En su mensaje a la Pontificia Academia para la Vida, que celebra estos días un congreso sobre roboética, Francisco pide que “la técnica se humanice”, no que “el hombre se ‘tecnologice’”
El papa Francisco recibió este lunes, 25 de febrero, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano a los participantes en la asamblea plenaria de la Pontificia Academia para la Vida (PAV), que festeja el 25 aniversario de su nacimiento. Tras escuchar la alocución del presidente de esta institución, el arzobispo italiano Vincenzo Paglia, responsable del simposio que se celebra hasta el miércoles en la Santa Sede bajo el lema ‘Roboética: personas, máquinas y salud’, el Pontífice tomó la palabra para advertir sobre el riesgo de que “el hombre se ‘tecnologice’, en lugar de que la técnica se humanice”.
El Papa habló de la “dramática paradoja” que supone el hecho de que cuando la humanidad cuenta con “capacidades científicas y técnicas para obtener un bienestar difundido de manera ecua”, se produce en cambio un aumento “de los conflictos y un crecimiento de las desigualdades”. El desarrollo tecnológico ha tenido un doble efecto: ha permitido al ser humano “resolver problemas que hasta hace pocos años parecían insuperables”, pero también han propiciado la aparición de “dificultadas y amenazas” en algunos casos incluso “más insidiosas que las precedentes”.
El robot es un siervo
Francisco subrayó que el sistema tecnocrático que parece regir hoy tantas relaciones está basado “en un criterio de eficiencia” que no responde a las “más profundas cuestiones” que se plantea el ser humano. “Se corre al final el riesgo de entregar la vida a la lógica de los dispositivos que deciden su valor”, en lugar de ofrecer a la vida “instrumentos que mejoran su cuidado”. De esta manera se acaba llegando a una situación con posibles resultados “nefastos”, en la que la máquina ya no “se guía por sí sola, sino que acaba guiando al hombre”.
Invitando a los participantes en la asamblea plenaria de la PAV a implicarse en el debate público sobre estas cuestiones, el Papa consideró “engañoso” el término ‘inteligencia artificial’. Justificó su postura porque “oculta el hecho que los automatismos siempre permanecen distantes de las prerrogativas humanas del saber y del actuar”. Recordó Francisco que el significado original de la voz ‘robot’ es ‘siervo’, por lo que debe permanecer siempre al servicio de las personas. Perder de vista esta consideración puede ser “peligroso socialmente”.
Vida Nueva