El arzobispo de Turín preside una celebración con una ostensión extraordinaria a través de la contemplación por los medios de comunicación
La catedral de Turín tenía previsto exponer su reliquia más preciada, la Sábana Santa, a final de año, cuando la comunidad de Taizé ha convocado su encuentro internacional anual de jóvenes. Sin embargo, la situación generada por el coronavirus ha hecho que el arzobispo de Turín, Cesare Nosiglia, haya convocado una ostensión extraordinaria para pedir el fin de la pandemia en la tarde de este Sábado Santo bajo el lema “Más fuertes que el amor”.
El prelado ha presidido una liturgia en la capilla donde actualmente se custodia la Síndone en un lateral de la catedral turinesa. La ostensión no ha sido se ha desarrollado como en las últimas ocasiones en las que se expone a la veneración de los fieles sino que ha permanecido en la vitrina en la que está resguardada aunque se ha podido ver gracias las imágenes distribuidas a las televisiones y las redes sociales. Es la primera vez que desde la seo de Turín se transmite para todo el mundo una celebración de este tipo, aunque en múltiples ocasiones por la peste o el cólera se ha puesto a veneración de los fieles –en ocasiones como este año en esta modalidad privada para evitar el contagio–
El grito de la humanidad
La celebración ha comenzado con la apertura del cofre y la veneración del arzobispo, que ha estado acompañado por el presidente regional del Piamonte, Alberto Cirio –que ha vivido la enfermedad del coronavirus en su propias carnes–, y la alcaldesa de Turín, Chiara Appendino, como representación del pueblo. “En este Santo Sábado, día de descanso en la tumba del Señor, día de espera de su resurrección, nos unimos al gemido de toda la humanidad esperando ser liberado de la pandemia que mata y quita la vida”, en palabras del arzobispo.
En un momento de oración, durante la contemplación, Nosiglia clamó: “Tu cara, tus manos y pies, tu costado y todo tu cuerpo son una fuente de esperanza para nosotros, porque el Amor ha penetrado en la extrema oscuridad del mal y el dolor”. Esta contemplación se detuvo en diferentes partes de la Sábana Santa en función del Crucificado: su rostro, las manos y el costado.
En su meditación, el arzobispo ha propuesto el mensaje de muerte y vida que, al mismo tiempo, ofrece la Sábana Santa a quienes viven la oscuridad de la enfermedad. “Esta imagen única refleja el amor más grande” de Dios que abre a la esperanza a quien cree en la Resurrección. El obispos ha recordado la expresión de Juan Pablo II que dijo que la Síndone es “espejo del Evangelio” en el que podemos mirar y ver reflejada la humanidad que se abre al encuentro con el amor de Dios. Por ello invitó a quienes más sufren la pandemia a dejarse mirar por el Rostro de Jesús, un hombre que entiende la fragilidad en la que surge la Resurrección como palabra definitiva del amor de Dios.
Finalmente, la celebración concluyó con una oración en la que Nosiglia señaló que “experimentamos la fragilidad de la condición humana en la experiencia de esta pandemia por el virus”. Confiando al Señor a los enfermos y sus familias en tantos países del mundo, pidió “ayudar a cada miembro de la sociedad a llevar a cabo su tarea, fortaleciendo el espíritu de solidaridad mutua. Apoyar a los médicos y a los trabajadores de la salud, educadores y trabajadores sociales en el desempeño de su servicio”, añadió. “Líbranos de la epidemia que nos está golpeando para que podamos volver pacíficamente a nuestras ocupaciones habituales y alabarte y agradecerte con un corazón renovado”, concluyó.
Mensaje del Papa
En una carta enviada al arzobispo de Turín, Cesare Nosiglia, el papa Francisco le agradece el gesto que ha tenido al organizar la ostensión en un momento en el que el “pueblo fiel de Dios” es “duramente probado por la pandemia del coronavirus”. “En el rostro del Hombre de la Sábana Santa vemos también los rostros de muchos hermanos y hermanas enfermos, especialmente los más solos y menos cuidados; pero también todas las víctimas de las guerras y la violencia, la esclavitud y la persecución”, señalan.
“A Él nos confiamos, en Él confiamos. Jesús nos da la fuerza para afrontar cada prueba con fe, con esperanza y con amor, con la certeza de que el Padre siempre escucha a sus hijos que claman a Él, y los salva”, implora el Papa. Francisco concluye sus letras ofreciendo su bendición y felicitando la Pascua. Además, en su mensaje en Twitter para la mañana del Sábado Santo el pontífice utiliza una referencia al rostro del hombre de la Síndone.
Vida Nueva