Es el primer uniforme que está amparado bajo las normas de propiedad intelectual
Toda orden religiosa tiene su vestimenta particular y si hay algo que distingue a la congregación de Misioneras de la Caridad es su sencillo sari (vestido tradicional de la India) de color blanco con rayas azules.
En el 2016, casi dos décadas después de la muerte de la Madre Teresa, finalmente se logró que este traje fuera registrado como marca con el fin de proteger su uso indiscriminado e injusto.
Las hermanas de la congregación sostenían que la Madre Teresa había dicho varias veces antes de morir que no deseaba que su nombre fuera usado con fines comerciales, por lo que estaban descontentas con que se vendieran los saris de su congregación como souvenirs (o, peor aún, disfraces), incluso alegando falsamente que parte de las ganancias serían donadas a la congregación.
Por eso, en el 2013, el abogado Biswajit Sarkar (que reside en Calcuta y trabaja pro-bono para la orden) solicitó que el sari de las Misioneras de la Caridad fuera registrado como marca para protegerlo. Registrar un color o un estampado no es fácil, pero el gobierno indio finalmente les concedió la propiedad intelectual el 4 de septiembre de 2016, el mismo día que la Madre Teresa fue canonizada por el Papa Francisco.
El reconocimiento se hizo de forma silenciosa y las hermanas decidieron no hacerlo demasiado público en concordancia con sus preceptos de humildad. Sin embargo, el abogado sí quiso destacar que es el primer uniforme que está protegido bajo los derechos de propiedad intelectual.
Asimismo, Sarkar declaró en aquel entonces que, si hay alguien que quiera utilizar el diseño legalmente, puede hacer la solicitud a la orden y, si se demuestra que no hay ningún fin comercial, se le concede el derecho.
El austero sari de la Madre Teresa data de finales de los años 40, cuando ella le pidió permiso a Roma para empezar a utilizarlo con una pequeña cruz sobre su hombro izquierdo (símbolo de el Cristo crucificado como la llave para el corazón). El color blanco significa pureza y verdad, mientras que las tres rayas azules (color asociado a la Virgen María) en los bordes representan los votos que hacen las religiosas: el primero es la pobreza, el segundo es la obediencia y el tercero es la castidad y el servicio sin reservas a los más pobres. Las novicias utilizan solamente el sari blanco sin líneas hasta que pronuncias sus votos.
Al principio, compraban los saris, pero a medida que fue creciendo la orden, se dieron cuenta que era difícil conseguirlos en grandes cantidades y además vieron la oportunidad de ayudar a los enfermos de lepra.
Cuando las hermanas abrieron el hospital Gandhiji Prem Niwas en 1958, se dieron cuenta de que muchos de los leprosos no tenían trabajo porque los discriminaban por su padecimiento, así que les compraron lana y, además de darles alimento, atención médica y ropa, les pagaban un salario por ello.
Por supuesto, no han tardado en salir modelos con pequeñas modificaciones (una raya más o colocarle mangas largas), así que el abogado espera que se revise la ley aprobada y se puedan tomar medidas en cuanto al cumplimiento de la misma.
Mientras tanto, el sari de las Misioneras de la Caridad seguirá siendo una vestimenta tanto práctica (el algodón es perfecto para el clima caluroso) como caritativa y, sobre todo, simbólica.
Aleteia
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