acompañar el drama de tantos jóvenes que llevan “con ellos la Cruz hasta la experiencia de la Resurrección”,especialmente de aquellos que deben salir de su tierra buscando un mejor futuro, como en el caso de los venezolanos, haitianos y centroamericanos.

Misael Vacca recordó que “el Papa invitó a todos los jóvenes a fortalecer y crear la cultura del encuentro, de la solidaridad y del compartir fraterno”, en referencia a los tantos problemas que aquejan a los latinoamericanos, en especial a Colombia, como el terrorismo, migrantes y refugiados, indígenas, ecología, víctimas, violencia contra la mujer, derechos humanos y corrupción.

Vida Nueva