El párroco de Nuestra Señora del Rosario destacó la importancia de transmitir esperanza, convencido de que Dios hará justicia. Tras recordar que la Pascua de Cristo es alegría, llamó a unirse en oración “para que Cristo se lleve las tinieblas de Venezuela y nos traiga y paz”
Carlos Zapata │Reporte Católico Laico
“Dios va a pasar por Venezuela y llevará consigo todo lo oscuro”. Con esta afirmación se dio inicio a las peticiones durante la preparación para vivir el tiempo de Pascua previo al Domingo de la Misericordia, en la comunidad de El Marqués, según indicó el párroco al dar su saludo de la Resurrección de Cristo.
Dijo el presbítero que 2019 “es el año cuando empezarán a retornar quienes se han ido de Venezuela”, y auguró que “volverán a sus casas, en el nombre de Jesucristo”, pues los católicos “somos personas de fe en Dios y debemos alimentar la esperanza”.
Tras recordar que “Pascua es liberación”, sostuvo que para Venezuela es también tiempo de liberación. Dijo en este aspecto que la Pascua de Cristo “nos tiene que liberar de la ceguera, de lo oscuro…”. Agregó que cada día es propicio “para renunciar a las tinieblas, que también ha traído penumbra a Venezuela”.
El católico no es supersticioso
El sacerdote recordó con énfasis que el católico no puede ser supersticioso, por cuanto esto constituye un pecado contra el primer mandamiento, el cual reserva la adoración a Dios y la confianza plena en él sobre todo poder. En tal sentido, dijo que las consultas a cuestiones esotéricas o pretender mezclar catolicismo con santería, espiritismo o palería era un error grave y una clara inconsistencia.
Dijo que a la parroquia de Nuestra Señora del Rosario acude “todos los días viene gente lamentándose por algo relacionado con la situación del país, o porque deben despedir a sus familiares; están deprimidos, tristes”.
Pero sostuvo que “Jesús viene a traer alegría” y por ende nuestra esperanza. Agregó que la “Pascua viene a traer alegría” al país y a cada corazón abierto a Dios. “Así como Cristo se levantó, aplastará las tiranías la perversidad en nuestra nación; y nos traerá paz, libertad, democracia y justicia a Venezuela”.
No obstante, dijo que la libertad nacional comienza por la libertad personal. En este aspecto, llamó a los fieles a liberarse “de todas tristezas, de toda desesperanza… y del miedo, que nos aleja de Dios”.
¡Dios ama a Venezuela!
El sacerdote invitó a llevar “a Cristo en su corazón”, e insistió: “Llévelo con alegría, porque las tinieblas han sido vencidas”. Dijo que “nuestra vida tiene que ser una eterna Pascua” y recordó que los venezolanos “somos un pueblo guerrero; pero con paz, no con resignación. Es un país que “no pierde la moral”.
Dijo que “Dios sigue enviando signos por medio de los cuales nos dice: ¡Estoy con ustedes!”. Por eso, “no queremos muerte ni tristezas”, y es momento de que todos clamemos: “Vida, paz, alegría, amor, esperanza y reconciliación”.
Destacó la importancia de “ser valientes y llevar la alegría de Dios… con las fuerzas de Jesús resucitado”. Llamó a unirse en oración a Dios “para que Cristo se lleve las tinieblas para siempre de Venezuela y nos traiga y paz”, convencidos de que “¡Dios ama a Venezuela!”.