La red dice estar dispuesta a colaborar con las autoridades mexicanas a fin de encontrar mecanismos humanitarios de ayuda coordinados en la solución de esta profunda crisis
La Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Refugio, Desplazamiento y Trata de Personas (CLAMOR) del Consejo Episcopal Latinoamericano, pidió al gobierno de México que “antes que reprimir y contener a las personas migrantes, se preocupe por atender las causas profundas que hacen que miles de mexicanos busquen salir del país”.
En un comunicado firmado por el presidente de la Red CLAMOR, el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez, y dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, la red lamentó los operativos del Instituto Nacional de Migración y de la Guardia Nacional en el sur de la República Mexicana, a fin de contener a las personas migrantes en la ciudad de Tapachula, Chiapas.
Tras señalar que estas medidas se han implementado en ocasiones anteriores con un balance negativo en sus resultados, la red hizo un llamado a buscar soluciones alternativas que superen la visión de corto plazo, “priorizando el diálogo con las personas migrantes y las organizaciones de la sociedad civil, de tal forma que se puedan articular respuestas acordes a las necesidades y en garantía de los derechos humanos“.
Asimismo, advirtió sobre la crisis migratoria que se vive en la frontera sur del país, donde cientos de personas provenientes de países del norte de Centroamérica, Cuba, Venezuela, y ahora con un número considerable de Haití, esperan una resolución favorable a sus solicitudes de refugio, protección complementaria o acceder a una regularización migratoria.
Falta de una política migratoria
CLAMOR denunció que el hacinamiento, la falta de medidas de higiene, comida, insumos básicos, aunado a la lentitud en las resoluciones del Instituto Nacional de Migración y de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, colocan a las personas en situación de vulnerabilidad, afectando el ejercicio de sus derechos fundamentales.
También informó que los albergues, casas del migrante y comedores para personas migrantes están saturados y al límite de su capacidad. Los esfuerzos de las Iglesias locales están siendo rebasados ante la falta de una política migratoria acorde con los estándares de derechos humanos, la planeación estratégica y los escasos o nulos recursos del Gobierno Federal.
En cuanto a la contención de las personas migrantes y las deportaciones sumarias, dijo que se trata de medidas afines a la política de externalización de la frontera que promueve Estados Unidos.
“Las decisiones políticas de ambos gobiernos afectan tanto a la población local como a las personas migrantes, a quienes se les deja en un callejón sin salida. Nos preocupa que la única opción de regularización de la estancia migratoria en México sea la solicitud de refugio. Y que se le impida el libre tránsito por el territorio nacional a quienes ya tienen una resolución favorable de su estancia legal en México”.
La crisis debe ser una oportunidad
En este contexto, exhortaron principalmente a la Secretaría de Relaciones Exteriores, al Instituto Nacional de Migración y a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, a que lleven a cabo acciones concretas para atender a las personas en contexto de movilidad, “respetando el debido proceso y de esta manera, se eviten y prevengan violaciones a los derechos humanos”.
Para la Red CLAMOR, esta crisis es una oportunidad para que el gobierno mexicano demuestre el liderazgo regional respondiendo al desafío migratorio desde el respeto y la garantía de los derechos.
“Basta ya de represión, del uso de la violencia y el excesivo abuso de autoridad, no se trata solamente de migrantes, sino de seres humanos que necesitan de una oportunidad para vivir dignamente”.
Finalmente, la red dijo estar dispuesta a colaborar con las autoridades a fin de encontrar mecanismos humanitarios de ayuda coordinados en la solución de la profunda crisis que se vie en la frontera sur de México.
Vida Nueva
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