José Manuel Hernández forma parte del inmenso grupo de instructores que el movimiento educativo Fe y Alegría tiene en los distintos Centros de Capacitación Laboral (CECAL) en el país.
El maestro José llegó a Fe y Alegría en el año 1999 y es uno de los primeros facilitadores que fundó el primer Centro (piloto) de Capacitación Laboral en estado Lara, el “Cristo Rey”, ubicado en la populosa comunidad “La Municipal”, al oeste de Barquisimeto.
Ya tiene 21 años trabajando como instructor en el área de electricidad. Dicta cursos a los miembros de la comunidad y actualmente es facilitador de las áreas de matemática y física con el Instituto Radiofónico Fe y Alegría.
“TRABAJO EN FE Y ALEGRÍA PORQUE ES UNA GRAN ESCUELA, PORQUE APUESTA A LA EDUCACIÓN DE LAS PERSONAS QUE NECESITAN SER FORMADAS Y CONVERTIRSE EN LOS PROFESIONALES QUE NECESITA ESTE PAÍS PARA AVANZAR Y CONSTRUIR LA VENEZUELA QUE QUEREMOS.”
Por su taller han pasado varias generaciones de jóvenes y adultos que inicialmente desertaron del sistema educativo formal y que tras su paso por CECAL, actualmente se encuentran aportando su granito de arena.
“Los jóvenes no solo necesitan aprender un arte o un oficio, también necesitan ser formadas en valores y principios”, dije José.
Él, al igual que muchos maestros de Fe y Alegría, dedica 8 horas diarias y 40 horas semanales en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Incluso, en algunos momentos, asegura que dedica tiempo extra para intercambiar algunos saberes con los muchachos, aclarar dudas y conocer sus necesidades.
A pesar de su vocación de servicio y compromiso, el maestro José Manuel no escapa de las situaciones adversas. Actualmente no cuenta con las condiciones y materiales completos para poder garantizar una educación de calidad a los muchachos de la comunidad.
“En años anteriores teníamos los insumos, ahora carecemos de materiales para enseñar y en algunos momentos me veo en la necesidad de sacar de mi propio bolsillo para comprar los materiales; me ha tocado comprar pintura al frío, papel bond, marcador de pizarra, papel crepé y hasta comprar bombillos para explicar los circuitos eléctricos”, relata.
Su ingreso mensual es de 1.200.000 bolívares, que se dividen en dos quincenas de 600 mil bolívares cada una. Un sueldo que no le alcanza ni siquiera para costear su alimentación básica y los bienes necesarios para sobrevivir. No tiene cómo afrontar una enfermedad o cualquier imprevisto
Cuando recibe la quincena, trata de estirar el dinero, buscar los mejores precios y hacer un esfuerzo para que esos recursos medio le alcancen. En algunas ocasiones se rebusca reparando electrodomésticos gracias a sus conocimientos.
“Con la última quincena, compré 200 mil de queso, 200 mil de carne molida y 220 mil en unas verduras. Ahora tengo que esperar hasta el último de mes o buscar otra cosa que hacer para tener otro ingreso“, manifiesta.
A pesar de su disposición y ganas, a veces no tiene ni siquiera para pagar el pasaje para llegar a su centro educativo o cómo comunicarse con sus estudiantes. Por lo que en varias ocasiones, le ha tocado irse a pie para poder dar sus clases
“Para cumplir con mi labor educativa, se me ha complicado comunicarme con los estudiantes, que son el futuro del país. Me ha tocado irme a pie hasta el centro educativo. Lo hago por necesidad que tienen esos chamos de educación”, agrega.
Exige al Gobierno Nacional que reconozca la labor y la misión de los maestros del país. Que los tome en cuenta y apruebe salarios dignos acorde a la realidad y que asuma su responsabilidad.
“QUEREMOS QUE EL GOBIERNO RECONOZCA NUESTRA LABOR, NUESTRA MISIÓN. ESTAMOS FORMANDO EL FUTURO QUE VA ECHAR ESTE PAÍS PARA ADELANTE. QUE NOS TOMEN EN CUENTA CON SALARIOS DIGNOS Y ACORDES A LAS NECESIDADES QUE TENEMOS.”
El facilitador de CECAL, Jose Manuel Hernández, hace un llamado a los docentes de Fe y Alegría a que no escatimen esfuerzos de seguir adelante a pesar de las adversidades que se están viviendo.
Fe y Alegría Noticias
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