Los Tzeltal se llaman a sí mismos Winik Atel, que significa “Hombres Trabajadores” en su idioma, o como “batzil’op” o “aquellos de la palabra original” que se refieren a la tradición oral Maya
Los pueblos indígenas de México, desde la independencia y después de la Revolución de 1910, no han experimentado un desarrollo equitativo en comparación con el resto de la sociedad.
El pueblo Tzeltal
El idioma tzeltal se concentra en veinte de los 111 municipios de Chiapas, con dos dialectos principales; tierras altas (u Oxchuc) y tierras bajas (o Bachajonteco). La mayoría de los niños son bilingües en el idioma y el español, aunque muchos de sus abuelos son hablantes tzeltales monolingües.
Los Tzeltal se llaman a sí mismos Winik Atel, que significa “Hombres Trabajadores” en su idioma, o como “batzil’op” o “aquellos de la palabra original” que se refieren a la tradición oral Maya. El idioma tzeltal se concentra en veinte de los 111 municipios de Chiapas, con dos dialectos principales; tierras altas (u Oxchuc) y tierras bajas (o Bachajonteco). La mayoría de los niños son bilingües en el idioma y el español, aunque muchos de sus abuelos son hablantes tzeltales monolingües.
El pueblo tzeltal es el que tiene la población más numerosa en el Estado de Chiapas, México. Según informes del gobierno , este Estado ocupa el segundo lugar de marginación a nivel nacional. Tiene 87 municipios con comunidades en la categoría de muy alta marginación, donde reside el 55% de la población chiapaneca.
La misión jesuita de Bachajón
La misión jesuita de Bachajón, 1958, surgió como una respuesta a esa marginación. En la actualidad es un equipo formado por jesuitas, Hermanas del Divino Pastor, laicos y laicas, indígenas y mestizos tzeltales. El objetivo de su labor es lograr la autonomía indígena, compromiso eclesial, desarrollo integral sustentable, interculturalidad y fortalecimiento institucional.
Mons. Samuel Ruiz fue designado Obispo de Chiapas en 1959. Aprendió varias lenguas indígenas, así como impulsó la traducción de la Biblia a las lenguas originarias y la de muchos documentos relacionados con la evangelización. Animó a organizaciones que defendían los derechos humanos, particularmente de los indígenas, así como a las que trabajaban en temas de salud y educación. Fue un gran comunicador y siempre cercano a la realidad humana y espiritual de su diócesis. Hasta el final de sus días, siguió sirviendo a los indígenas y la causa de los pobres. Su lema episcopal fue: “Edificar y plantar”.
Experiencia eclesial y compromiso con la fe y la vida
En el marco del seminario de estudio “Hacia el Sínodo Especial para la Amazonia: dimensión regional y universal, que se realiza en la ciudad de Roma del 25 al 27 de febrero, el P. Felipe Ali Modad Aguilar, s.j., coordinador de la Comisión Diocesana para el Diaconado Permanente, de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas relata el proceso que siguieron los jesuitas, acompañados con la guía pastoral de Don Samuel Ruíz, obispo diocesano en la atención pastoral a la comunidad Tzeltal. Escuchemos las palabras del P. Felipe…