El Papa Francisco pide a misioneros difundir el Evangelio “con ardor”

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El Papa explicó que la encíclica Laudato Si’ (2015) no la escribió solo, contó con el apoyo de un equipo de “científicos, un equipo de teólogos”.

El Papa Francisco hizo un llamado a difundir el Evangelio “con ardor”, recordando que la misión está inspirada por el Espíritu Santo y se sustenta en el servicio al Pueblo de Dios.

Así lo afirmó el Pontífice en un mensaje dirigido este jueves 21 de mayo a los miembros de Obras Misionales Pontificias (OMP), en cuya asamblea general anual tenía proyectado participar pero que se ha cancelado debido a la pandemia de coronavirus.

En el mensaje, el Papa recomienda a los misioneros acudir a la misión “con ardor”. “En el camino que os espera hay mucho que hacer”.

El Santo Padre insistió en que en la misión de la Iglesia se acoja y se reconozca “la obra real y eficaz del Espíritu Santo” porque, de no ser así, las palabras de la misión se convertirían “en una especie de discursos de sabiduría humana usados para auto glorificarse o para quitar y ocultar los propios desiertos interiores”.

Francisco argumentó que “la salvación es el encuentro con Jesús”, y no “la consecuencia de nuestras iniciativas misioneras, ni siquiera de nuestros razonamientos sobre la encarnación del Verbo”.

Insistió en que es el Espíritu Santo “el que suscita y anima la misión”, y el que le da sus rasgos distintivos “que hacen del anuncio del Evangelio y de la confesión de la fe cristiana algo distinto a cualquier proselitismo político o cultural, psicológico o religioso”.

Esos rasgos distintivos son, según detalló el Papa en su mensaje, que es un anuncio “atractivo”, que se basa en la “gratitud y en la gratuidad”, que se anuncia desde la “humildad”, que busca “facilitar, no complicar”, que busca la “cercanía en la vida cotidiana”, que concede “el ‘sensus fidei’ (instinto de la fe) al Pueblo de Dios”, y que tiene “predilección por los pequeños y por los pobres”.

Invitó a desarrollar los talentos, algunos fundacionales, otros adquiridos con el tiempo, de las Obras Misionales Pontificias, como su espontaneidad, su sustento en la oración y en la caridad como vías para crecer, su gratuidad o su estructuración como una red capilar extendida por todos los continentes.

Asimismo, pidió evitar algunas tentaciones, como la auto referencialidad, el ansia del mundo, el elitismo, el aislamiento del pueblo, la abstracción o el funcionalismo.

Además, ofreció a los miembros de Obras Misionales Pontificias una serie de consejos. El Papa les sugirió custodiar o redescubrir “la inserción de las OMP en el seno del Pueblo de Dios”.

“Encontrar el modo en el que la estructura esencial de las OMP siga unida a las prácticas de la oración y de la colecta de recursos para las misiones”.

“En la oración, pedid primero que el Señor nos disponga a discernir las señales de su obrar, para después indicárselas a todo el mundo”, recomendó Francisco.

Recordó que “vuestra acción no se puede ‘esterilizar’ en una dimensión exclusivamente burocrática-profesional. No pueden existir burócratas o funcionarios de la misión”.

Les pidió “sustraeros de las insidias de los replegamientos autorreferenciales y a salir de vosotros mismos en el seguimiento a Jesús”.

Sobre la colecta de recursos para ayudar a la misión, señaló que “puede ser ciertamente aconsejable, y aún más oportuno, utilizar con creatividad incluso metodologías actualizadas de búsqueda de financiaciones por parte de potenciales y beneméritos patrocinadores”.

Con respecto al uso de las donaciones recibidas, “discernid siempre con un apropiado ‘sensus Ecclesiae’ la distribución de los fondos, para sostener las estructuras y los proyectos que, de distintos modos, realizan la misión apostólica y el anuncio del Evangelio en las distintas partes del mundo”.

“Tened siempre en cuenta las verdaderas necesidades primarias de las comunidades y, al mismo tiempo, evitad formas de asistencialismo que, en vez de ofrecer instrumentos al fervor misionero, acaban por entibiar los corazones y alimentar también dentro de la Iglesia fenómenos de clientela parasitaria”.

También pidió que no se olviden de los pobres. Subrayó que “en el trabajo de las OMP, conviene no llevar cargas pesadas; conviene custodiar su perfil variado y su referencia común a los rasgos esenciales de la fe”.

Por último, recordó que “las OMP no son en la Iglesia un ente independiente, suspendido en el vacío. Dentro de su especificidad, que conviene cultivar y renovar siempre, está el vínculo especial que las une al Obispo de la Iglesia de Roma, que preside en la caridad”.

ACI Prensa

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