Las fallas en el servicio eléctrico, la falta de suministro de agua potable y la escasez de combustible, obligan al gremio comercial a paralizar sus operaciones.
Esto, a pesar de que hace 20 años, la región zuliana tenía todas las condiciones para ser independiente por su gran capacidad de producción instalada.
Este lunes 07 de octubre, el presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela, Ricardo Cussano, declaró que más del 50% del sector comercial zuliano está detenido.
“El estado Zulia tiene zonas que llevan días sin luz. Cuando no hay energía eléctrica, se paran los servicios de conectividad a Internet, se paralizan las bombas para tener agua, los semáforos no permiten tener un tráfico más viable… Lo que vive el estado Zulia es la peor circunstancia del país”, explicó.
A su juicio, los empresarios están atados de manos desde las políticas públicas regionales que en vez de resolver los problemas del empresariado, son represivas que buscan perseguir a la industria privada.
Sobre el salario mínimo establecido según la ley en 40 mil bolívares, aseguró que es insuficiente para que empleados puedan cubrir sus gastos básicos, producto de malas políticas macroeconómicas y la hiperinflación que vive el país.
Por tal razón, para evitar el éxodo de los pocos profesionales que quedan en el país, consideró que “la empresa privada hace rato dejó de pagar salario mínimo. De alguna forma apoya con el pago de bonos, el transporte o la comida, según las condiciones de cada empresario que ha buscado la manera de darle una mejores condiciones de cotidianidad a su talento humano”.
“Hacer de tripas corazón”
Así describió el presidente de Fedecámaras, Ricardo Cussano, al gremio comercial que actualmente trabaja a un 20% de su capacidad instalada. Durante los últimos 20 años, destacó, ha perdido el 60% de las empresas.
A pocos meses de celebrar las fiestas decembrinas, los consumidores carecen de poder adquisitivo para costear los platos típicos como la hallaca, el pan de jamón o la ensalada. Sin contar el estreno navideño y los juguetes para los niños y niñas.
Cussano expresó que el problema no es cuánto se gana de salario mínimo, sino la capacidad de compras que se tiene.
“En el último trimestre del año, el sector turismo contrataba más personal para satisfacer la demanda. Eso hoy no está ocurriendo. El salario del trabajador venezolano hoy no alcanza para comprar absolutamente nada”, enfatizó.
Fe y Alegría Noticias