Cardenal Urosa reflexionó en Canadá sobre “las injusticias del poder contra los venezolanos y la actuación de la Iglesia”

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Cardenal Jorge Urosa Savino

El Cardenal Jorge Urosa Savino, pronunció esta homilía el 10 de marzo de 2019, Parroquia de St Michael en Calgary, Canadá.

Mis queridos hermanos: Gracias por estar aquí!  Quiero decirles que me siento muy contento de estar con ustedes, para compartir nuestra fe en Jesucristo, la Santísima Virgen y nuestra vocación a la felicidad en unión con el Señor. Agradezco las invitaciones que me hicieron y que se han concretado en esta celebración, en la cual se pueden unir venezolanos de diferentes parroquias de esta Ciudad.

Quiero expresar mi gratitud al Sr. Obispo de esta Diócesis, S.E. Mons. William McGrattan, por haberme permitido compartir las festividades de esta Parroquia, y por haber expresado su comunión y solidaridad conmigo, con la Iglesia en Venezuela y  con Ustedes, participando ayer en la Misa vespertina. Igualmente agradezco de corazón al Párroco de St. Michael, Rev. Fr. John Nemanic, por su gentil invitación, que ha hecho posible mi venida a Calgary y estar con ustedes en esta solemne ocasión. Esta Parroquia cumple 60 años de existencia, y es motivo de gratitud a Dios, pues es una comunidad y un lugar de encuentro con Dios y de comunicación de los dones de Dios nuestro Señor a tanta gente durante estos 60 años y en el futuro. El P. John ha mostrado gran cercanía e interés por nuestra situación en Venezuela, y ha manifestado su solidaridad con nosotros en varias maneras. Gracias de nuevo, Padre John!!!

Dios nos llama a la conversión

Celebramos esa Misa al inicio de la Cuaresma. Cuaresma es el tiempo litúrgico que nos llama a la conversión, a acercarnos a Dios, a abrir las puertas de nuestros corazones a Jesús, nuestro Divino Salvador.

Hoy, en la segunda lectura se nos recuerda la importancia de escuchar y cumplir la Palabra de Dios, que es palabra de vida eterna! Y en el Evangelio escuchamos el relato del triunfo de Jesús sobre las tentaciones del demonio. Satanás lo invito  a usar su divino poder para conseguir bienes materiales, cambiar piedras en pan… a seguir sus diabólicos consejos tentando a Dios, y a ambicionar reinos y riquezas, lo que podríamos llamar, el poder del mundo, o poder mundano. El tentó a Jesús a  seguirlo y olvidar su misión de mostrar a la humanidad el camino de la salvación, que es adorar a Dios, cumplir su Palabra, amarlo a El sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos. Pero nuestro Señor lo derroto. Lo hizo al no caer en la tentación, pero sobre todo, durante toda su vida, dándole gloria a Dios muriendo por nuestra salvación, y resucitando de entre los muertos. Su resurrección nos asegura que también nosotros superaremos nuestras penas, si permanecemos unidos a Cristo.

También nosotros, queridos hermanos, somos tentados permanentemente por el diablo y sus aliados, a centrarnos en las cosas materiales y olvidarnos de Dios, a caer bajo la fuerza y el control del poder de las cosas del mundo. Por el contrario, Nuestro Señor, en el sermón de la montaña nos invita a seguirlo, a amar a Dios con todo el corazón, a ser la sal de la tierra y la luz del mundo con nuestras obras y palabras.

En esta cuaresma Dios nos llama a la conversión.  Para ello la Iglesia nos propone la práctica de tres actividades muy sencillas: la oración, la penitencia o sacrificio, y la generosidad, especialmente con los más pobres. Los invito, pues a intensificar su vida de oración. Es importante que nosotros los católicos intensifiquemos la práctica religiosa. Especialmente cuando uno se encuentra en una situación nueva, distinta, es cuando más debemos acercarnos a Dios. Los invito a hacer el propósito de participar cada domingo en la Santa Misa, y a rezar en familia, o en grupos de oración. Los invito también a leer más frecuentemente la Palabra de Dios, la Sagrada Biblia, especialmente el Nuevo Testamento, si es posible en grupos de oración.

Además, la Iglesia nos propone el ayuno o la penitencia, es decir, dejar a un lado y abstenernos del mal, en primer lugar, pero también a privarnos voluntariamente  de cosas buenas que nos gusten;  nos invita a hacer sacrificio, para dominar nuestras pasiones y apetencias, y fortalecer nuestro espíritu y voluntad para la lucha contra el pecado.   Nos invita también a ser más generosos, ayudando a los más necesitados. Ustedes tienen ocasión de hacerlo, ayudando a quienes están en Venezuela, o a compatriotas que aquí se encuentran en mala situación Siempre podemos ayudar, dando de nuestra pobreza.

Estamos llamados a ser luz del mundo y sal para la tierra.Ese llamado es un privilegio que todos los bautizados tenemos: ayudar a los demás a encontrarse con Dios, a ir por el buen camino, a ser mejores, a salvar sus almas. Así podremos vencer las tentaciones del demonio y rechazar el poder del mundo, no ambicionar las riquezas y la gloria del poder, que enloquecen a la gente, y que la llevan a cometer graves injusticias contra el pueblo.

La Iglesia y el poder mundano

 Al respecto pensemos en las injusticias del poder  contra los venezolanos bajo el actual régimen político. Y los invito a considerar también la actuación de la Iglesia en este campo

El poder del mundo, la ambición del poder y del dominio de las riquezas se ha manifestado muy frecuentemente contra el bienestar del pueblo. Y también  se ha opuesto siempre al Reino de Dios y a la Iglesia. Comenzando por nuestro Señor Jesucristo, que sufrió las injusticias del gobernador romano y del rey judío, la Iglesia siempre ha estado en tensión con el poder del mundo. Por eso ha habido tantos mártires en la historia. Pensemos en dos santos Ingleses: uno Obispo, San John Fisher  y otro un  jurista y político, el Canciller del Reino de Inglaterra, Sir Thomas More. Ambos fueron asesinados por contradecir la voluntad del Rey Enrique VIII

La Iglesia en Venezuela,  a partir de la independencia, ha estado en conflicto muchas veces con los políticos y gobernantes del país. Pero especialmente a partir de 1999, con Chávez y sus seguidores. Porque ha sido un desafío  para nosotros, y un deber que como Obispos  estamos cumpliendo, sostener y defender la dignidad de la persona humana y los derechos del pueblo, y luchar por la justicia, la libertad, la vida y la paz en nuestra nación.

Permítanme recordar aquí que, cuando la mayoría de los dirigentes de los partidos políticos guardaban silencio en 1999 y 2000, los Obispos venezolanos mantuvimos una actitud crítica con respecto a la Constituyente y a algunos puntos de la Constitución: la defensa de la vida de los no nacidos en contra del aborto: la defensa de la libertad de educación en contra del estado docente; la defensa de la libertad religiosa, la defensa de la propiedad privada. Progresivamente, con una actitud de crítica constructiva, elevamos nuestras voces para indicar que íbamos por mal camino. Señalamos las injusticias cometidas contra la gente del petróleo, entre otras cosas.

Eso nos granjeo los ataques y ofensas del Presidente Chávez y sus seguidores. Recuerden los bochornosos ataques contra el Cardenal Velasco, incluso en su entierro en el año 2003. En muchos documentos los Obispos indicamos los problemas que se estaban generando. Como ejemplo, en unas declaraciones extensas en El Universal del 27 de junio de 2010, yo indique con toda claridad que íbamos hacia una dictadura y hacia la ruina del país… Por eso  Chávez me atraco groseramente en el Capitolio Nacional el 5 de julio por cadena nacional de Radio y TV, y obligo a la Asamblea a interpelarme. Tuve que comparecer ante ellos el 27 de julio, y someterme a 5 horas de ataques contra la Iglesia, contra los Obispos y contra mí. Gracias a Dios, mi exposición sobre la actitud de la Iglesia y mía, y mis respuestas a sus ataques fueron acertadas, y más bien les salió el tiro por la culata.

Los Obispos al lado del pueblo

 En estos años difíciles, hemos estado siempre al lado del pueblo, y  hemos continuado realizando nuestro trabajo primario  pastoral y religioso que es también social. Mantenemos en funcionamiento, a pesar de las dificultades, nuestras parroquias, nuestras escuelas, nuestras casas hogar para niños y para ancianos,  nuestros hospitales y dispensarios parroquiales. Y además recientemente, desde hace ya unos tres años, hemos lanzado un  programa nuevo  de alimentación de emergencia, llamado la Olla Solidaria o comunitaria, para dar un plato de comida caliente, al menos una vez por semana, a un buen número de personas muy necesitadas en muchas parroquias de Caracas y de todo el País. Es solo un grano de arena dadas nuestras limitaciones…

Pero además, hemos mantenido una actitud de crítica y denuncia de los atropellos del gobierno. Porque  aunque no nos parcializamos  por toldas políticas, no somos indiferentes a las necesidades y penurias de nuestro querido pueblo.  Entre otras cosas, hablamos con claridad y señalamos los errores del gobierno en nuestros mensajes y exhortaciones, que publicamos dos veces al año, y cuando la ocasión lo amerita. Igualmente damos oportunamente declaraciones a la prensa.

De manera, pues, que además de nuestro trabajo específicamente religioso cumplimos con nuestro deber como pastores en el campo social y político  porque seguimos a Jesucristo que nos dijo: “el buen pastor da la vida por sus ovejas”. Y En el cap. 25 de San Mateo nos dice: “venid benditos de mi padre: porque tuve hambre y me dieron de comer: tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me recibieron, estuve desnudo y me vistieron estuve enfermo y preso, y me visitaron”!  Esas palabras de Jesucristo nos han impulsado a defender los derechos del pueblo y a condenar las injusticias. Igualmente hemos tratado de indicar caminos, de aconsejar soluciones, de evitar problemas para la gente. Pero esas recomendaciones nuestras no han sido atendidas  por la gente del gobierno.

Y en los últimos tres  años, a través de nuestros mensajes, comunicados y declaraciones se ha fortalecido nuestra critica al gobierno, los cual nos ha ganado el respeto de una gran mayoría del pueblo venezolano. En nuestra exhortación del 9 de enero de 2019 indicamos que la  pretensión de Maduro de continuar en el poder es moralmente inaceptable porque ha conducido el País a la ruina, y  dijimos que la ilegitimidad de las elecciones del 20 de mayo del año pasado abren la puerta al desconocimiento de su autoridad. Y en declaraciones posteriores muy recientes, varios Obispos, entre ellos un servidor, hemos indicado que Maduro debe abandonar el poder.

La situación actual:

La situación actual es muy compleja, y delicada.  En base al art. 233 de la constitución en su condición de Presidente de la Asamblea Nacional, Guiado se ha juramentado Presidente encargado. Muchos Gobiernos del mundo, entre ellos Canadá y Estados Unidos, y la mayoría de los gobiernos de Europa, reconocen a Guiado como Presidente interino de la Republica. Varios Gobiernos han manifestado total apoyo y protección a Maduro, y por eso el Gobierno no lo ha hecho preso. Pero la situación es muy difícil, y será preciso que haya factores internos y externos que convenzan a Maduro a dejar el poder, para evitar derramamiento de sangre y mayor sufrimiento y dolor inmenso al pueblo venezolano.

Que debemos hacer nosotros

Acepte esta cordial invitación que me hizo el P. Nemanic y ustedes, por solidaridad con personas que, como ustedes, sufren las consecuencias y  e injusticias de un gobierno injusto, dictatorial, violento  e ilegitimo que ha conculcado desde hace mucho tiempo los derechos sociales, políticos y económicos del pueblo venezolano. Muchos de ustedes conocen a Mons. Luis Alfonzo Márquez, pues él ha venido varias veces a Calgary. Él me había hablado de la actitud religiosa, positiva, entusiasta de ustedes. Yo he querido venir para acompañarlos, para fortalecer su esperanza y para animarlos a seguir adelante con el corazón en Venezuela.

Nosotros, los venezolanos comunes podemos hacer poco, y a la vez mucho. Mantener una actitud correcto, honesta y veraz, evitando cualquier actitud dolosa o corrupta: Orar por nuestra Patria: participar ayudando en iniciativas de orden político o social.

Los invito a tres cosas muy importantes:

En primer lugar, a sostener e intensificar su práctica religiosa, para conservar su fe en medio de estas penosas circunstancias de lejanía de su tierra, de su familia, de sus amigos…  Es preciso mantener la fe en Dios y la esperanza; abrir nuestros corazones a Jesucristo, que es el camino la verdad y la vida…  Aprovechar la Cuaresma para acercarnos a Dios, salir del pecado, si nos encontramos mal, vivir más intensamente la vida cristiana. Recordemos las palabras del Señor: “el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.

Como el pueblo judío en Egipto y luego en Babilonia se encuentran ustedes en situación de exilio, y el resto de nosotros los venezolanos, en situación de opresión. Pues bien: seamos serenos, sensatos, firmes en la fe, haciendo siempre el bien, y manteniendo sobre todo el amor a Dios. Él nos ayudara a superar las situaciones difíciles.

En segundo lugar: Mantener la unión entre ustedes. Que se busque el bien común, que haya apoyo a los venezolanos necesitados, que haya grupos de apoyo para ello, y que las diferencias de líneas políticas de acción lo los dividan

En tercer lugar: integrarse en las parroquias donde ustedes viven. Para ello,  por supuesto hay que hacerse conocer, frecuentar la Iglesia, ir a Misa los domingos, aportar su colaboración personal a la vida de esas parroquias, y hacer un  buen  trabajo apostólico y social entre los venezolanos.

Conclusión:

Continuemos nuestra sagrada  celebración. Abramos nuestro corazón a Jesucristo, para que él nos llene de su gracia, de su amor y de su luz. Que nos de la paz que no tenemos. Y que vayamos siempre por el buen  camino.  ¡Acojamos su llamado a la conversión!

Que la Virgen de Coromoto interceda por nosotros ante nuestro Señor, para que vayamos por su camino, que es el camino de la vida, de la paz y de la felicidad. Y recemos intensamente a Dios, para que nosotros los venezolanos podamos resolver nuestros conflictos de manera pacífica.

Viva Jesucristo; Viva la Virgen de Coromoto;

Viva la Iglesia; Viva Venezuela.

Reporte Católico Laico