Solidaridad: un triunfo

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Mons. Fernando Castro Aguayo, obispo de Margarita

Mons. Fernando Castro Aguayo, obispo de Margarita: 

“Hay algo más de fondo: aprender que el sentido de la vida es servir. La impronta profunda en cada uno debe ser la solidaridad.”

La pandemia de COVID 19 genera muchas necesidades y hay que atenderlas.

Es necesaria una mayor concientización para extremar las precauciones y evitar el contagio y la difusión del virus. El uso del tapaboca, el distanciamiento social, el aseo de las manos, no efectuar reuniones y otras medidas más, justifican una vigilancia y una exhortación constante. Preocupa muchísimo ver centros urbanos atestados de gente. Probablemente es la necesidad la que impulsa a moverse: la cuarentena social, genera inactividad, con el perjuicio de que mucha gente vive del trabajo diario. Sin embargo, es un sacrificio para el bien de todos.

Mucha gente con diferentes iniciativas y mucho esfuerzo trata de ayudar en lo posible. Hay mucha necesidad de ayuda mutua: hay que auxiliar, la indignidad que genera la ausencia de trabajo, los perjuicios en niños, enfermos, adultos mayores inmersos en una “cadena de calamidades”, deben ser atendidas diligente y generosamente.

Hay algo más de fondo: aprender que el sentido de la vida es servir. La impronta profunda en cada uno debe ser la solidaridad. Si cada hombre o mujer de buena voluntad mira a su alrededor y hace algo “por alguien” y si puede hacer por muchos, mejor, habremos dado un paso adelante, en impulsar el estilo solidario, ajeno a intereses particulares, económicos, ideológicos. Es compadecerse y atender, siempre que sea necesario y posible, el dolor de mi prójimo. Este sería el verdadero trofeo del COVID 19: optar por la solidaridad. Recomiendo leer detenidamente la parábola del Buen Samaritano en el Evangelio de Lucas, Capítulo 10 versículos 25 a 37.

Hay que repensar para comprometernos a un modo de vida en que cada uno sea responsable de sí mismo, de su familia, de su comunidad y del medio ambiente. Pero en medio de tantas necesidades básicas lo primero es mi prójimo, quien tiene necesidad. Es el modo más humano y digno de ser y vivir.

Fernando Castro Aguayo

fcastroa@gmail.com