El Papa quiere verificar la voluntad de las dos partes

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En el vuelo de regreso al Vaticano, el Papa confesó que aún no leyó la carta enviada por el presidente venezolano

Sobre la crisis en Venezuela el Papa Francisco se reserva la posibilidad de verificar la voluntad de ambas partes para determinar si existen las condiciones para la mediación. La Iglesia venezolana, que insiste en una solución pacífica, también está dispuesta a intervenir.

El director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, respondiendo a las preguntas de los periodistas sobre la situación en Venezuela, expresó que “el Santo Padre siempre se ha reservado y, por lo tanto, se reserva la posibilidad de verificar la voluntad de ambas partes, verificando si existen las condiciones para recorrer este camino”. La diplomacia se hace en “pequeños pasos” pero con la intención expresa de las partes de querer dialogar. Por lo tanto, el Papa Francisco no carece de claridad cuando es llamado a expresarse sobre lo que está sucediendo en Venezuela, un país fuertemente probado por la crisis humanitaria.

Mediación si así lo solicitan todas las partes

En el vuelo de regreso al Vaticano, el Papa confesó que aún no leyó la carta enviada por el presidente venezolano, pero señaló que es necesario cumplir gestos “facilitadores” para un acercamiento. El primer paso es la petición de ambas partes:

Veremos qué se puede hacer. Pero para que se produzca una mediación, se requiere la voluntad de ambas partes: ambas partes la pedirán. Esta es una condición que debe hacerles pensar antes de pedir una facilitación o la presencia de un observador o una mediación. Ambos partes, siempre.

Refiriéndose al compromiso de la Secretaría de Estado en la crisis venezolana, Francisco no ocultó los pocos resultados alcanzados en el pasado en las conversaciones en Santo Domingo entre gobierno y oposición, mediadas por el ex presidente español Zapatero, representante de Unasur, la Unión de las Naciones Sudamericanas. La diplomacia vaticana también trabajó primero con Monseñor Emil Paul Tscherring, ahora Nuncio Apostólico en Italia y en la República de San Marino, y luego con Monseñor Claudio Maria Celli, una larga carrera en la Secretaría de Estado. “Y allí -dijo Francisco en el vuelo a Roma- nació un ratoncito: nada, humo”.

En Panamá con el pensamiento dirigido a Venezuela

La crisis en Venezuela alcanzó un punto de inflexión el pasado 23 de enero cuando el jefe de la Asamblea Nacional, Juan Gerardo Guaidó Márquez, se declaró presidente interino. Fue el día de la llegada del Papa Francisco a Panamá para la Jornada Mundial de la Juventud. En el Ángelus del 27 de enero, expresó su pensamiento hacia el pueblo venezolano, instando a buscar siempre “el bien de todos los habitantes del país”.

Aquí en Panamá he pensado mucho en el pueblo venezolano, al que me siento particularmente unido estos días. Ante la grave situación que se vive, pido al Señor que se busque y alcance una solución justa y pacífica para superar la crisis, en el respeto a los derechos humanos y buscando exclusivamente el bien de todos los habitantes del país. Los invito a rezar, poniendo esta intercesión bajo la protección de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela.

 Este no fué el primer llamamiento que realizó Francisco. Ya en 2014, con el estallido de la crisis, el Papa envió un mensaje para relanzar el diálogo, hablando del “heroísmo del perdón y de la misericordia”: elementos necesarios para liberarse “del resentimiento, del odio” y para tomar “un camino verdaderamente nuevo”, “largo y difícil, que requiere paciencia y coraje”, “el único -escribió- que puede conducir a la paz y a la justicia”.

Más recientemente, en mayo de 2017, Francisco exhortó, en su carta a los obispos venezolanos, a construir puentes, a resolver los graves problemas del país, expresando “profundo dolor por los enfrentamientos y la violencia” que, según estimaciones recientes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, han costado la vida a 43 personas en los últimos días, y cerca de 850 detenciones.

Un país de rodillas

La situación humanitaria en Venezuela es la gran preocupación de los obispos del país, de rodillas desde hace años a pesar de las importantes reservas de petróleo de las que se disponen. Según la FAO, el 12% de la población está desnutrida y la tasa de desnutrición es la más alta de los últimos 25 años. La ONU estima que alrededor de 2,3 millones de venezolanos han huido del país desde 2015.

Apelación del Card. Urosa por una solución pacífica de la crisis

En una entrevista con Aci Prensa, el Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo Emérito de Caracas, invita a orar por una solución pacífica a la crisis. El domingo 10 de enero se promovió una Jornada de Oración, organizada por las Presidencias de la Conferencia Episcopal Venezolana, la Conferencia de Religiosos y Religiosas y el Consejo Nacional de Laicos, para pedir al Señor “por la paz, por la reconciliación, libertad”. El Cardenal se refirió al compromiso de la Iglesia al lado del pueblo con iniciativas como la “Olla Solidaria”, la distribución de alimentos para los pobres. En 2018, Caritas Venezuela ayudó y atendió a 18.890 niños y 988 mujeres embarazadas. Más de 14.000 personas asistieron a los Días de la Salud y se realizó un seguimiento de la población vulnerable a través de 92 centros de nutrición. Además, se entregaron 1.030 filtros de agua y 4 millones de medicamentos.

Card. Porras: fortalecer la hermandad de los venezolanos

En una entrevista con “Il Fatto Quotidiano”, el Cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida, afirmó que “el país está al extremo”, hay escasez de agua potable, electricidad, medicamentos y alimentos. El administrador apostólico de Caracas subrayó cómo los obispos sienten la cercanía del Papa, “siempre interesado en Venezuela” y constantemente informado sobre lo que está sucediendo. “Lo que todos queremos -subrayó- es fortalecer la hermandad de los venezolanos” que “no quieren abrir una herida que nunca sanará”. “Lo que está en juego -concluyó el cardenal- es una cosa preciosa: la unidad del país”.

Los obispos del país insisten en una solución pacífica

“No queremos un derramamiento de sangre, por ninguna razón al mundo.” Así, en los últimos días, Mons. José Trinidad Fernández, obispo auxiliar de Caracas y secretario general de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), al término de una conferencia de prensa en la que la Iglesia venezolana se expresó una vez más sobre la situación en el país. “Sabemos que el pueblo venezolano es pacífico, que se necesita una solución negociada y pacífica, que respete a todos. El mandamiento ‘no matarás’ es particularmente válido en este momento y éste debe ser un proceso de paz, no de guerra”. “Ciertamente -continuó el Secretario General del CEV- “la nuestra es una petición de diálogo y lo hemos reiterado muchas veces en nuestros pronunciamientos. Un diálogo que debe conducir a esa transición pacífica y a ese cambio político que el pueblo está pidiendo. Un cambio político, para ir a elecciones claras y transparentes”. Además, la Iglesia venezolana sigue señalando la dramática situación de la población, la falta de alimentos y medicinas, “es fundamental abrir el país a la ayuda humanitaria, estamos en una situación dramática, sin precedentes, los niños están desnutridos y faltan los medicamentos básicos, los más comunes”. “Los obispos nos sentimos inspirados -subrayó el prelado- por el reciente Mensaje del Papa para la Jornada de la Paz, en el que habla de la necesidad de una buena política al servicio de la paz. Es lo que estamos tratando de hacer en este momento, en el que el tejido social debe ser reorganizado. No queremos ver más personas detenidas arbitrariamente, niños buscando comida en la basura”.

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