Con motivo de la difícil situación que se está viviendo, generada por la pandemia global del coronavirus, desde el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), a través de las Conferencias Episcopales del Continente, manifiestan su cercanía a los obispos, sacerdotes, religiosos, laicos comprometidos y comunidades cristianas en general.
Así lo han comunicado desde la presidencia del CELAM, a través de una carta en el día de ayer, 18 de marzo de 2020.
En primer lugar, desde el CELAM se acuerdan de los ministros ordenados, obispos y presbíteros que, como pastores acompañan al pueblo de Dios, ofreciendo diariamente por ellos la Santa Misa, especialmente por los enfermos, les animan a fortalecer creativamente la “cultura del encuentro” a través de los espacios virtuales que hoy permite la tecnología.
Asimismo, se dirigen a los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos comprometidos que acompañan físicamente a los enfermos, las personas sin techo, los migrantes y desean que en su misión samaritana el Señor les proteja y el Espíritu Santo confirme sus gestos concretos de caridad con palabras de fortaleza, consuelo y esperanza.
Tampoco se olvidan de los laicos, a los cuales les expresan su constante oración y agradecen la comprensión en momentos tan excepcionales como el que estamos viviendo. Si bien, en cumplimiento de leyes gubernamentales de las cuales no están exentos, en muchas diócesis se ha debido reglamentar el cierre de los templos. La presencia de Dios no se queda encerrada en los muros de las Iglesias, cada bautizado es un templo viviente donde Dios habita. Animan a hacer de cada hogar una auténtica Iglesia doméstica donde se vive en familia la oración y la caridad cristiana en la ayuda, protección y acompañamiento mutuo.
Por otro lado, acogen las medidas que se están tomando por parte del Estado y tienen como objetivo el bien común y la especial protección de las personas más susceptibles a padecer con mayor rigor, incluso con el riesgo de sus vidas, las consecuencias de este virus.
Recuerdan a las personas que han resultado contagiadas con el coronavirus, especialmente a quienes padecen sus consecuencias de modo más severo, les desean que Jesús sea fortaleza en medio de la debilidad. Están rezando por ellos para que recobren la salud.
Añaden a los operadores de la salud, médicos, enfermeras y demás profesionales, agradecen la entrega que hacen por todos. Con su servicio hacen vida la obra de misericordia de ayudar a los enfermos. Con su oración les acompañan y piden a Dios que les proteja.
Finalmente, les alientan a no perder la esperanza y a poner toda la confianza en el Señor, con el cual podrán superar todas las adversidades que la vida los presente. Les piden invocar a la bienaventurada Virgen María rezando la oración que el Papa Francisco ha compuesto con esta finalidad.
Oración del Papa a la Virgen María
Oh María,
Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del Pueblo Romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección.
Amén.
Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Reporte Católico Laico