«Santos de Dios en el mundo: Vocación laical a la santidad» es la ponencia realizada por el Cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas, el 10 de septiembre de 2021, durante el 52° Congreso Eucarístico Internacional que tiene lugar en Budapest, Hungría, del 05 al 12 de septiembre.
Durante su presentación, el Cardenal Porras expresó que » Creer es tener la capacidad de hacer frente en nombre de Dios a las vicisitudes de la vida. Creer es defender la verdad, la justicia, la paz, oponerse firme y valientemente a todo lo que obstruye ese camino» y señaló que en el mundo moderno «hablar de santidad suena algo extraño y fuera de lugar», por lo que considera que es necesario «buscar la razón de esta deformación, en primer lugar, preguntándonos si es algo externo a la Iglesia o en buena parte ha sido producto de una deficiente eclesiología en la que se puso el acento en lo jerárquico más que en lo bautismal, en lo jerárquico más que en lo comunional».
Se refirió a la santidad de los laicos en cuanto ellos son quienes “ejercen el apostolado con su trabajo para la evangelización y santificación de los hombres, y para la función y el desempeño de los negocios temporales», pues «siendo propio del estado de los laicos vivir en medio del mundo y de los negocios temporales, ellos son llamados por Dios para que, fervientes en el espíritu cristiano, ejerzan su apostolado en el mundo a manera de fermento”, según se destaca en Apostolicam Actuositatem. Seguidamente, indicó lo que los papas, en su magisterio, han descrito en torno a la misión de los laicos y su búsqueda de la Santidad.
«El cristiano se realiza en el ambiente que le toca vivir. La fe se encarna en la realidad concreta de la vida, y desde allí se construye la espiritualidad que le da sentido a la existencia», afirmó el Cardenal Porras, y continuó «Roto el vínculo umbilical con el mundo de cristiandad, sostenido en parte por la referencia inmediata a valores cristianos, surge la potencia de la libertad auténtica que hace de la fe una opción personal y no sólo tradición cultural».
Partiendo de la idea anterior, indicó diversos ejemplos de laicos que, desde su vocación particular, vivieron una vida con olor a santidad. Entre ellos, el Beato José Gregorio Hernández, médico, laico, investigador y profesor universitario, pionero de la modernización de la medicina en Venezuela. Y con su ejemplo, destacó a quienes en la actualidad luchan en el área de la salud por el fin de la pandemia y el bienestar de todos. «Trabajar por la calidad de vida del prójimo es la actualización de las bienaventuranzas y de las obras de misericordia en un mundo insensible, de espaldas, a los miles de personas que sufren, padecen persecución o perecen en medio del desierto o del mar. Esos son los testigos de la
santidad hoy, ejemplos para que en la postpandemia los excluidos sean reincorporados a la sociedad».
«El llamado a la santidad tiene nuevos lenguajes y nuevos rostros», afirmó el Cardenal Porras. «Hoy, Papa Francisco nos recuerda que la misión cristiana no es el hacer proselitismo, sino el compartir la llama que calienta el alma». «El anuncio del Evangelio es tarea de todo el Pueblo de Dios. Insistir en este aspecto es vital, pues debemos darnos cuenta que la radicalidad del llamado no es participación de algo que nos ceden otros».
«El camino está lleno de tropiezos que mueven mucho más que a la inactividad o a la desesperanza, a la creatividad y a la alegría. La convicción cristiana es terreno abonado para sembrar fraternidad y amistad, santidad a borbotones, en este mundo ávido de amor a Dios y al prójimo», manifestó el prelado. «La ciudad de Dios la construimos en la ciudad terrena, escenario de realidades escabrosas y presencia del mal, pero, sobre todo, de libertad y amor sincero a toda la
creación, con esperanza cierta de que el Amor tiene la última y definitiva palabra».
El Congreso Eucarístico Internacional se trata de una asamblea convocada por el Sumo Pontífice que reúne a obispos, sacerdotes, consagrados y laicos para rendir adoración a la Santa Eucaristía y dialogar sobre la misión de la Iglesia en el mundo, impulsada por Jesús presente en el vino y el pan. El primer Congreso Eucarístico Internacional tuvo lugar en Lille, Francia, en 1881. Se celebra entre cada 3 o 4 años en una ciudad diferente. El último se llevó a cabo en Cebú, Filipinas, en 2016, y en esta oportunidad correspondería a Budapest en el año 2020, sin embargo se pospuso debido a las dificultades presentadas por la pandemia. El 53 Congreso Eucarístico Internacional corresponderá a la ciudad de Quito, Ecuador, en el año 2024.
Prensa CEV
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