Los abuelos de la Casa del Socorro en la Parroquia San Alfonso de Maracaibo, recibieron en el teatrino parroquial a los hermanos de fundación una Plato de Amor, con quienes compartieron, una Eucaristía, un almuerzo y un rato de esparcimiento.
80 abuelitos que son atendidos diariamente en un programa de comedor parroquial, con alegría y agradecimiento recibieron esta visita, “disfrutamos un rico almuerzo y compartimos con los hermanos de esta fundación, que nos han hecho cantar y bailar”, dijo uno de los abuelitos que hasta un texto de su inspiración leyó en agradecimiento.
Fueron muchas las bendiciones recibidas por estos abuelos de la parroquia San Alfonso con esta actividad que se suma a las tantas que realiza esta fundación, creada por un grupo de amigos que busca tender la mano a los que los necesitan, y que llega principalmente a los niños, pero con un trabajo especial con pacientes y sus familiares en las emergencias de los centros de salud de la ciudad.
Así lo explicó la presidenta de la Fundación, Marianela Chourio, al comentar que casi semanalmente se realiza alguna actividad, en algún hospital o sector, la idea es llevar un almuerzo o una cena a las personas de mayor necesidad.
“Con los abuelos de San Alfonso nos sumamos a la labor que realiza el Padre Jesús Colina y su equipo parroquial en la atención diaria de estos abuelos. Nos vamos contentos de haber podido servirles”, dijo Marianela Chourio.
Con la bendición de Dios
En la Misa en padre Jesús Colina agradeció este gesto de la Fundación Un Plato de Amor, a quienes bendijo en un significativo acto, y haciendo alusión a su labor y a lo que señala la liturgia de este día dijo que ser cristiano es vivir en Cristo, y esto supone unas exigencias siempre, no a veces, y no es solo ir a misa o la reunión de nuestros grupos.
En su homilía el Padre Jesús señaló que la salvación es universal. Es un don pero también una tarea que se completa con la propuesta de entrar por la puerta estrecha, para lo cual aconsejó debemos bajarnos, enfrentar las dificultades, humillarnos, bajar de nuestra soberbia. “Ir por la puerta donde nada es fácil, ese es el camino de la salvación. Servir con la mirada puesta en Cristo”.
Invitó a todos según la propuesta de Jesús a “Ser los últimos, no los primeros en aplausos y reconocimientos, sino los últimos en el servicio a los demás. Subir es bajar. Y bajar es subir, dijo haciendo alusión a santa Teresa. La vida Cristiana consiste en bajar, en hacerme siervo para subir y tener un lugar en el reino de los cielos”.
Y concluyó reiterando el agradecimiento a la Fundación Un Plato de Amor, y su deseo de colaborar con la misma en la medida de sus posibilidades en esta obra que realizan.
José R. Espina F.
Fotos: José Daniel Fuenmayor y Eiber Finol
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