XX Domingo del Tiempo Ordinario
El Padre Francisco Díaz SJ comparte su comentario del Evangelio del domingo 16 de agosto (Mateo 15,21-28) que relata el encuentro de Jesús con una mujer cananea que le suplica por su hija enferma
El Evangelio de hoy presenta el diálogo de Jesús con una mujer cananea, una mujer pagana. Todo judío tenía prohibido entablar conversación con ella. La mujer pagana sabe que no debe acercarse a Jesús, pero, el deseo de ver a su hija curada y libre de todo mal, le ofrece el valor necesario para quebrantar esas barreras religiosas, culturales y sociales.
Así inicia el diálogo entre Jesús y la mujer cananea en tres momentos. En un primer momento la mujer habla y Jesús le indica que ha venido por las ovejas perdidas de la casa de Israel. En un segundo momento la mujer insiste y Jesús le dice que el pan es para los hijos y no para los perritos. Notemos que el Evangelio recurre a estas dos comparaciones tomadas del campo y de la vida familiar; entiéndase así que llame ovejas a los miembros del pueblo judaico y perritos a los paganos. El objetivo de la comparación es establecer un orden y no explicitar que unos son ovejas y otros son perritos.
Entendido lo anterior llegamos al tercer momento. La mujer cananea quiere ver a su hija curada de su enfermedad. Eso es lo único que desea su corazón y por ello le importa muy poco esperar. Está dispuesta a insistir una y otra vez y por ello responde con la misma comparación, argumentando que primero recibirán la salvación los Hijos de Israel, pero después siguen ellos, los paganos. El final de este diálogo es positivo porque Jesús reconoce la grandeza de la fe de la mujer cananea y le otorga lo que desea su corazón.
Mencioné en un principio que la mujer cananea supera todo obstáculo motivada por el amor a su hija. Ahora es Jesús quien le enseña a sus discípulos a ver más allá de los preceptos y las normas. Si era prohibido hablar con una mujer pagana, Jesús ha sostenido un diálogo con ella. Si la salvación era para los hijos de Israel, ahora es también para los paganos. La invitación de este Evangelio es a tener fe en nuestro Señor Jesucristo porque, por medio de esta fe, seremos capaces de crear lazos de fraternidad.
Vatican News
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