El Centro del Cristianismo

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Padre Andres Bravo

Padre José Andrés Bravo H.

De tanto defendernos se nos olvida vivir lo esencial de la vida cristiana. De tanto pelear con el demonio, no nos da tiempo a experimentar la presencia de Dios en nuestras vidas, de sentir su bondad y su misericordia. Nos alejamos de practicar la caridad con los pobres y necesitados porque preferimos ocuparnos en las normas y las prácticas privadas de los actos de piedad.

Estamos tan ocupados en los rituales, que ocultamos el Misterio que ellos revelan. Seguir a Jesucristo y comprometernos a vivir su Evangelio es el centro de nuestra fe cristiana: el amor fraterno. Cristianismo viene de Cristo. Sin Él las prácticas religiosas quedan vacías de sentido.

Uno de los textos más hermosos y significativos de la Sagrada Escritura es el conocido como el Himno de la Caridad (1Cor 13): “Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo estruendoso. Aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera una fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve”.

Pues, dice Jesús que nuestra identidad de cristiano es el amarnos como hermanos: “Éste es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado” (Jn 15,12).

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