Hoy se celebra por primera vez el Domingo de la Palabra de Dios

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El III Domingo del Tiempo Ordinario del año litúrgico, coincidiendo este año cerca del Día del Diálogo entre judíos y católicos y de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

Fue precisamente el día de san Jerónimo -traductor de la Biblia-, el 30 de septiembre de 2019, cuando el Vaticano publicó la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Aperuit illis, del Papa Francisco, con la que se instituyó el Domingo de la Palabra de Dios, el III Domingo del Tiempo Ordinario, que celebramos hoy 26 de enero.

El viernes 17 de enero tuvo lugar una conferencia de prensa en la Sala Stampa del Vaticano en la que se presentó esta festividad y se dieron detalles de su celebración.

“El Domingo de la Palabra de Dios puede ser esa capacidad del pueblo de comprender la Sagrada Escritura, porque no es sólo un libro es una Palabra, es algo vivo, es algo que toca nuestra vida”, dijo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización durante la conferencia, según recogió Vatican News.

Según Fisichella el Papa ha querido “responder a las numerosas peticiones del pueblo de Dios, para que en toda la Iglesia se pueda celebrar con un mismo propósito el domingo de la Palabra de Dios”. Este Domingo tiene como fin reavivar la responsabilidad que los creyentes tienen en el conocimiento de la Sagrada Escritura y en mantenerla viva.

El presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización señaló también que no puede pasar desapercibido “el gran valor ecuménico que posee este Domingo”. El que se celebre siempre el III Domingo del Tiempo Ordinario del año litúrgico, coincidiendo este año cerca del Día del Diálogo entre judíos y católicos y de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos no se trata “de una mera coincidencia”, aseguró Fisichella, “sino de una elección que pretende marcar un paso más en el diálogo ecuménico, situando a la Palabra de Dios en el centro mismo del compromiso que los cristianos están llamados a asumir cada día”, dijo el prelado según Vatican News.

La celebración del Primer Domingo de la Palabra de Dios comenzará a las 10 de la mañana, cuando el Papa Francisco presida la Santa Misa en la Basílica de San Pedro. En el altar estará colocada la imagen de Nuestra Señora de Knock, patrona de Irlanda, que será traída desde ese santuario por un grupo de fieles encabezados por el arzobispo de Tuam, Michael Neary y el rector del santuario, Richard Gibbons. Al comienzo de la misa tendrá lugar, además, la entronización solemne del Leccionario utilizado en todas las sesiones del Concilio Vaticano II.

Tras la celebración eucarística, el Papa Francisco entregará la Biblia a 40 personas que representan diversos sectores. Fisichella mencionó unos ejemplos: un obispo, un extranjero, un sacerdote, un catequista, alguna persona consagrada, un policía, un guardia suizo, embajadores, profesores, maestros, pobres, periodistas, gendarmes, presos, deportistas, representantes de otras Iglesias como los ortodoxos o los evángelicos, etc… “En resumen, a todos se les entrega la Sagrada Escritura para indicar la atención que estamos llamados a conceder a la Palabra de Dios”, dijo el prelado curial.

Por la tarde, en la Plaza Navona, en la Iglesia de Santa Inés, de 16 a 19 horas, se realizará una lectura continua del Evangelio de Mateo. La elección de este Evangelio se debe al hecho de que es el Evangelio que se leerá los domingos de este año y, por lo tanto, se presta a ser una introducción a la oración y a la meditación que los fieles efectuarán durante el año 2020.

Les dejamos la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Aperuit illis, del Papa Francisco, en la que se establece la festividad de hoy:

Aperuit illis con la que se instituye el Domingo de la Palabra de Dios

  1. «Les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras» (Lc24,45). Es uno de los últimos gestos realizados por el Señor resucitado, antes de su Ascensión. Se les aparece a los discípulos mientras están reunidos, parte el pan con ellos y abre sus mentes para comprender la Sagrada Escritura. A aquellos hombres asustados y decepcionados les revela el sentido del misterio pascual: que según el plan eterno del Padre, Jesús tenía que sufrir y resucitar de entre los muertos para conceder la conversión y el perdón de los pecados (cf. Lc 24,26.46-47); y promete el Espíritu Santo que les dará la fuerza para ser testigos de este misterio de salvación (cf. Lc 24,49).

La relación entre el Resucitado, la comunidad de creyentes y la Sagrada Escritura es intensamente vital para nuestra identidad. Si el Señor no nos introduce es imposible comprender en profundidad la Sagrada Escritura, pero lo contrario también es cierto: sin la Sagrada Escritura, los acontecimientos de la misión de Jesús y de su Iglesia en el mundo permanecen indescifrables. San Jerónimo escribió con verdad: «La ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo» (In Is., Prólogo: PL 24,17).

 INFOVATICANA | 26 enero, 2020