Venezuela tras el “23 F”: ¿Quién resultó emboscado en la frontera?

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Cualquiera diría que lo que sucedió este sábado 23 de febrero no fue casual

La gente está dispuesta a volver a las calles y reivindicar sus derechos.

Cualquiera diría que lo que sucedió este sábado 23 de febrero no fue casual, sino que forma parte del guión que desde el 10 de enero se encuentra en pleno desarrollo. Pero esa parte la escribió la torpeza y la perversidad propias de un régimen en agonía. La razón es simple:  pasar a una nueva fase del conflicto. Y el indicador salta a la vista: ya Juan Guaidó no habla de una única carta, “el quiebre de la FAN”, sino de “todas las cartas”, con lo cual alinea claramente su discurso al del presidente Donald Trump. La gente, hoy comprensiblemente triste, ya no cede espacios al retroceso en la lucha y permanece atenta a instrucciones, dispuesta a volver a las calles y reivindicar los derechos. La escena, hoy, recuerda a Benito Pérez Galdós cuando escribió: “Los españoles salieron a la calle y aún no han regresado”.

Muchos se preguntan cuál será el destino de Guaidó a partir de hoy, si el exilio o la segura cárcel si pone un pie en Venezuela de nuevo. Por lo pronto, anunció su participación en la inminente reunión del Grupo de Lima y su discurso ha arreciado.

Recapitulando

Vale la pena recapitular en algunos hechos acontecidos en las últimas horas y que podrían prefigurar lo que viene. En primer lugar, sin duda alguna, la torpeza infinita del régimen que lo llevó a prescindir del ejército entrenado y mover hacia las fronteras a un conglomerado de fascinerosos armados, paramilitares del ELN y funcionarios policiales especializados en exterminio.

Sin reparar en el tema humanitario – el cual Maduro y sus huestes jamás se han detenido a considerar- el propio instinto de conservación, que tan astutamente han manejado desde el poder y que en parte explica los repliegues tácticos que les han permitido llegar a 20 anos en el poder, debió haber privado y ello explicaba la convicción generalizada de que se permitiría la entrada de ayuda humanitaria.

De hecho, Diosdado Cabello lo dijo la víspera: “entrará la ayuda, más no militares extranjeros”. Pero fallaron los cálculos y la emboscada en que hicieron caer a los voluntarios que acompañaban el paso de los camiones, incinerándolos apenas cruzaron la frontera y disparando contra la gente, se los está engullendo lentamente con este nuevo amargo episodio. No pudieron atisbar la verdadera naturaleza de lo que venía en esos transportes de alimentos: una última oportunidad para llevar la fiesta en paz.

Un cuero seco

Uno presidente venezolano del siglo XIX soltó esta frase: Venezuela es un cuero seco, que si pisas por un lado se levanta por el otro”. Maduro pisó el cuero y se abrió varios boquetes en el fuselaje: en el oriente-sur del país tiene lo que Mons Felipe González, Vicario Apostólico del Caroní, ha denunciado como “una guerra civil”, entre la guardia indígena pemona y las fuerzas del régimen. En el borde occidental del país, como bien lo advierte el Arzobispo de Ciudad Bolívar Mons. Ulises Antonio Gutiérrez Reyes, acechan las “consecuencias muy graves” para el régimen de Nicolás Maduro tras la destrucción de la ayuda humanitaria que ingresó al país.

El experto petrolero José Toro Hardy se preguntó, como cada venezolano:  “¿qué hubiera pasado si ayer el auxilio humanitario pasa en santa paz? ¿No hubiera eso aliviado la presión internacional sobre el régimen? ¿que ganan con asumir la posición miserable que escogieron?”, escribió en su cuenta de tuiter.

La estrategia una vez consumado el estropicio 

Probablemente no ganen nada, más que un poco de tiempo. Recordemos las palabras del presidente colombiano Iván Duque, centradas en la importancia crucial de “registrar y documentar” todo hecho enmarcado dentro de la flagrante violación de derechos humanos: represión, asesinatos, amedrentamientos y destrucción de la ayuda.

De inmediato, el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, cual relator, pormenoriza en cada uno de los hechos ocurridos  en las fronteras con Colombia y Brasil, produciendo una impecable hilación argumental del registro y documentación solicitado por Duque. Acto seguido, anunció la  reunión con el Grupo de Lima y “con el vicepresidente de los EEUU, Mike Pence” para “sumar capacidades” y evaluar “acciones”.

Sumar capacidades es mantener opciones

Pero el énfasis en el “sumar capacidades”, se acompaña de una clara advertencia: “todas las opciones siguen sobre la mesa”, estribillo que Trump repite con ocasión y sin ella.  El Derecho Humanitario Internacional es fundamento para esas “nuevas acciones” que hoy menciona Mike Pompeo, Secretario de Estado estadounidense.  Y si el discurso de Guaidó se mantenía parejo con el de John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de La Casa Blanca, “los invitamos de que abandonen el poder por las buenas”, es previsible que discurso y acciones pasen a ser más rudas.

Recordando a Yamamoto

Muchos sostienen que la dictadura estaba condenada a perder, tanto si permitía la entrada de la ayuda como si lo impedía. Y puede ser cierto, toda vez que su margen de maniobra se les ha cerrado a los mínimos. Pero el error que cometieron ayer –más allá de la perversión de sus crímenes- les coloca en un terreno aún más movedizo que el que pisaban antes. “La destrucción e impedimento de entrada de ayuda humanitaria los deja ahora en un escenario de posible intervención militar con fines humanitarios, lo cual podría terminar de quebrar sus últimos apoyos castrenses”, razona Ramsés Siverio, corresponsal en el estado Bolívar del diario El Universal de Caracas. Es oportuno recordar que Colombia registró, solo ayer, la entrada de 60 efectivos militares activos que decidieron abandonar al régimen y reconocer a Guaidó como su Comandante en Jefe, asunto de no pocos galones en materia de quiebre institucional del estamento militar.

Otra de las graves “patinadas” fue cortar relaciones con Colombia, pues los sitúa en el mismo grupo que los EEUU, con lo que la posibilidad de conflicto armado aumenta. Maduro cree haber conjurado lo que llama “golpe de Estado”, pero en realidad se ha metido en un enrevesado tablero de ajedrez. El senador norteamericano Marco Rubio advirtió que se abrió la puerta a varias potenciales acciones multilaterales que no estaban sobre la mesa hace tan sólo 24 horas, mientras Guaidó pedía a la comunidad internacional tener abiertas todas las opciones para lograr la libertad, lo que no descarta que en cualquier momento pueda solicitar ayuda militar de países hermanos.

En este punto aparece el Almirante Yamamoto en la memoria, quien, luego de Pearl Harbor, pronunció la famosa frase: “Hemos despertado a un gigante”. Lo demás, es historia.

Seguir la cartilla castrista, como se ha especulado, de resistir hasta que se votara este fin de semana el referéndum constitucional en la isla, ha sellado la suerte de Maduro y su régimen, suerte que el cubano –como es usual- se las arreglará para no acompañar.

Crimen de Lesa Humanidad

El IV Convenio de Ginebra (1949) sobre la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra, mencionado por Guaidó en varias ocasiones, si bien es el más cercano a la situación actual de Venezuela, algunos expertos internacionalistas sostienen que sería un proceso en etapas pues corresponde a otras instancias determinar si el caso de Venezuela es una guerra en toda regla.  El mundo apreció con claridad que no se trata de una guerra convencional, sino del conflicto cruento entre un régimen que pasa por encima de los más elementales derechos humanos y un pueblo inerme.

Maduro, al ordenar los actos vandálicos pisó la concha de plátano que lo señala como responsable de crímenes de lesa humanidad. Y resbaló. Pudiendo evitar más leña para su candela, atizó las brasas que le pusieron al frente. Jugada maestra que coloca la lucha en un estadio más duro y decisivo. Fue Maduro el emboscado ayer en la frontera.

Hay tristeza, es verdad. Los venezolanos ya perdemos la cuenta de los horrendos crímenes que hemos presenciado, de las luchas desiguales en que nos hemos visto involucrados. Pero vamos creciendo en capacidades, esas que quiere reunir y fortalecer Guaidó. A pesar de nuestros atribulados tiempos sabemos que las cosas van bien, mucho mejor de lo que aparentan. Dios lleva el guión aunque Su escritura sea derecha con líneas torcidas.

El analista Ramsés Siverio cerró con broche de oro al precisar: “Sin duda alguna. La dictadura pasó de jugar para ganar a jugar para permanecer vivo. En el juego. El rey está acorralado y con poco margen de maniobra. Aún así, no deja de ser peligroso. La precisión y el cálculo siempre son fundamentales para el jaque mate”.

Macky Arenas/Aleteia Venezuela