El Templo Nacional San Juan Bosco de Altamira, fue el escenario de la ordenación Episcopal de Monseñor Carlos Márquez y Monseñor Lisandro Rivas, los nuevos obispos auxiliares de Caracas.
La ceremonia fue presidida por el Cardenal Baltazar Porras, Arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas, y contó la con presencia de Mons. Ignazio Ceffalia, encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica, quien hizo lectura de las letras apostólicas en las que son nombrados los dos nuevos obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Caracas.
“Que los nuevos obispos sientan que el Señor los llama por su nombre”, expresó el Cardenal Baltazar Porras, quien durante la homilía, invitó a los nuevos obispos a ofrecer sus experiencias de vida en lo pastoral y civil, al servicio del prójimo; en especial a los más vulnerables, desde su nueva misión como obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Caracas.
Una ceremonia cargada de signos
Tras realizar sus promesas, los nuevos obispos auxiliares se postraron en tierra como signo de entrega total a Dios y a su llamado de servicio al prójimo, mientras el pueblo de Dios presente elevó su oración por ellos, con la entonación de las letanías.
En la consagración, el Cardenal Baltazar Porras, seguido por Mons. Jesús González de Zárate y Mons. Raúl Biord, impusieron las manos a los nuevos obispos auxiliares de Caracas; seguido de la Imposición del Libro del Evangelio.
En el mismo acto los obispos fueron ungidos con el Santo Crisma y se les impuso las insignias episcopales: el anillo, signo de fidelidad; la mitra, signo de la búsqueda de la santidad y el báculo, signo del ministerio pastoral.
Con información de twitter de la Arquidiócesis de Caracas
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