Este viernes 07 de agosto, a las seis de la tarde, como de ya es costumbres, los legionarios de María de Maracaibo se dieron cita en el grupo de WhatsApp para el espacio de formación virtual, que semana a semana crece en número de participantes.
Esta vez se realizó con el tema “la santidad según nuestra vocación”, a cargo del seminarista Fabricio Medina, quien es miembro y oficial del Praesidium “María Madre de las vocaciones”, con sede en el Seminario Santo Tomás de Aquino, de la Arquidiócesis de Maracaibo.
“Me complace acompañarles en esta tarde con la formación virtual que nos permite mantener la unidad en medio de la diversidad y nos recuerda que para un legionario no hay descanso ni mucho menos pesimismo. Todos estamos invitados a vivir siempre en actitud de docilidad, para agradar a Dios con nuestra formación que nos prepara a nuestro apostolado”, con esta palabras y cantando y tocando con su guitarra, la invocación al Espíritu Santo, comenzó Fabricio Medina su ponencia.
Como punto de partida de la ponencia definió el seminarista la vocación, como un llamado universal hecho por Dios a todos, invitando a hacer la voluntad de Dios con nuestra vida y ser instrumento de su gracia. Practicando los llamados consejos evangélicos que, como comentó, van directamente relacionados con el estado de vida y la perfección de la caridad.
“El modelo por excelencia de la santidad es Jesucristo, el autor y consumador de la santidad de vida”, dijo Fabricio Medina al definir la Santidad como un don de Dios, como un seguimiento de los pasos de Jesús, como una tarea personal y comunitaria y como un camino.
“Debemos tener muy presente que la Santidad: Se construye desde el bautismo; se afianza cuando tenemos conciencia de ser cristianos; se fortalece cuando nos hacemos parte activas del Cuerpo Místico de Cristo”, explicó Medina a referir que a pesar de nuestras debilidades y flaquezas, Dios se fija en nuestras virtudes para hacernos Santos.
En relación a la vocación, reafirmó el ponente que es el deseo de emprender una carrera, una profesión o cualquier otra ocupación o actividad cuando todavía no se han adquirido todas las aptitudes o conocimientos necesarios. “También se relaciona con el rumbo o la manera de que una persona esté al servicio de los demás”.
“La llamada no se dirige solo a los pastores, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas si no que se extiende a todos” dijo haciendo referencia Chrittifidelis Laici y otros documentos que sustentan, que todos en cualquier estado y condición están llamados a la santidad.
Por ello la Iglesia como madre y maestra nos presentan tres estados de vida en los cuales se desarrolla la existencia del ser humano y a su vez se nos presenta la oportunidad para alcanzar la santidad.
Basado en las Sagradas Escrituras (Mc 10, 49-52) y (Jer 20, 1-13), explicó que un individuo podrá experimentar una llamada especial y personal de Dios para vivir en soltería en post de un propósito mayor, como una mayor libertad de involucrarse en actividades evangélicas u obras de misericordia. Sobre este primer estado de vida, dijo: “La soltería sin compromiso en sí, no es una vocación en el sentido normal de la palabra, los católicos solteros siguen estando llamados a la santidad y a la plenitud de vida Cristiana”.
Nuevamente apoyándose en Las Escrituras esta vez en (Efesios 5, 25-28) ( Mateo 19, 4-6) señaló que los esposos, por el amor mutuo deben hacerse signo, ejemplo, testimonio y visibilidad de lo que significa el amor de Dios a su pueblo y el amor de Cristo a su esposa la Iglesia. Sobre este segundo estado vida, señaló: “En un mundo que cada vez desconoce más a Dios y escucha menos a la Iglesia, los esposos cristianos están llamados a amarse de tal manera que la gente que les conozca pueda entender que significa el amor que predica la Iglesia, el amor de Dios.”
La verdadera vocación al matrimonio incluye la exclusividad, fidelidad y la indisolubilidad.
El matrimonio no es una institución provisional, no es para probar, como se acostumbra en la actualidad.
Y presentó el tercer estado, el de la Vida Consagrada, que como indicó, el código de derecho canónico en su can 573 nos ilumina esta realidad: “Es una forma estable de vivir de algunos fieles de la Iglesia Católica, que quieren seguir más de cerca a Cristo bajo la acción del Espíritu Santo profesando los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia; de esa manera, se dedican totalmente a Dios como su amor Supremo, desde lo particular de un determinado carisma que sirva para la edificación de la Iglesia y a la salvación del mundo. Los fieles católicos que consagran su vida pretenden conseguir la perfección de la caridad en el servicio del Reino de Dios, preanunciando el modo de vida celestial”.
“Toda vocación es un llamado, en este caso un llamado de amor por parte de Dios, para servirle de una manera especialísima consagrándose por completo a sus asuntos”, comentó Fabricio Medina, explicando que el sacerdote es una persona que ha dado su vida por la causa del Reino de los Cielos (Cristo y su Iglesia), para asumir la misión encomendada por el mismo Dios de nutrir, enseñar/instruir, guiar y apacentar a todos los hombres por medio de los sacramentos y todos los misterios sagrados en nombre de Cristo, así como de una vida que trabaja por la santidad (ejemplar).
“Que el Espíritu Santo siga suscitando en nuestras vidas, experiencias que nos permitan alcanzar la santidad, perfeccionando ese estado de vida al cual Dios nos llama” pidió al concluir invitando a todos a orar: “Papá Dios, ¡Tu mies es grande y pocos los operarios para cosecharla! Te pedimos, en nombre de tu Hijo Jesucristo, que suscites en el Pueblo de Dios que peregrina en Maracaibo, matrimonios, sacerdotes, diáconos permanentes, religiosos, religiosas, consagrados y consagradas llenos de santidad comunitaria, ardientes discípulos misioneros de tu Hijo. Que todos juntos, Bajo la guía de nuestros pastores, animados por el Espíritu Santo y acompañados por la Chinita, construyamos una Iglesia que vive, anuncia y celebra su experiencia de Cristo en comunión, participación y misión permanente, como signo y presencia del Reino de Dios en el Zulia. Amén”.
Texto: José R. Espina F.
Síguenos por Instagran y Twitter como @lagreydigital y en Telegran: La Grey Digital