El Obispo de El Vigía: Esto es “el desgobierno que ha destruido todo a su paso”

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Monseñor Juan de Dios Peña Rojas, Obispo de El Vigía – San Carlos del Zulia

“Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin de los tiempos” Mt. 28,16

Mensaje de monseñor Juan de Dios Peña Rojas, Obispo de El Vigía  – San Carlos del Zulia

A mis hermanos sacerdotes, religiosas, seminaristas, grupos de apostolado, y a todo el pueblo que peregrina en el territorio que comprende la diócesis de El Vigía – San Carlos de Zulia.

El pasado miércoles 06 de marzo, con la celebración del miércoles de ceniza, comenzamos el camino cuaresmal, marcados por la más calamitosa crisis jamás vivida en la historia de Venezuela, y agravada por el apagón nacional que inició el jueves 07 de marzo a las 5.00 p.m., situación que se prolongó por más de 120 horas, y colapsó el ya precario funcionamiento de los servicios públicos, afectando la salud física y emocional de todos los ciudadanos.

Esta situación nos llevó a reunirnos como presbiterio diocesano el día martes 12 de marzo, para poner en común la tragedia que estamos viviendo en nuestras comunidades parroquiales, y buscar caminos que nos lleven a la solución del drama que estamos padeciendo.

Que estamos viviendo

Estamos viviendo un deterioro generalizado, que es el resultado de veinte años de destrucción de la economía, de las instituciones y de la más voraz corrupción jamás vista, que ha impedido la inversión y el mantenimiento de equipos que garanticen el normal funcionamiento de los servicios públicos.

El apagón  que tristemente hemos padecido todos por igual, es la consecuencia del desgobierno que ha destruido todo a su paso y que nunca se ha preocupado del pueblo, sino sólo de sus intereses particulares y de la imposición de una ideología fracasada.

Como pastores, hemos acompañado al pueblo en su justo reclamo, no sólo en estos días, sino desde hace años, y fieles a nuestra misión seguiremos caminando con él todos los días, hasta que sea necesario.

Acompañamos a un pueblo que sufre y que ha sido abandonado por los gobernantes que se han convertido en su mayoría en grandes ausentes. Lo hacemos no como políticos, pertenecientes a un determinado partido, sino como pastores, como ciudadanos que comparten el dolor de su gente.

Somos testigos, porque lo vivimos en carne propia, de la escasez de alimentos y medicinas, de la imposibilidad de comprar lo poco que hay por falta de dinero efectivo o por el colapso de los medios electrónicos, consecuencia del apagón.  Muchas familias han tenido que comerse o compartir lo poco que tenían para no perderlo, y muchos comerciantes ante la posible pérdida de los productos perecederos, tuvieron que vender a bajos precios o repartir la mercancía entre la población.  Esta situación llevó a quiebra a más de uno que no tiene como reponer inventario.

Pero lo más triste e irreparable es la pérdida de vidas de seres humanos que no pudieron ser atendidos en sus tratamientos por la falta de energía eléctrica.

En medio de toda esta tragedia, hemos visto la luz divina a través de la solidaridad de tantas personas, que sacaron a relucir los sentimientos más nobles que nos llenan de esperanza y nos ayudan a entender que no todo está perdido.

Como presbiterio, asumimos  un compromiso activo en favor del pueblo y con nuestra denuncia oportuna, al ser voz de los que no tienen voz, nos hemos  convertido en blanco de amenazas y de abusos de parte de algunos que ostentan el poder político.  Amenazas de posibles agresiones físicas, siembra de estupefacientes, de querernos involucrar en delitos para proceder a juzgarnos penalmente; y abusos de poder como el de prohibir que se nos facilite en las estaciones de servicio de un municipio, el abastecimiento de combustible, porque los sacerdotes no somos autoridad.  Olvidan los que así actúan que nuestra autoridad no viene por un cargo temporal, sino del servicio que prestamos desinteresadamente a nuestra comunidad, porque en la Iglesia, la autoridad se ejerce no para mandar, sin para servir.

Qué hacer

Queremos comunicar a nuestro pueblo que el compromiso de todos los que hacemos vida en esta diócesis de El Vigía – San Carlos del Zulia continúa firme, con la certeza que el Señor nos acompaña “todos los días”, él nunca nos abandona, y como Iglesia local que se prepara para la celebración de las bodas de plata de su creación, seguimos apoyando desde Cáritas iniciativas solidarias a la espera de lograr el anhelado ingreso de la ayuda humanitaria que tanto necesitamos, y continuamos caminando y animando a nuestras comunidades hasta que alcancemos la libertad.

También ofrecemos nuestro servicio en el campo de la formación.  Tenemos que tomar muy en serio la formación de las futuras generaciones de laicos y de políticos en doctrina social, para que juntos trabajemos mancomunadamente en la reconstrucción de nuestro país, y no permitamos que intereses mezquinos sigan estropeando el futuro que nos merecemos.

La mayor riqueza de nuestro país no está en sus recursos naturales, sino en su gente, y tenemos un potencial muy joven, que si logramos canalizarlo bastará para garantizar un futuro prometedor.

Caminemos durante esta cuaresma incrementando la oración personal y comunitaria con la mirada puesta en el Resucitado, su luz vence la oscuridad del pecado, de la muerte y nos ayuda a superar toda esclavitud.  Caminemos junto al que da su vida por amor, y seamos constructores de la civilización donde reine la libertad, la justicia y la paz.

Nos encomendamos a la protección maternal de nuestra patrona Perpetuo Socorro, y extiendo mi bendición a todos, sin excepción, porque todos somos pueblo y nos merecemos un mejor país.

+ Juan de Dios Peña Rojas

Obispo de El Vigia – San Carlos del Zulia