¡Cielos y tierra, oigan! Escuchen la queja de Yavé:Crié hijos hasta hacerlos hombres, Pero se rebelaron contra mí” (Isaías 1, 2)
La Asamblea Anual del Consejo Nacional de Laicos de Venezuela se dirige a los hermanos venezolanos en medio de esta crisis continuada y agravada que hoy nos ofrece dos vías inaceptables: vivir oprimidos en emergencia humanitaria compleja, condenados a padecimientos de hambre y enfermedad o tomar camino hacia otros países por fronteras de tierra, mar y aire. El éxodo de compatriotas cercano a los 5 millones no se va a detener, hasta tanto no se produzca el cambio político que la nación entera está clamando pacífica pero contundentemente.
1.- Reiteramos nuestra denuncia del gravísimo deterioro en la prestación de servicios públicos básicos de salud y educación, de electricidad y agua potable, de transporte y comunicaciones, que atenta contra la dignidad, la integridad y el desarrollo de nuestro pueblo. Este deterioro está ocasionando pérdidas incalculables de vida y recursos, producto de la ineficiencia del Estado y graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos fundamentales, entre los cuales sobresale el derecho a la vida.
2.- En lo económico, el país registra record mundial de una hiperinflación constante durante más de cuatro años, que actúa como mecanismo exponencial del hambre del pueblo y el robo de un salario digno acorde con su esfuerzo, dedicación y preparación. Las personas que durante toda su vida trabajaron para contar con una pensión o jubilación digna, hoy mueren de mengua con una mensualidad que gira en torno a los cinco dólares.
3.- Esta catástrofe no tiene otra salida que un cambio urgente del régimen que inicie una transición a la democracia. Por tanto, nos unimos a todas las personas de buena voluntad que trabajan por dicho cambio por vías pacíficas y constitucionales. TODOS UNIDOS HEMOS DE TRABAJAR POR LA RECONSTRUCCIÓN Y EL PROGRESO DE VENEZUELA.
4.- Urge promover y apoyar toda iniciativa de reconciliación y pacificación del país. Trabajar con una mirada de amor y de la misericordia que acoge en el perdón, para descartar sentimientos de odio y venganza que sólo traerían más dolor y violencia. La justicia imparcial deberá hacer su trabajo con aquellos que tienen delitos graves cometidos y que seguramente responderán ante los tribunales nacionales y también los internacionales.
5.- Exigimos la restitución del derecho a la libertad de expresión y opinión que permite el sano debate de ideas y el contraste de diversas visiones indispensables en un país democrático como el que anhelamos construir. Queremos un país libre, justo y solidario que con el apoyo de la comunidad internacional y de organismos especializados nuestras fuerzas políticas avancen en la generación y puesta en ejecución de soluciones que permitan superar la crisis, detener el deterioro que nos está llevando a la desintegración de la familia y a la destrucción y muerte de personas.
6.- Reclamamos el derecho de dirimir nuestras diferencias por medio del ejercicio de nuestra soberanía ciudadana, a través de procesos electorales en condiciones de igualdad, transparencia e imparcialidad, en arreglo a nuestra legislación y con la necesaria supervisión de organismos internacionales como la ONU, la OEA y la Unión Europea.
7.- El laicado venezolano dónde quiera que se encuentre, cumpliendo su misión, seguirá salvando vidas, ayudando enfermos y necesitados; y, trabajando por la paz, la reconciliación y la justicia.
8.- ¡No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno! (EG 101). En este momento de oscuridad en el que a muchas personas les parece que todo está perdido, nos corresponde ser luz, cultivar la esperanza activa que implica confianza en Dios, y ratificar nuestro compromiso personal y comunitario con Venezuela.
Imploramos la misericordia de Dios para el pueblo venezolano y la protección de nuestra Madre María de Coromoto, Patrona de Venezuela.
Asamblea Anual CNL 2019
Consejo Nacional de Laicos de Venezuela