Por Alejandro Andrade
Ya estamos cerca de la celebración pascual, para ello debemos prepararnos, tal como lo hizo Jesús con sus discípulos.
En la narración del evangelio del día de hoy, vemos a un Jesús sufriente en espíritu, incluso con más dolor que el físico. Él sabía que uno de los doce, a quienes amaba y había elegido, lo iba a entregar.
Un episodio donde Judas, el traidor, se muestra influenciado por el maligno, preguntando ¿Cuánto me darán si se los entrego?
Cuánto sufrimiento debió pasar Jesús, aun estando sentado con sus discípulas en la mesa. Y con aquel dolor por lo que sabía que pasaría, les comentaba: En verdad les digo: uno de ustedes me va a traicionar.
Y es que para todos fue una sorpresa aquellas palabras, quedando todos desconcertados. No había de otra sino decirse unos a otros: ¿Seré yo? Y no fue sino Judas, en medio de la desesperanza y la falta de confianza hacia Jesús que exterioriza: “¿Soy yo acaso, Maestro? Contestando el Señor: Tú lo has dicho.
Hermanos, ¿crees que Jesús se merecía esa traición? Y ¿qué pasa en estos tiempos con nuestras acciones negativas, que solo hacen que le seamos infieles al Señor, traicionando el más puro amor que tiene para con nosotros? Sin dejar a un lado las veces que traicionamos o vendemos a nuestro prójimo por cualquier mal interés, lo apartamos conduciéndolo a un abismo de odio, tristezas y flagelaciones.
Nuestras calles desoladas hoy a causa de la pandemia mundial nos da pie a darle más sentido a nuestras vidas, llevándola según la voluntad de Dios y siendo fiel a Jesús.
Pidamos a Jesús Nazareno, que limpie con su infinita misericordia nuestras culpas, perdone cada traición hacia él.
¡Dulcísimo Jesús Nazareno, Dios y Redentor mío, que llevando sobre tus hombros la cruz, caminas al Calvario para ser en ella clavado! Yo pobre pecador soy la causa de tu Pasión dolorosísima. Perdóname, ¡oh buen Jesús! Reconozco mis culpas y tu bondad inmensa al borrarlas con tu preciosa Sangre. Sostenme, oh buen Jesús, con tu gracia y condúceme por el camino de tus mandamientos a tu reino celestial. Amén
Alejandro Andrade
Presidente del Comitium de Maracaibo
Legión de María