«Hágase tu voluntad», la tercera invocación del Padre Nuestro, tema de la catequesis del Papa Francisco en la Audiencia General del miércoles 20 de marzo de 2019.
“Queridos hermanos: continuamos con la catequesis sobre el Padrenuestro, y lo hacemos reflexionando sobre la tercera invocación: «Hágase tu voluntad» que se une a las dos primeras de este tríptico: «sea santificado tu nombre» «venga tu Reino»”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del tercer miércoles de marzo de 2019, continuando con su ciclo de catequesis dedicadas a la oración del Padre Nuestro.
Dios siempre toma la iniciativa para salvarnos
En su catequesis, el Santo Padre recordó que, es siempre Dios quien toma la iniciativa para salvarnos, y nosotros lo buscamos en la oración, y descubrimos que Él ya nos estaba esperando, la perspectiva de Dios es diferente a la del hombre. “Todo el Evangelio refleja esta inversión de perspectiva. El pecador Zaqueo sube a un árbol porque quiere ver a Jesús, pero no sabe que, mucho antes, Dios se había puesto en camino en su búsqueda. Cuando Jesús llega, le dice: ‘Zaqueo, baja inmediatamente, porque hoy tengo que quedarme en tu casa’. Y al final declara: ‘El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido’. Esta es la voluntad de Dios, aquella que nosotros pedimos que se haga. ¿Cuál es la voluntad de Dios encarnada en Jesús? Buscar y salvar lo que estaba perdido. Y nosotros, en la oración, pedimos que la búsqueda de Dios sea exitosa, que su plan universal de salvación se cumpla”.
La fiel y paciente voluntad divina
En este sentido, el Papa Francisco señala que, Dios no es ambiguo, no se esconde tras los enigmas, no ha planificado el futuro del mundo de manera indescifrable. “Si no entendemos esto – precisa el Pontífice – corremos el riesgo de no entender el significado de la tercera expresión del Padre Nuestro. De hecho, la Biblia está llena de expresiones que nos narran de la voluntad positiva de Dios hacia el mundo. En el Catecismo de la Iglesia Católica encontramos una colección de citas que dan testimonio de esta fiel y paciente voluntad divina (cf. nn. 2821-2827). Y San Pablo, en su primera carta a Timoteo, escribe: ‘Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad’. Esta, sin duda, es la voluntad de Dios: la salvación del hombre, de cada uno de nosotros. Dios con su amor toca la puerta de nuestro corazón”.
El Padre Nuestro, una oración valiente
Por eso, el Santo Padre dice que cuando oramos diciendo “hágase tu voluntad”, no estamos invitados a inclinar nuestras cabezas servilmente, como si fuéramos esclavos. No, Dios nos quiere libres, es su Amor el que nos libera. El Padre Nuestro, de hecho, es la oración de los hijos, que conocen el corazón de su padre y están seguros de su designio de amor. Ay de nosotros sí, al decir estas palabras, levantamos los hombros como signo de rendición ante un destino que nos repugna y que no podemos cambiar. Al contrario, es una oración llena de ardiente confianza en Dios que quiere para nosotros el bien, la vida, la salvación. Es una oración valiente, incluso combativa, porque en el mundo hay muchas, demasiadas realidades que no están de acuerdo con el plan de Dios.
“Aquí, Padre, hay guerra, prevaricación, explotación; pero sabemos que Tú quieres nuestro bien, así que te rogamos: ¡hágase tu voluntad! Señor, subvierte los planes del mundo, convierte las espadas en arados y las lanzas en guadañas; ¡que nadie practique más el arte de la guerra!”
El Padre Nuestro, una oración que transforma el mundo
El Papa Francisco también dijo que, el Padre Nuestro es una oración que enciende en nosotros el mismo amor de Jesús por la voluntad del Padre, una llama que nos impulsa a transformar el mundo con el amor. “El cristiano – precisa el Papa – no cree en un ‘destino’ ineludible. No hay nada aleatorio en la fe de los cristianos, sino una salvación que espera manifestarse en la vida de cada hombre y mujer y realizarse en la eternidad. Si oramos es porque creemos que Dios puede y quiere transformar la realidad superando el mal con el bien. A este Dios tiene sentido obedecer y abandonarse incluso en la hora de la prueba más dura”.
Orar es abandonarse con confianza
Finalmente, el Santo Padre explicó que también Jesús experimentó la angustia y oró en el Getsemaní con confianza y abandono. “Jesús es aplastado por el mal del mundo, pero se abandona confiadamente al océano del amor de la voluntad del Padre. Incluso los mártires, en su prueba, no buscaron la muerte sino la resurrección. Dios, por amor – explica el Pontífice – puede llevarnos a caminar por caminos difíciles, a experimentar heridas y espinas dolorosas, pero nunca nos abandonará. Para un creyente esto, más que una esperanza, es una certeza”.
“Jesús dice: ¿No hará Dios justicia a sus elegidos, que le gritan día y noche? ¿Les hará esperar mucho tiempo? Les digo que les hará justicia pronto”
¡Que a nadie falte el pan cotidiano!
Antes de concluir su catequesis, el Papa Francisco saludó a los peregrinos de lengua española venidos de España y América Latina, en modo particular a la Fundación Manos Unidas de España que, desde el compromiso cristiano en su campaña contra el hambre, busca cumplir la voluntad de Dios para que a nadie falte el pan cotidiano ni lo necesario en sus vidas. “Pidamos al Señor que nuestro testimonio y nuestra oración – invocó el Pontífice – sean el revulsivo para que todos los hombres lleguen al conocimiento de la verdad y se salven. Dios los Bendiga”.