La Iglesia se afianzó en su credibilidad para denunciar ante el mundo la “cruda realidad”, describiendo en un video las carencias y situaciones de injusticia a las que están sometidos los venezolanos.
“Una vez más alzamos nuestra voz contra la violencia venga de donde venga. La violencia no puede ser nunca la forma de solucionar los conflictos sociales que se agravan cada día en nuestra sociedad venezolana. La represión desmedida con saldo de heridos, muertos y detenidos genera mayor violencia”.
Las expresiones están contenidas en la primera parte de un video que desde el 14 de mayo, comenzó a difundir la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), como una forma de denunciar ante el mundo la crisis social, política y económica que se vive en Venezuela.
Entre las dramáticas imágenes se muestran a cientos de jóvenes protestando en las calles, mientras son reprimidos por los cuerpos de seguridad. La intensidad no está únicamente en los fuertes chorros de agua con que los funcionarios represores tumban a los manifestantes; son también las tanquetas militares que como serpientes se mueven de un lado a otro persiguiendo a los jóvenes con el aparente objetivo de arrollarlos.
La tristeza queda centrada en la escasez de comida. Un vertedero de basura reúne a niños, jóvenes y adultos quienes recogen restos de comida. Una señora explica con mucho dolor: “¡De la basura que botan, de que aquí es que comemos!”. El sonido de fondo permite escuchar otras voces que dicen: “¡Hay hambre, hay hambre…!”.
El documental no deja por fuera los sufrimientos de los venezolanos ante la falta de energía eléctrica, mostrando ciudades en las penumbras; o el deficiente trasporte público como el Metro, cuyos usuario tienen que caminar por los túneles cada vez que se producen los apagones. La escasez del agua también es mostrada mediante enormes filas de personas que buscan abastecerse, presagiando insalubridad y más enfermedades.
Finalmente, la guinda de la tragedia, si es que pudiera llamarse así, es la migración forzada, que algunas estimaciones ubican en más cuatro millones de personas que han “huido” del país. El video muestra a migrantes cruzando la frontera hacia Colombia.
“El episcopado venezolano se ha mantenido en defensa del pueblo ante los tantos acontecimientos que le hacen sufrir, por tal motivo han alzado sus voces para denunciar y rechazar las injusticias que día a día dañan a toda la nación así como también la ola de violencia que se ha desatado entre la población”, señalan los obispos en el documental.
La Iglesia también sufre junto a la gente
Para conocer los objetivos en la realización de este video, Aleteia conversó brevemente con el padre Pedro Pablo Aguilar, director del departamento de comunicaciones de la CEV. “Hemos querido dar a conocer ante el mundo la cruda realidad de lo que padecemos los venezolanos, aprovechando los beneficios que brindan las nuevas tecnologías, las plataformas digitales y las redes sociales, entre otros”, dijo.
“El video reitera que el Episcopado Venezolano ha rechazado en todo momento la violencia, hace constantes llamados a la paz, a la libertad, a la justicia, así como a la reconciliación y a la salida pacífica del conflicto que se vive en el país”, afirmó Aguilar.
El presbítero y periodista considera que al estar los obispos en todas las regiones de Venezuela, “viven de cerca la realidad de la gente”, y por tanto, “también sufren con el pueblo de Dios las distintas formas de opresión impuestas a los venezolanos”.
Preocupación por los diputados desparecidos
Una de estas duras realidades la ha vivido el cardenal Jorge Urosa Savino. A siete meses de la muerte del concejal Fernando Albán quien fue detenido por el Sebin, y falleció en circunstancias sospechosas en la sede de ese organismo policial, Urosa dijo estar preocupado con la detención de los diputados Gilber Caro y Edgar Zambrano, ocurridas el 26 de abril y el 8 de mayo, respectivamente. Sus familiares desconocen sus paraderos.
“Yo le pido a Dios que tanto el diputado Edgar Zambrano como su colega Gilber Caro, no vayan a correr con la misma suerte del concejal Fernando Albán, y exijo a las instituciones del Estado Venezolano que esas personas tengan el pleno goce de sus derechos y sean puestos en libertad de inmediato”, expresó el arzobispo emérito.
Urosa denuncia que “en diversas ocasiones” –como el pasado 14 de mayo- “se bloqueó el acceso al Parlamento lo cual es insólito, porque al impedir que sesionen los diputados en su sede propia, se está bloqueando el derecho del pueblo venezolano”.
De esta manera, la iglesia venezolana también enfila baterías contra la violación de los derechos políticos de un grupo de diputados a la Asamblea Nacional, a los el régimen de Maduro autorizó el allanamiento de la impunidad parlamentaria y detención.
MÁS DE 30 DIPUTADOS. “Con estas decisiones queda abolida de hecho la voluntad del pueblo venezolano que libremente eligió a la Asamblea Nacional como órgano del Poder Público de Elección Popular”, dicen monseñor Roberto Lückert, presidente de la comisión de justicia y paz de la CEV, y el presbítero Saúl Ron Brassht.
Según datos recogidos por esta comisión, más de 30 parlamentarios “se encuentran fuera de sus funciones debido a que a algunos se les ha allanado la inmunidad parlamentaria, otros están detenidos o en el exilio, aunado a que no hay representación del Estado Amazonas debido a que sus representantes fueron desproclamados”.
Ramón Antonio Pérez/Aleteia