«Wojtyla, la investigación»: hablan los testigos de lo que hizo… y lo que sigue haciendo hoy

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Hablar de Juan Pablo II no es hablar de historia: él sigue actuando en multitud de personas

Los jóvenes que hoy tienen 20 o 21 años tenían 5 o 6 cuando murió Juan Pablo II. No iban ni a catequesis de Primera Comunión, su Papa de la infancia fue Benedicto XVI. Los de 30 años aún lo recuerdan como el Papa de su infancia y “Papa de los jóvenes”, pero para los veinteañeros es historia antigua.

Esto nos puede asombrar a los que somos algo más mayores: hay ya una generación de católicos adultos, que libremente van a misa, a cursillos prematrimoniales, a grupos de apostolado provida o social, y que oyen hablar de Juan Pablo II como quien oye citar a León XIII, una voz de “otra época”, época del comunismo, la guerra fría, incluso la Caída del Muro, todo eso tan antiguo. Todo lo de antes del smartphone es antiguo.

Y sin embargo, hablar de Juan Pablo II no es hablar de historia: él sigue actuando en multitud de personas, a menudo a través de sus enseñanzas y palabras, pero también a través de su intercesión desde el cielo.

Wojtyla, el nuevo documental lanzado por el equipo de José María Zavala, puede presentar su figura a través de la voz de numerosos testimonios que lo conocieron de cerca, en Polonia, Roma y España, no tanto para el recuerdo agradecido de quienes lo trataron, como para esa nueva generación que necesita que se lo presenten en su relevancia, cercanía y poder intercesor. El documental, de una hora y cuarto, de ritmo ágil y apoyado por la música, adecuada y envolvente de Javier de la Cruz, trata de recoger la vida grande de un hombre grande.

El atentado y la cruz

La película se inicia con el atentado de Alí Agca. El cardenal Dziwisz, que estaba con él durante el tiroteo, recuerda que mientras sangraba “rezaba, ofrecía su dolor por el mundo. Yo le administré la unción de los enfermos”. La camiseta que llevaba ese día, ensangrentada -perdió 3 cuartas partes de su sangre, dice Dziwisz- fue rescatada de un cubo de basura del hospital por una enfermera. Hoy es una reliquia que impresiona.

El cardenal Dziwisz, con el equipo del documental: fue muchos años ayudante personal de Juan Pablo II y le dio la extrema unción al Papa que había perdido tres cuartas partes de su sangre en el atentado

El primer tema que se presenta es el más complicado: la cruz. Él ofrecía su sufrimiento por el mundo, pero muchos ofrecían su dolor por el Papa, incluyendo a Madre Esperanza, la mística italiana, o al mismo padre del director, también en quirófano ese día.

Esa cruz la empezó a vivir el pequeño Karol de niño, cuando perdió a su madre, después a su hermano, y a su padre cuando ya tenía 20 años. Su madre lo había entregado a la Virgen del Calvario, un signo de su intimidad con la cruz. “Juan Pablo II enseñó que el sufrimiento tiene sentido y al final de sus días, ya enfermo y debilitado, nunca se quejó”, constata Dziwisz.

Juan Pablo II, hombre de oración

El segundo rasgo que se nos presenta es la intensidad de su oración. Es algo difícil de capturar en imágenes y el documental se apoya en los testigos. La periodista Valentina Alazraki recuerda que lo vio rezar en su capilla varias veces y quedó impresionada. Quien era su asistente, el cardenal Dziwisz, señala que en su oración personal el Papa “incluso cantaba, y hablaba con Jesús”. Muchas veces se le vio rezando estirado en el suelo, brazos en cruz. Ya lo había hecho de joven, en la Segunda Guerra Mundial.

Hombre de amistad y amigo del humor

La película recoge a continuación escenas en las que el Papa se ríe con payasos, y testimonios de quienes le recuerdan bromear. “Para saber mi salud leo lo que ustedes publican”, les decía a los periodistas. Nos explican que le gustaban las canciones populares polacas, que cantaba gustoso con las masas.

Karol Wojtyla, de excursión con sus discípulos y estudiantes en Polonia: mantuvo sus amistades vivas incluso cuando pasó a Roma como Pontífice

Y aparecen algunos amigos y discípulos suyos. Una de ellas, que fue de excursión con él y otros jóvenes en kayak en 1978, justo antes de ser designado pontífice, detalla que siempre mantuvo el contacto con sus amigos y los jóvenes a los que había formado con acampadas y escaladas en la Polonia comunista. En el campo había más libertad y los espías comunistas no podían seguirles tan de cerca.

Intentos de asesinato y décadas siendo espiado

El documental también enumera los intentos de asesinato previos al de Alí Agca, que fueron al menos 3 (México, Fátima, Karachi…). Los servicios secretos británicos incluso aseguraron que alguien intentó matarle con un paraguas envenenado.

Los que le vigilaron desde que era un simple sacerdote profesor fueron los servicios secretos de la Polonia comunista. Hay 100 carpetas en sus archivos en Polonia que hablan de él. Siendo profesor, los agentes del régimen anotaban, preocupados, que congeniaba con los jóvenes y les daba “ideas religiosas”. Más tarde, como obispo, veían que era un “gran organizador”. El documental demuestra la meticulosidad con que querían documentarse los agentes sobre su ropa, horario, hábitos… Durante 20 años los agentes intentaron -sin éxito- atribuirle un romance con una viuda pobre a la que ayudaba.

Juan Pablo II contra el demonio

El cardenal Dziwisz señala que fue testigo personal de cómo Juan Pablo II participó en dos exorcismos. Uno, explica, fue con una madre de familia joven, de 26 años, que incluso sin verlo, sólo al acercarse él por el edificio, ya reaccionó con violencia. La periodista Alazraki cuenta con declaraciones del ya difunto exorcista Gabriel Amorth que le vio atender a una (probable) posesa justo después de una de sus audiencias de los miércoles.

Javier Luzón, en su tarea como exorcista, ha recurrido a la intercesión de Juan Pablo II y nota sus efectos

Javier Luzón, que durante años ha sido exorcista de la diócesis de Madrid, lleva en su estola una reliquia de Juan Pablo II y da testimonio de que cuando se menciona su intercesión en exorcismos “la persona afectada se retuerce especialmente”.

Juan Pablo II, Papa de la Familia

El documental no entra en las encíclicas que promulgó el Papa, su estrategia diplomática o las entidades que alabó y apoyó. Es todo él testimonial. Shawn Carney, impulsor de 40 Días por la Vida, explica que se hizo provida, de adolescente, cuando vio a Juan Pablo II hablar con firmeza al presidente Clinton y decirle que el nivel de un país se mide por su trato a los más vulnerables, incluyendo los niños por nacer.

José Calderero, periodista de Alfa y Omega, explica que su bebé, según los médicos, debía nacer con gravísimas deformidades en órganos internos, y los médicos les ofrecieron abortar. Él y su esposa, aferrados a una estampa con reliquias del Papa, ya canonizado, “imponiendo las manos en la tripa”, rezaron por el bebé, que nació con sólo un problema de riñón y hoy es un niño sano y feliz,

Milagros y sanaciones

El milagro que permitió canonizar a Juan Pablo II en 2014 fue la curación de Floribeth Mora, de Costa Rica, que sufría un aneurisma cerebral. El postulador, Slawomir Oder, detalla que ella se quedó dormida viendo un reportaje sobre su beatificación. Se desveló y escuchó una voz con la famosa frase del Papa: “No tengas miedo”. Empezó a hacer vida normal asombrando a los médicos, que la estudiaron y constataron una “restitución íntegra” en el cerebro de esta madre y abuela. “Es como si le creciera una pierna a un amputado”, compara Oder.

El director, J.M.Zavala, con el padre Oder, que como postulador de la causa de canonización de Juan Pablo II ha leído infinidad de testimonios de gracias, milagros y curaciones atribuidas a él

Ante las cámaras habla Loreto Camacho, explicando una curación que experimentó en 2007, cuando, con los pulmones encharcados, debían operarla con riesgo de muerte. “Vi un túnel con luz al fondo, yo rezaba a Juan Pablo II…”

El Padre Doñoro, misionero español en el Amazonas que cuida a muchos niños en su Hogar Nazaret, recuerda que unos mafiosos le rodearon en Puerto Maldonado y le estaban dando una paliza con intención de matarlo. “Yo oré a Juan Pablo II y no sé qué pasó que me dejaron vivo y salieron corriendo”. Doñoro siempre lleva una pequeña reliquia del Papa en su casulla.

El padre Doñoro, misionero, atrajo la atención de las mafias del Amazonas… Juan Pablo II le ayudó

La mirada del Papa

Varios testimonios demuestran que su mirada era muy especial, y cada persona que se encontraba con ella sentía que le miraba a él. Hay gente que se convertía al visitarlo en audiencias. Tenía una presencia especial, una cercanía humana pero a la vez, para muchos, traslucía la mirada de Dios.

El documental durante casi una hora y cuarto deja hablar a los numerosos testigos. Sólo al final le deja hablar a él, a su protagonista, el Papa, en uno de sus discursos en español de sus primeros viajes a España, llenos de fuerza, con una oratoria potente, con énfasis y silencios de declamación intensa. “Sí a Dios, sí a Jesucristo, sí a la Iglesia, sí a la fe y el compromiso que encierra…” , truena su voz.

Y para finalizar, ante la imagen del Cristo de la Divina Misericordia, su leit-motiv, en su voz, en español, rotundo: “No tengáis miedo de mirarlo a Él, mirad al Señor y observaréis el rostro de Dios”.

El espectador del documental Wojtyla, por distanciado que sea, no podrá sino admitir, ante tantos testigos transformados, que fue un hombre que tenía, como mínimo, algo especial.

Próximo estreno ONLINE, el 8 de Mayo