Un director a pie

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Alex José Villalobos Landaeta, un joven de 28 años de edad que orgullosamente se presenta como director de la Escuela Técnica Fe y Alegría Ldo. César David Rincón en Maracaibo.

En un país en el que la mayoría de los jóvenes profesionales consideran cruzar la frontera para buscar otras oportunidades en tierras extranjeras, encontramos a Alex José Villalobos Landaeta, un joven de 28 años de edad que orgullosamente se presenta como director de la Escuela Técnica Fe y Alegría Ldo. César David Rincón en Maracaibo.

¿Cómo terminó como director de este centro educativo?

Alex se graduó en la Universidad del Zulia como licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales, e hizo una Maestría en Supervisión Educativa en la Universidad privada Rafael Urdaneta.

Además, desde 2010 ha participado en un sin fin de jornadas de formación en planificación y evaluación por competencias. Mismo tiempo que tiene como parte del personal de Fe y Alegría en Venezuela.

Conoció a Fe y Alegría como estudiante en 2004 y en 2010, siendo un técnico medio en administración recién egresado de la escuela de Fe y Alegría Ignacio Huarte, inició su labor docente como facilitador voluntario de un Centro Comunitario de Aprendizaje del Instituto Radiofónico de Fe y Alegría los días sábados, luego asumió responsabilidades como Coordinador de Centro, también fue Promotor Educativo.

De manera alterna también dictó varios cursos como facilitador del programa Centro de Capacitación Laboral de Fe y Alegría. Y en 2013 ingresó como personal docente del programa escuela en la recién fundada Fe y Alegría César David Rincón.

En César David hizo un rápido recorrido en diferentes responsabilidades, primero como profesor por hora de Historia y Geografía; un año después asumió la coordinación pedagógica del centro educativo. Al siguiente año fue nombrado subdirector de la escuela y desde el 2016 asumió las riendas desde la dirección.

Alex Villalobos es una de esas historias de quienes entraron alguna vez a la escuela para nunca más salir de ella. Pues él no sólo estudió en las aulas de Fe y Alegría, sino que también en ellas descubrió tempranamente su vocación docente.

Desde que inició en 2004 como estudiante, apoyaba a sus profesores en las áreas sociales, incluso hizo su labor social dando clases de Historia y Geografía a sus compañeros, e hizo sus primeras suplencias en la escuela.

El apoyo de su familia ha sido fundamental para la concreción de su vocación como maestro

Alex vive junto a su esposa, sus dos hijas, una de 4 años y otra que está próxima a cumplir apenas 2 años de edad, y su suegra. Asegura que su familia ha sido un pilar fundamental en el desarrollo de su vocación como maestro, “han sido apoyo significativo para mi gestión como director y como educador popular”.

Cuenta que su esposa se dedica a vender cosas por su cuenta con lo que contribuye a mantener la casa. Además, han contado con el apoyo de sus familias, tanto la de ella como la de él. Gracias a eso, puede seguir con su labor como educador popular.

Director a pie

Desde su hogar, la mayoría de las veces camina unos 30 minutos hasta la escuela y otros 30 minutos de regreso. Llega y se va tal como lo hace la mayoría de los estudiantes y el resto del personal docente.

Pagar un pasaje en transporte público se hace cuesta arriba, por el costo y por lo difícil que es acceder al efectivo.

“El 80% de la población estudiantil vive en los alrededores. En el mismo sector o en los cinco barrios cercanos. Eso permite que el inicio de las clases sea a primera hora de la mañana. Al igual que el personal, que el 70% vive en los alrededores”, cuenta.

Como director del centro educativo, Alex tiene una larga lista de responsabilidades que suelen mantenerlo en la escuela desde las 6 y media de la mañana hasta las 4 y 20 de la tarde, cuando despiden al último de sus estudiantes. Un trabajo que, sin duda, le apasiona.

Alex cree que “es bastante la labor, pero bastante significativa para quienes disfrutamos del trabajo y lo vemos como nuestro proyecto de vida”.

Le gusta ser un director con presencia, por lo que visita diariamente las aulas de clases e interactúa con los estudiantes.

“Es algo que hago día a día, preguntándole al docente ¿cómo está y cómo se siente?, a los chamos y a las chamas también”, afirma.

Una labor que describe como “algo complejo pero bonito”

Sus tareas diarias como líder del centro educativo incluyen dos elementos, responsabilidades y funciones que agrupan casi tres oficios a la vez, desde lo pastoral, lo pedagógico y lo administrativo contable, a través de:

  • Atención del plan integral del centro.
  • Atención de la comunidad educativo, de padres, madres y representantes.
  • Acompañar procesos de control de estudios y evaluación.
  • Coordinaciones del área cultural.
  • Coordinación del Programa de Alimentación Escolar.
  • Servicios de vigilancia diurna y nocturna.
  • Sinergias con los otros programas de Fe y Alegríaque operan la escuela: IRFA y CECAL.
  • Acompañar procesos administrativos y contables.
  • La interacción con los diferentes voceros de las fuerzas vivas de la comunidad.
  • Considerar todas las situaciones inherentes a los estudiantes.
  • Entre otras.

Con tanto trabajo, Alex aún celebra la primera graduación de Técnicos Medios del César David Rincón, apenas el año pasado en julio de 2019 después de 6 largos años de trabajo y dedicación.

La Escuela Técnica Fe y Alegría Ldo. César David Rincón es una de las más nuevas de Fe y Alegría en el Zulia. Está ubicada en el Barrio El Níspero, del sector La Rinconada de la parroquia Antonio Borjas Romero, al oeste de Maracaibo. Una zona popular donde el barrio se consolida con la escuela en sus inicios en el año escolar 2013-2014.

En las periferias de la ciudad de Maracaibo, ya al límite con el municipio Jesús Enrique Lossada, este centro educativo ofrece la posibilidad de formarse como Técnico Medio en las menciones de Electricidad y Telecomunicaciones y actualmente cuenta en su matrícula con casi 600 muchachos y muchachas.

Las deficiencias en los servicios públicos suman trabajo

Pero en medio de tanto trabajo, Alex tiene que sumar un poco más a su lista. Pues los servicios públicos, como en el resto de la ciudad, no son eficientes, sumando preocupaciones a la gestión.

Asegura que el agua tiene dos años que no llega a la escuela, por lo que toca comprar a los cisterneros para lo que hay que gestionar los recursos.

La luz se va dos veces al día y el Internet es de calidad deficiente o veces simplemente no hay. Lo que retrasa todo el trabajo contable y las gestiones administrativas del plantel, obligándolos muchas veces a tener que trasladarse a otros sitios para resolver.

Sin un salario que haga justicia a tanto esfuerzo

Alex desearía que la falta de agua, que los apagones o las fallas en el Internet fuesen su único dolor de cabeza extra. Pero no es así. Como si fuera poco lo que hace, también tiene que lidiar con lo que implica para él y para su equipo no recibir un salario digno.

Manifiesta, “lo más duro que me ha tocado vivir o resolver o tratar de ser empático con mi equipo directivo y de gestión, ha sido el poder escuchar en su propio discurso, con sus expresiones, la difícil situación económica que están atravesando y que no les facilita poderse concentrar al 100% en la gestión pedagógica”.

La mala paga agudiza el déficit de maestros

Esta situación genera otras dificultades, pues a las preocupaciones de cómo resolver la vida misma, los que trabajan terminan sobrecargados pues hay que responder al derecho de los estudiantes aunque el déficit de personal se haya vuelto una constante en los últimos años por los bajos salarios que se ofrecen a cambio de tanto trabajo.

Actualmente, en el equipo directivo del plantel tiene vacantes la subdirección, la coordinación pedagógica y la coordinación de bienestar estudiantil. También tienen vacantes en las áreas de electricidad, telecomunicaciones, informática, matemáticas, castellano, entre otras.

Alex considera que “la propuesta económica, en el momento que se la hacemos, no es llamativa por los bajos salarios que nosotros devengamos”. Dice que aunque la propuesta pedagógica de Fe y Alegría les parece atractiva, al final “prefieren irse a experimentar en otros centros, posiblemente sean privados, donde hay bonos en dólares o la propuesta económica es mucho mayor a la que nosotros le podemos ofrecer”.

Recuerda que Fe y Alegría es una institución educativa subvencionada por el Estado venezolano y sus tablas salariales son definidas por el Ministerio Popular Para la Educación, en convenio con la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC).

Un salario que no aguanta dos pedidas

Alex Villalobos, licenciado en educación, magister en supervisión educativa, con 10 años de experiencia y de formación permanente en planificación en competencias, dedicando más de 10 horas diarias a su trabajo como educador popular con el cargo de director del César David Rincón de Fe y Alegría, máximo responsable legal y administrativo de esta institución, recibe al mes un salario de 2 millones de bolívares en dos quincenas de 1 millón cada una. Una quincena con la que escasamente pudo comprar algo para poner en la mesa un día y medio para su familia.

Destaca que con su última quincena pudo comprar “medio kilo de carne, un kilo de arroz, un kilo de harina y lo que quedaba en queso, para completar el millón de bolívares”. Insumos con los que no podría garantizar la alimentación de sus dos hijas pequeñas, su esposa, su suegra y él mismo por más de dos días.

Alex quisiera pensar que si recibiera un salario digno, él y su familia podrían tener una mejor vida que al menos podría asemejarse a lo vio fue la vida de sus maestros, con los que se enamoró de la labor docente mientras estudiaba.

Con añoranza, recuerda cómo sus maestros podían pagar con su salario reparaciones en su carro, remodelaciones en la casa o comer en buenos restaurantes.

Aunque Alex no abandona la lucha por un salario digno, espera seguir contando con el apoyo de su familia para seguir desempeñándose en la docencia con Fe y Alegría. Mientras pide al Estado que reconozca con justicia todo lo que él y sus compañeros y compañeras entregan para formar a las nuevas generaciones, ahí donde termina el asfalto.

Fe y Alegría Noticias

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