Desde hace meses viene deteriorándose progresivamente la estructura, que ya llega a afectar las vigas de las campanas horarias, provocando la caída de una de ellas.
Si bien ya es habitual y de conocimiento general que el comején está presente siempre en los Templos del casco central, donde predomina el uso de la madera, como lo son la Catedral, el Convento, Santa Bárbara y Santa Ana, no se había presentado una situación así con anterioridad, donde el comején arrasa con alguna torre-campanario.
Luego de la fiesta de San Sebastián, patrono de la ciudad, el Cuerpo de Bomberos decretó el cierre definitivo de la torre ante el peligro de caída inminente de las campanas del reloj: Las denominadas campanas de “los cuartos” y “las horas” se han visto afectadas en sus yugos por la presencia de estos animales, de las cuales una, la más pequeña ya se ha caído dentro de la sala sin sufrir mayores daños, mientras que la siguiente se encuentra sostenida por el martillo de aquella, en una posición excesivamente peligrosa.
Por su parte, la campana mayor, que pesa aproximadamente 500 kilos, ha cedido separándose del yugo, a causa de su propio peso al estar la madera carcomida por los gusanos. Aún es sostenida por los fuertes herrajes de hierro que posee.
El Pbro. Néstor Primera en conjunto con la Parroquia El Sagrario Catedral hacen un llamado a las autoridades gubernamentales y civiles para que puedan brindar su apoyo en la restauración o por lo menos la desinstalación de los bronces, previniendo un daño mayor a la estructura y al colectivo marabino.
“La Iglesia no cuenta con recursos suficientes, mucho menos millones de dólares para llevar a cabo esta obra de tal magnitud, es por ello que acudimos al alcalde y al gobernador (…) hay una falsa creencia de que el gobierno nos mantiene y nos da todo, y no es así, ellos cubren los gastos de mayor envergadura sí, como es este caso, pero lo cotidiano lo cubrimos nosotros con lo que aportan los fieles”, afirmó el sacerdote.
En la mañana de este lunes se entregaron cartas en la Gobernación y en el Consejo Legislativo haciendo un llamado de atención ante el problema que cada vez se hace más crítico. Cabe destacar que ya se viene informando desde el mes de enero a los entes sobre la situación de la torre, y a pesar de que han ido inspecciones al Templo, no se ha terminado de concretar su reparación.
La Catedral tiene siete campanas: cuatro que se repican manualmente, y tres que funcionaban con el sistema del reloj.
Allan Sillie