Este viernes 11 se llevó a cabo la Eucaristía exequial en sufragio de Mons. Gustavo José Ocando Yamarte en las instalaciones del Hospital Madre Rafols.
La misma estuve presidida por monseñor José Luis Azuaje, Arzobispo de Maracaibo y concelebrada por un buen número de sacerdotes de la Arquidiócesis.
El arzobispo refirió haber recibido un cúmulo de comunicaciones expresando la cercanía a la Iglesia Arquidiocesana ante el fallecimiento de Monseñor Ocando Yamarte, así como numerosos escritos que describen su personalidad, obras sociales, educativas y escritos históricos a lo largo de su vida sacerdotal.
“No me toca a mi repetirlo lo que ya públicamente se ha dicho, a todo lo realizado conjuntamente con un legado, de persona visionaria y de proyección, ante oportunidades servicio, en un momento determinado de la historia, como también lo fue nuestro querido y recordado monseñor Roa Pérez” expresó Monseñor Azuaje.
Explicó en su homilía que “Los sacerdotes tenemos unos amores profundos: amor a Jesucristo sacerdote que nos ha llamado; amor a la iglesia como pueblo de Dios; amor a nuestro pueblo que se hace visible en diversos rostros de personas y particularmente en el de los más necesitados y desposeídos; amor a nuestra familia a la que le debemos la vida y nuestra personalidad; amor a nuestra madre María que cuida de nuestro sacerdocio y amor a nuestro sacerdocio que tiene su fuente en Jesucristo y tienen otra seguida por pura misericordia para vivirlo en fraternidad sacerdotal en un territorio determinado”.
Enfatizando que “Estos seis amores nos desvelan, nos hacen proyectar formas, de nuestras obras y nos introducen en el campo de la esperanza porque es un lanzarse con riesgos pero con la certeza también que Dios está ahí cuando se trata de hacer el bien y testimoniar su misericordia en medio de la realidad frágil y tantas veces injusta”.
“Queridos hermanos y hermanas, los sacerdotes somos conscientes que la identidad sacerdotal, que viene de Jesucristo, nos acerca más a la unción que a una función, esto lo debemos tener bien claro para no desvirtuar la vida sacerdotal, ni vaciarla en un puro hacer mucho”.
Recordando las obras de Ocando Yamarte en la región zuliana, señaló “Todos nosotros como sacerdotes, somos servidores por la unción recibida, por la gracia donada, a la que prestamos nuestras cualidades y virtudes”.
Antes de concluir su homilía, aseguró que “Monseñor Ocando en su momento histórico fue un visionario. Con el tiempo aparecerán en los registros de testimonios, de todo lo realizado con la finalidad de recrear en tantas personas principalmente en los adolescentes y jóvenes, el ser hombre nueva imagen de Jesús”.
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