El Papa: “El acceso al agua es un derecho. Se acabe con esta injusticia”

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“No dejar a nadie atrás”, precisa el Santo Padre, quiere decir también tomar conciencia de la necesidad de responder con hechos concretos

Mensaje del Santo Padre al Director General de la FAO, con motivo del Día Mundial del Agua, que este año tiene como tema: “Agua para todos: no dejar a nadie atrás”.

 “El agua es un bien imprescindible para el equilibrio de los ecosistemas y la supervivencia humana, y es necesario gestionarla y cuidarla para que no se contamine ni se pierda”, lo escribe el Papa Francisco en su Mensaje enviado al Director General de la FAO, Prof. José Graziano da Silva, con motivo del Día Mundial del Agua, que se celebra este 22 de marzo, y cuyo tema es “Agua para todos: No dejar a nadie atrás”. Para esta ocasión el Pontífice también ha escrito un tweet en el que dice: “Demos gracias a Dios por la ‘hermana agua’, elemento sencillo y precioso, y esforcémonos para que sea accesible a todos”.

El acceso a este bien es un derecho

El Santo Padre, recordando el eje central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y el lema de esta jornada evidencia que, se percibe en nuestros días cómo la aridez del planeta se extiende a nuevas regiones, y cada vez son más los que sufren a causa de la falta de fuentes de agua apta para el consumo. Por este motivo, afirma el Papa, “no dejar a nadie atrás” significa comprometernos para acabar con esta injusticia. El acceso a este bien es un derecho humano fundamental, que debe respetarse pues está en juego la vida de las personas y su misma dignidad.

Una injusticia que necesita ser sanada

Asimismo, el Papa Francisco afirma que, el trabajo conjunto es esencial para poder erradicar este mal que flagela a tantos hermanos nuestros. Será posible si se unen esfuerzos en la búsqueda del bien común, donde el otro con rostro concreto, tome protagonismo y se coloque en el centro del debate y de las iniciativas. Es entonces cuando las medidas que se adopten tendrán sabor de encuentro y el valor de respuesta a una injusticia que necesita ser sanada.

“Pido al Señor que los trabajos e iniciativas que se lleven a cabo en este Día Mundial del Agua redunden en beneficio de los que sufren por la escasez de este bien”

Educar a las nuevas generaciones

“No dejar a nadie atrás”, precisa el Santo Padre, quiere decir también tomar conciencia de la necesidad de responder con hechos concretos; no sólo con el mantenimiento o perfeccionamiento de estructuras hídricas, sino también invirtiendo en futuro, educando a las nuevas generaciones para el uso y cuidado del agua. Esta tarea de concienciación es una prioridad en un mundo en el que todo es descartable y despreciado, y que no estima en muchos casos la importancia de los recursos que tenemos a nuestro alcance.

Las nuevas generaciones están llamadas — junto con todos los habitantes del planeta, puntualiza el Papa — a valorar y a defender este bien. Es una tarea que comienza con la sensibilización ante aquellas personas que sufren las consecuencias inevitables del cambio climático y de todos aquellos que son víctimas de una u otra forma de la explotación y contaminación del agua por diversos factores. Este desafío de educación generará una nueva visión de este bien, produciendo generaciones que valoricen y amen los recursos que nos da nuestra madre la Tierra.

“Como decía san Francisco de Asís, «el agua, que es muy útil y humilde y preciosa y casta» sirva para sustento y beneficio nuestro y de las generaciones venideras”

El agua no es una mera mercancía

El Papa Francisco recordando que, todos somos artífices del futuro y la Comunidad Internacional con sus decisiones y trabajos está ya invirtiendo en el mañana de nuestro planeta. Es necesario elaborar planes de financiación como también proyectos hídricos de largo alcance. Esta firmeza conducirá a superar la visión de convertir el agua en una mera mercancía, exclusivamente regulada por las leyes del mercado. Por ello, el Papa exhorta al Director General de la FAO, a tener presente a los desfavorecidos de la tierra que nos interpelan para poner remedio a la falta de agua en sus países; nos retan también, desde su miseria y límites, a que demos el valor que merece a este bien indispensable para el desarrollo de todos los pueblos.

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