La Parroquia se ubica en una de las zonas más alejadas de la urbe ciudadana, con una gran cantidad de territorio y varias Capillas filiales a su cargo.
En un pequeño pueblerío donde se ven a los niños corretear a los chivos o un sin fín de plantas que embellecen a la zona, se ubican una de las zonas más antiguas de Maracaibo: Se trata de la iglesia San Isidro Labrador, que cuenta con más de 300 años de existencia.
Su longevidad se puede apreciar en sus grandes y desgastadas puertas, así como en sus paredes, a base de caña brava y barro. Es una joya arquitectónica que se levanta en el kilómetro 18 Vía la Concepción.
El Presbítero Silverio Osorio, quien sustituye en su gestión parroquial a la Congregación de los Misioneros del Verbo Divino, originalmente encargados de este recinto, manifestó que “en los documentos que hemos encontrado, data del año 1824 pero ya existía para ese entonces. Este Templo es el más antiguo que podemos encontrar para esta zona, y en el tenemos diferentes ceremonias: En Semana Santa tenemos algunos actos de culto, sobre todo entre el Jueves y el Viernes Santo. También tenemos que para la feria de San Isidro Labrador, se realizan actividades culturales, danzas, exposición de muestras artísticas, concurso de pinturas con los niños y finalmente, funciona también como columbario para las personas de bajos recursos, donde gustosamente les prestamos este servicio”.
“Actualmente esperamos la ayuda de un ente gubernamental para la restauración del Templo, hace falta muchísimo mantenimiento, el techo, las paredes, la pintura, la iluminación, la electricidad. Seguimos aguardando, hay una promesa hecha por allí, y confiamos en la intercesión de San Isidro Labrador para que esto se pueda dar, porque este Templo viene a ser un lugar de encuentro para toda la comunidad para decirnos que San Isidro nos está cuidando y protegiendo”, concluyó el sacerdote.
Roberth Arámbulo
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