Monseñor Moronta ratifica normas para prevenir el abuso de menores en la Iglesia

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Monseñor Mario Moronta Rodríguez, obispo de San Cristóbal

En línea con el Papa Francisco, el obispo de San Cristóbal establece que ante cualquier denuncia de posibles abusos a menores, será presentada ante las autoridades civiles para que tomen las decisiones correspondientes.

La prevención contra el abuso de menores dentro de la iglesia es una realidad que cada día se aplicará con mayor rigor en Venezuela. El asesinato de un sacerdote por parte un menor de edad, presuntamente, víctima de sus abusos sexuales, ha sido el campanazo de alerta a toda la iglesia, pero la decisión preventiva ya la había adelantado monseñor Mario Moronta Rodríguez, obispo de San Cristóbal (Táchira), donde ocurrió este episodio.

“Al igual que en todas las Diócesis de Venezuela, en la nuestra de San Cristóbal hemos asumido las normativas de la Iglesia Universal para enfrentar los casos de abusos de menores por parte de clérigos. De hecho, se han realizado varias investigaciones que han culminado con sentencia firme; es decir con la dimisión del estado clerical de algunos sacerdotes”, expresó una vez conocido el hecho que estremeció a Venezuela.

Informar a las autoridades civiles

Una de las directrices, tal vez la más fuerte, de las contenidas en la “Carta Pastoral al Presbiterio de San Cristóbal”, que Monseñor Mario Moronta difundió este 24 de enero de 2020, y publicada en el portal Reporte Católico Laico, establece que “cualquier denuncia” será comunicada ante las autoridades civiles.

“A partir de esta fecha, y siguiendo las recomendaciones de la Iglesia Universal, cualquier denuncia que se reciba en caso de posibles abusos de clérigos contra menores, además de realizarse el debido proceso –como se ha hecho hasta ahora- será comunicada a la autoridad civil para su conocimiento y acciones subsiguientes”, ha escrito el prelado.

La decisión denota la intención de prevenir más casos como el ocurrido recientemente, donde la feligresía y el presbiterio tachirense vivieron con intensidad “la desaparición y posterior noticia de la muerte del presbítero Jesús Manuel Rondón Molina”.

También motiva a caminar de la mano con el Papa Francisco y en coherencia con la carta apostólica “Ustedes son la luz del mundo”, cuyo cumplimiento es de carácter universal y entre cuyas normas contempla la obligación para los clérigos y religiosos de denunciar los abusos; y a cada diócesis pide un sistema accesible al público para recibir informes.

Moronta instituye, además, el impedimento a los sacerdotes de “albergar menores de edad en las casas parroquiales”. No obstante, “en caso de necesidad se requiere permiso expreso de los padres y representantes y autorización escrita del Obispo diocesano”.

Y “para que puedan residir otras personas en la Casa Parroquial, aún familiares del Párroco o de algunos de los Vicarios, se requiere el permiso escrito del Obispo diocesano”, ha escrito el también primer vice presidente del Episcopado Venezolano.

En ese orden, recuerda la necesidad de cumplir con todas las normas del Derecho Canónico y de los Estatutos Sinodales de la Diócesis de San Cristóbal, “lo cual forma parte de la promesa de obediencia hecha el día de la ordenación”. Por tanto, de manera rotunda, expresó: “No se puede pensar que las normas se hicieron para transgredirlas”.

Vestir con decencia y sin peinados estruendosos

También ha pedido vestir con decencia y con el distintivo propio del traje clerical.

“No deben mostrar ninguna apariencia mundana que pueda desdecir del ministerio sacerdotal. En esta línea, tanto en la forma de presentarse, como en la forma de hablar se ha de actuar considerándose configurados a Cristo Sumo y Eterno Sacerdote”, expone.

Acentúa que a partir de la fecha de esta comunicación, “se pide a todos los sacerdotes no presentarse con cabelleras largas, ni con formas estruendosas en los peinados y barbas”.

En lo concerniente con los estipendios que se establecen en la prestación de algunos servicios parroquiales, prevalecerá la moneda nacional, indicando que ningún sacerdote puede cambiar el arancel establecido por la Curia y que siempre se actualiza con las indicaciones del Consejo Presbiteral.

“Mientras no se señale lo contrario ningún sacerdote está autorizado exigir ni determinar estipendios en moneda extranjera”.

El obispo de San Cristóbal anima al presbiterio a seguir siendo fieles en el ministerio recibido. “De los momentos difíciles, de los llenos de logros y alegrías, de los dolorosos podemos sacar muchas enseñanzas, porque el Señor mismo nos habla a través de ellos”, expuso en su carta pastoral.

Ramón Antonio Pérez // El Guardián Católico