Opción preferencial por los pobres

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Padre Andrés Bravo

Padre Andrés Bravo

Optar por una sociedad más justa, libre y democrática, no es una simple respuesta a una ideología. Para el cristiano es una acción que responde a la misma lógica de la fe, basada en la persona y el Evangelio de Jesús. Lo enseña el documento de Medellín: “El amor, la ley fundamental de la perfección humana, y por lo tanto de la transformación del mundo no es solamente el mandato supremo del Señor; es también el dinamismo que debe mover a los cristianos a realizar la justicia en el mundo, teniendo como fundamento la verdad y como signo la libertad” (documento de Justicia de Medellín 4).

El compromiso cristiano por una sociedad justa, libre, pacífica y fraterna, es el cumplimiento del mandamiento de Jesús: Ámense los unos a los otros como yo los he amado a ustedes. Desde el Evangelio, es desde donde nace un compromiso auténtico del ejercicio político: “La carencia de una conciencia política en nuestros países hace imprescindible la acción educadora de la Iglesia, con objeto de que los cristianos consideren su participación en la política de la nación como un deber de conciencia y como el ejercicio de la caridad, en su sentido más noble y eficaz para la vida de la comunidad” (idem 16).

Así, la opción por los pobres no es una utopía ideológica, ni una actividad simplemente espiritualista, ni una moda pasajera. Es una exigencia del Evangelio y está integrada a la misión evangelizadora de la Iglesia. En este sentido, es iluminador el texto de la Evangelii nuntiendi 31, del Papa Pablo VI:

“Entre evangelización y promoción humana (desarrollo, liberación) existen efectivamente lazos muy fuertes. Vínculos de orden antropológico, porque el hombre que hay que evangelizar no es un ser abstracto, sino un ser sujeto a los problemas sociales y económicos. Lazos de orden teológico, ya que no se puede disociar el plan de la creación del plan de la redención, que llega hasta situaciones muy concretas de injusticia, a la que hay que combatir, y de justicia, que hay que restaurar. Vínculos de orden eminentemente evangélico como es el de la caridad: en efecto, ¿cómo proclamar el mandamiento nuevo sin promover, mediante la justicia y la paz, el verdadero, el auténtico crecimiento del hombre?”.

Padre Andrés Bravo

@joseabh

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