Seguir a Cristo desde la sencillez del corazón

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Padre Alberto Gutiérrez

 Reflexión del Padre Alberto Gutiérrez

Queridos hermanos hoy quisiera invitarles para que reflexionemos un poco, no es de determinada cita bíblica, o de determinado pasaje de la escritura, sino la esencialidad del seguimiento a Cristo, desde la sencillez del corazón,  desde encontrarnos con la esencialidad de nuestro propio ser de cristianos y para eso tenemos que encontrarnos con nuestro propio ser, de seres humanos.

Esta terrible situación por la que estamos pasando con la pandemia, con tantos enfermos, con tantas necesidades, tanta precariedad, tanto dolor y tantas dificultades económicas, sociales, que nos sentimos de verdad como  presionados, como disminuidos; nos tiene que llevar a nosotros a mirar hacia adentro, en la esencialidad para que aprendamos a revalorar nuestra vida y desde un punto de vista cristiano, aprender a revalorar el cristianismo, no como un pensamiento social, no con un pensamiento político sino como una realidad transformadora de nuestro propio ser, partiendo de transformarnos a nosotros mismos por una conversión sincera, por una conversión auténtica, para que se pueda dar la fraternidad, se pueda dar la hermandad entre nosotros y puede brillar la paz, pueda brillar la caridad, en medio de tanta circunstancias difíciles porque sino refugiamos cada uno en el dolor y el sufrimiento persona terminamos no mirándonos más a la cara, no extendiendo las manos, en este momento en que tenemos los abrazos suspendidos, los saludos de manos, la cercanía por esta terrible pandemia, tenemos que mirar hacia dentro del corazón.

Tenemos que ser capaces también a salir y proyectarnos en la medida de las posibilidades que nos dan para encontrarnos con el otro, porque no podemos encerrarnos en el egoísmo, porque eso no es ser cristiano.

Tenemos que abrir canales y abrir posibilidades de encuentro y esa es la esencialidad del cristianismo, eso Cristo va caminando por la historia, caminando por la vida y sigue caminando  y sigue produciendo un encuentro con nosotros,  él se hace el encontradizo con cada uno en su historia y en su realidad y la ilumina. Ilumina nuestro corazón.

Podemos ser nosotros luz de la tierra y el salar nuestro corazón, con la sal de Cristo, ser sal del mundo también, luz del mundo y sal de la tierra es la esencialidad de ser cristiano, no se trata de una ideología sino de una experiencia de vida consagrada en el amor de Cristo. Que él nos revele este amor cada día y nosotros podamos vivir esa experiencia iluminados por el Espíritu Santo.

Les doy mi bendición en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Padre Alberto Gutiérrez  @alberguti

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