Los gestos que están causando escándalo, rabia, desasosiego entre sus detractores internos y externos a la Iglesia católica
Francisco es un papa de gestos que cultivan el mensaje de una Iglesia pobre para los pobres, de puertas abiertas, cercana al pueblo de Dios y que debería concebir el poder como servicio. En ese sentido, en todo su pontificado ha buscado relacionar palabra y gesto. Algo que causa escándalo, rabia, desasosiego entre sus detractores internos y externos a la Iglesia católica.
Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, llaman a los fieles ‘hermanos’ o ‘amigos’ en la fe como llamó Jesús de Nazaret a sus discípulos [Juan 15:14-15], quien rompió esquemas (el statu quo imperante) hace más de 2000 años para abrir el camino a una comunicación/evangelización no violenta y revolucionaria.
El 20 de febrero de 2019, un día antes de la Cumbre anti abusos, Marek Lisinski, quien fue abusado a los 13 años por parte de un sacerdote, encontró a papa Francisco en el aula Pablo VI del Vaticano. ¿Qué hace el Papa? Le besa las manos, un gesto que encierra un universo hecho de perdón sumiso ante el mal cometido por aquellos hombres de la Iglesia que traicionaron a Cristo.
En este sentido, seleccionamos 5 gestos del Papa que han causado malestar a los líderes de la cultura del descarte, de la economía que mata o a aquellos que rinden culto al individualismo y los indiferentes que cultivan el lema: ‘¿para qué? ‘si siempre se ha hecho así’.
El Papa que no ama le besen el anillo
Algunos de esos gestos del líder de la Iglesia en 2019, suscitan estupor y hasta criticas feroces. Por ejemplo cuando Francisco rechazó que algunas personas le besaran el anillo el 25 de marzo de 2019 durante su visita al Santuario Mariano de Loreto en el momento de los saludos a los fieles en la sacristía.
Por lo tanto, podemos considerar que un Papa que denuncia el clericalismo y el servilismo del catolicismo de salón, no concibe que se le bese la mano, que se le reverencie como a un monarca o que sea visto desde lo alto. Luego, explicó en un vuelo papal que quitaba la mano para evitar infecciones a las personas, pues le bañaban con saliva, acto seguido, otra más repetía el gesto.
El Papa a las religiosas: ustedes no son sirvientas de clérigos
La autenticidad que propone Francisco no es neutra, al contrario puede ser incomoda. Porque lo opuesto a la revolución de la ternura es la excesiva pleitesía, los gestos de corte imperial y de Casa Real, incluso contra las mujeres.
Así, el Papa defendió a las religiosas del clericalismo machista y aseguró que las religiosas tienen una vocación de servicio, pero eso no significa que son “sirvientas” de cardenales, obispos o sacerdotes. “Tú no te has hecho religiosa para convertirte en sirvienta de un clérigo”, afirmó en el Aula Pablo VI del Vaticano el viernes 10 de mayo 2019 ante las participantes en la Asamblea Plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales.
El beso en los pies a los rivales del conflicto en Sudán del Sur
“Temblé cuando el Papa nos besó los pies”, dijo el presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir al Parlamento de su país, según Vatican Newsen inglés, el 16 de mayo. El político aseguró que se sorprendió “cuando Su Santidad el Papa nos besó los pies. Fue una bendición y puede ser una maldición si jugamos con la vida de nuestra gente”, dijo el mandatario Kiir al parlamento al referirse al gesto que tuvo lugar durante el retiro especial en el Vaticano por la paz de Sudán del Sur, en abril.
El Papa abre un dormitorio con vistas a San Pietro para 50 personas pobres
Palazzo Migliori, de un posible hotel de 5 estrellas, se convierte en un centro de acogida y dormitorio estable para beneficio de personas sin techo y marginadas con vistas a San Pedro de frente a la columnata. El Papa lo inauguró el pasado 14 de noviembre 2019. El Centro lo administra “Don Corrado”, el cardenal Krajewski, el purpurado de los pobres, limosnero papal.
Se trata de un edificio de 4 pisos, y de 2000 metros cuadrados, donado en 1930 al Vaticano por la familia Migliori (nobles florentinos) y que varias agencias inmobiliarias querían transformar en hotel u oficinas de lujo. Hasta hace unos meses, las hermanas de una congregación religiosa vivían allí. Con el ascensor, Francesco subió a los pisos superiores donde al menos 50 personas pueden dormir y luego se sentó a la mesa con algunos huéspedes sin hogar, muchos de las cuales colaboraron en la renovación del edificio. “Los pobres nos evangelizan”, enseña Francisco.
33 refugiados traídos desde Lesbos a Roma con la ayuda del Papa
Cabe destacar otro gesto casi inadvertido y muy significativo, la ayuda del papa Francisco a favor de 33 personas solicitantes de asilo traídos desde el campo de refugiados de Lesbos a Roma. Mujeres violadas durante la travesía de mal llamado viaje de la ‘esperanza’, mujeres obligadas a matrimonios forzados, niños perseguidos por su etnia y sin futuro. Ellos son los protagonistas detrás de este gesto cumplido en diciembre por Francisco.
Una visión de Iglesia que causa escándalo
Por todos estos gesto y otros más, los fundamentalistas del odio tildan al papa Francisco de herético, populista, encubridor de abusos, culpable de la caída de las vocaciones clericales. Voces críticas piden su renuncia por motivos doctrinales.
Tal vez incómoda la voz de un Sucesor de Pedro que se alza contra “la mundanidad funcionalista” y al orden excluyente, indiferente, establecido, por sociedades limitadas por el consumismo y la homologación cultural y hasta religiosa.
Escandaliza que el líder de la Iglesia denuncie esa “nueva colonización ideológica que busca convencer que el Evangelio es una sabiduría, es una doctrina, pero no es un anuncio, no es un kerygma”, parafraseando a Francisco.
Es posible que cause alergia una Iglesia que discierne usando el corazón, que no se queda paralizada y escucha el “grito de la gente”.
Este año 2020, será un año definitivo para Francisco, 83 años. Pero, con sus gestos, renueva la invitación sin tiempo a discernir el propio lenguaje para combatir el odio, la mezquindad y el prejuicio (30.12.2019, mensaje por el 170 aniversario de la fundación de “La Civiltà Cattolica”).
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