El Arzobispo Secretario de la Congregación para el Clero, Mons. Jorge Carlos Patrón Wong, visitó recientemente Venezuela para reunirse con seminaristas, sacerdotes y obispos de este país latinoamericano.
Antes de finalizar su visita, el Prelado mexicano que trabaja en el Vaticano lanzó un mensaje de esperanza a los fieles de la Iglesia en Venezuela durante su participación en el programa “Voces de esperanza”, una producción audiovisual de la oficina de comunicación de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV).
“Voy a repetir las palabras del Papa Francisco: que nadie les robe la esperanza. Sean libres para vivir en esperanza, libres para amar, libres para tomar decisiones a favor de Venezuela y muy libres para creer. Creer”, alentó Mons. Patrón Wong.
En esta línea, el Arzobispo destacó que “no hay desierto que no se acabe” y aseguró que “las experiencias en la historia de Venezuela, y también las experiencias personales y familiares demuestran que se puede ir hacia adelante”.
“Han vivido también otras experiencias personales, familiares y nacionales nada fáciles en el pasado, pero Venezuela es grande, muy grande”, exclamó Mons. Jorge Carlos quien explicó que se refería a Venezuela como grande “porque tiene la semilla del Reino, porque tiene la presencia de Dios y tienen el amor de Nuestra Señora de Coromoto”.
“Me encanta, me emociona, escuchar a los venezolanos cantar el himno a Nuestra Señora de Coromoto porque sintetiza el Amor de la Madre que une a sus hijos y nos hace fuertes, fuertemente venezolanos y fuertemente católicos”, confió.
Los sacerdotes que Venezuela necesita
Además, Mons. Patrón Wong destacó tras su reciente visita a Venezuela en donde pudo reunirse con numerosos seminaristas y sacerdotes que “el Reino de Dios está creciendo” y añadió que en esos días tuvo la experiencia de conocer a más “jóvenes seminaristas, sacerdotes de todas las edades y obispos que están decididos a ser presencia de Dios en las situaciones actuales”.
“Cualquier joven, sacerdote y hasta los mismos obispos tenían otras posibilidades, que tal vez sean mucho más cómodas, humanamente comprensibles y justificables, pero es hermoso darse cuenta que tenemos seminaristas, sacerdotes y obispos que desde dentro, desde el corazón, saben, conocen que vale la pena dar la vida y pasar una serie de sacrificios, una serie de incomodidades, pero que están alegres porque están dando su vida para que el Reino de Dios, los valores del Evangelio se vivan en Venezuela hoy”, afirmó Mons. Patrón Wong.
En este sentido, el Prelado agregó que estos seminaristas, estos sacerdotes y también los obispos venezolanos “son muy venezolanos, porque desde Venezuela, en Venezuela, desde su vocación, son los mejores ciudadanos, son los mejores cristianos porque dan su vida, sus potencialidades, sus dones, su vida, por el pueblo de Venezuela”.
“Por eso, cuando uno viene a Venezuela se da cuenta que hay vida, hay juventud, hay sacerdocio, hay vida consagrada, hay fieles laicos que han decidido libremente vivir, desarrollar y entregarse totalmente a Dios en Venezuela, para el pueblo de Venezuela y podemos decir que hay un presente vivo y va a ver un mejor futuro”, expresó el Arzobispo.
Por último, reflexionando sobre la formación actual de los seminaristas y la formación permanente de los diáconos y presbíteros, Mons. Patrón Wong destacó que es necesario ser pastor para las situaciones actuales y para las futuras generaciones.
“El pueblo de Dios y nosotros necesitamos sacerdotes que sean formados integralmente. La gente reza por tener santos y sanos sacerdotes, generosos sacerdotes y esto significa en formación que tengamos seres humanos ‘muy humanos’, muy cercanos al pueblo de Dios, y al mismo tiempo, muy cercanos a Jesucristo, muy espirituales. Hombres de Dios y hombres de su pueblo, que se entregan al pueblo de Venezuela”, concluyó.