El Arzobispo de Coro: “Basta de represión ante las manifestaciones legítimas del pueblo”

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Arzobispo de Coro, Mons. Mariano José Parra Sandoval

“Los lamentos de mi pueblo se oyen por todo el país.” Jr.8, 19

El Arzobispo de Coro, Mons. Mariano José Parra Sandoval, el Arzobispo Emérito, Mons. Roberto Lückert León, en unión con todos los sacerdotes y diáconos de nuestra Arquidiócesis, queremos en estos momentos aciagos de nuestro país, acompañar al sufrido pueblo falconiano.

Las situaciones que vivimos en estos momentos constituyen una gran tragedia, que va más allá  de un juego político. Vejación es lo que vivimos todos los venezolanos cuando vemos el progresivo deterioro de los hospitales, el calvario que supone conseguir cualquier medicina, el colapso de casi todos los servicios públicos; es la educación deficiente que se imparte en nuestras
escuelas y liceos. Una gran mayoría de estas instalaciones se encuentran en una deplorable ruina, con muchas deficiencias pedagógicas y sin materiales. A esto debemos añadir el colapso del sistema eléctrico de estos últimos días.

Esta situación está produciendo en nuestra población un profundo desgaste humano, social y psíquico.

El pueblo padece grandes calamidades que le quitan su tranquilidad: luchan por sobrevivir en medio de tantas calamidades. El problema eléctrico no ha venido solo: la falta de luz ha tenido como consecuencia incremento en las fallas de agua, la pérdida de comida, aumento de la delincuencia, falta de efectivo y carencia de puntos de venta, escasez de alimentos, saqueos a
comercios; niños, adolescentes y jóvenes sin clases, suspensión o recorte de horario laboral, etc.

Esta crítica situación no sólo violenta los derechos humanos sino el concepto mismo de lo humano. Estamos a las puertas de un colapso que no sólo implica lo político sino también el ámbito económico y social, alejando al venezolano de poder vivir con calidad. Los servicios públicos no funcionan, hay una falta casi absoluta de comunicaciones, instituciones secuestradas, incremento de la corrupción, etc. Algunos quieren transformar todo en retórica política,
mientras el pueblo se muere de hambre, de falta de medicinas, de mengua.

El apagón de varios días sólo es una de las evidencias de la desidia y de la ineficiencia del gobierno, demostrando de esta manera su incapacidad para resolver los problemas de nuestro pueblo. Mientras el pueblo sufre y muere pareciera que las autoridades sólo piensan en buscar culpables en otras personas y no aceptar su propia responsabilidad.

Lo estipulado en la Constitución como proyecto país nunca se ha cumplido.

Venezuela necesita volver al desarrollo integral, volver a la productividad a través del trabajo digno de sus pobladores. Por el contrario nos encontramos con un gobierno que por cualquier motivo banal decreta días no laborales, llevando al detrimento la productividad nacional. Las instituciones deben estar al servicio de los ciudadanos. Las personas y el pueblo no son esclavos de una ideología y menos de sus líderes.

El proyecto de Dios es que todos tengan vida y ésta en abundancia (Jn.10, 10).

Por esto, estamos conscientes de que Dios ha escuchado el clamor de este pueblo que sufre y está oprimido por la falta de justicia y libertad. Dios no quiere que su pueblo sufra. Quiere que seamos una gran familia donde todos podamos vivir en justicia, paz y amor. Para lograr que nuestra querida Venezuela viva según el Plan de Dios debemos trabajar por la justicia y la
libertad para así alcanzar la paz.

La Doctrina Social de la Iglesia nos enseña que la política debe estar al servicio de la ciudadanía pues es la más alta expresión de la caridad. La política se debe ejercer no para beneficio personal, ni grupal, ni ideológico sino para el bien común de todo el pueblo. Esta hora aciaga para nuestro pueblo también es tiempo de Gracia, es oportunidad para construir un futuro
distinto y en Comunión, es interpelación al compromiso activo del laicado.

“Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre” nos dice el Papa Francisco. Desde el comienzo de la historia de la salvación Dios se nos presenta como “compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad” (Ex. 34,6). Y en medio de este panorama no muy halagador, se convierte el Señor en “fuente de alegría, de serenidad y de paz”. (MV 15)

Por eso, nosotros como pastores de esta Iglesia Arquidiocesana, nos comprometemos a seguir sirviendo al pueblo, a acompañarlos en esta desventura. Caminamos junto a ustedes.

Los invitamos a vivir la solidaridad y la caridad en ejercicio eclesial y recordar en estos momentos las palabras del Papa Francisco: “No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye.

Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio.

Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la
hipocresía y el egoísmo.”(MV 15)

Es necesario e importante poner en el centro de la vida personal, familiar y social a las víctimas que este caos ha generado. Acrecentemos nuestra cercanía con los que más han sufrido el apagón: niños, enfermos, familias, etc.

El Papa Francisco nos llama “a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención.” (MV 15)

De igual manera, consideramos que es necesario, exigirle al gobierno de la nación un cambio sustancial en su desempeño. Tiene que escuchar el clamor de nuestro pueblo, y no puede seguir buscando enemigos externos para justificar los problemas que sufrimos. Las políticas públicas fracasaron.
Apremiante es que el Gobierno dé paso a una nueva forma de hacer política con personas idóneas, capacitadas y éticas y que los militares dejen de jugar a políticos y se pongan del lado del pueblo. Basta de represión ante las manifestaciones legítimas del pueblo. Le pedimos a los Organismos Internacionales de Derechos Humanos que investiguen a profundidad todos los acontecimientos que en estos últimos días se han vivido en nuestra patria y velen por el cumplimiento de estos derechos.

Les llamamos, les urgimos, a que en oración sincera y humilde nos organicemos para luchar contra la cultura de muerte que se ha instaurado en Palacio Arzobispal – Calle Federación c/c Palmasola – Apdo. 7342. Z.P 4101 A Email: arquidioscoro@hotmail.com – Santa Ana de Coro Estado Falcón nuestro país. Por ello, los invitamos para que el próximo sábado 16 realicemos
una Marcha de la Fe por la Paz, la Justicia y la Democracia en Venezuela.

Saldremos de la Parroquia Santísima Trinidad en Bobare hasta la Iglesia Catedral – Basílica Menor de Santa Ana de Coro.

Le pedimos a Nuestra Señora de Guadalupe interceda ante su Hijo Jesucristo para que proteja a este su pueblo falconiano.

Con nuestra bendición,

+Mariano José Parra Sandoval, Arzobispo Metropolitano de Coro

+Roberto Lückert León, Obispo Emérito de Coro

Mons. Robert Medina Lázaro, Vicario General

Pbro. Macrín Bautista, Vicario de Pastoral

Pbro. Alfidio Cadera Gauna, Vicario Judicial

Pbro. Yofrán Chirinos Hiraola, Vicario para la Pastoral Sacerdotal

Pbro. José Alberto Medina Bernal, Vicario para la Vida Consagrada