Maracaibo con un sol inclemente, sin luz y sin agua

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Diversos focos de protesta se desplegaron en varios puntos de la capital zuliana

La sed caldeó los ánimos en Maracaibo. Diversos focos de protesta se desplegaron en varios puntos de la capital zuliana durante el apagón del fin de semana, algunos  en la avenida El Milagro con 5 de Julio, en la circunvalación 2, en Juana de Ávila, Sabaneta, Cerros de Marín, Valle Frío y san Francisco pues los vecinos no aguantaron más la sequía que recrudeció con el tercer apagón que supera las 70 horas.

También en Delicias con prolongación a la Circunvalación 1, al pasar las en las “cuatro esquinas”, los ciudadanos trancaron la vía con quema de cauchos, para expresar su malestar por la escasez de agua y llamar la atención de las autoridades en torno a su súplica de la restitución del fluido eléctrico.

Troncos, bolsas de basura y quema de cauchos y otros objetos, fueron las vías para exteriorizar el desespero en los sectores. Otros, llegaron al extremo, como sucedió  en la Av. Universidad con Delicias, donde  tumbaron un poste para manifestar por la falta de agua.

Y es que la falta del vital recurso es lo que más afecta a los zulianos. “Entre el calor, que nos deshidrata más rápido y la dificultad para tener agua, lo que resta es padecer”, expresó un residente del sector  Belloso. Unas cuantas casas más abajo, el padecimiento se hizo lágrimas, mientras otra vecina, que prefirió no decir su nombre, recordó como tuvo que clamar ante un hospital por un vaso de agua: “Me estaba debilitando y tenía mucha sed, llegué desesperada y pedí un vasito con agua, cuando  lo trajeron y lo tomé, comencé a llorar”.

El día seguía transcurriendo y, acercándose el mediodía, los ciudadanos no paraban: seguían carreteando agua hasta sus casas. En la aguada Santa María, los cisternas hacían “refill” y las camionetas “pick up” surtían a los tanques que trasladaban a sectores aledaños de las parroquias Chiquinquirá, Bolívar y otras comunidades que pudieran abarcar fuera de ese rango.

A un costado de la misma estación, los vecinos hacían una cola que con el transcurrir de las horas se hacía cada vez más larga. Entre 4 y 5 horas dijeron pasar para llenar los recipientes.

 “Mi hermano tiene una infección en una herida que tiene y sin agua no lo podemos curar bien, se puede contaminar más. Tememos que le dé una septicemia, estaba hospitalizado en el ‘Noriega Trigo’ y lo trajimos a la casa porque allá tampoco hay electricidad,  ni planta eléctrica. Tengo         que llegar a hervirle el agua para poder asearlo. Esto es un caos”, sentenció Gabriela Linares, a la espera de su turno para llenar 3 carritos repletos de botellones.

Trascendió que, en horas de la tarde de ayer, saquearon un supermercado en Delicias,  de donde salían los vándalos  cargando con botellones de agua.

Tomado de Panorama