La celebración fue presidida por Mons. Edgar Peña Parra, Sustituto de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, quien además es hijo ilustre del Saladillo.
A las 5 p.m. se abrieron las puertas de la Basílica, saliendo el cortejo litúrgico para iniciar la Eucaristía Pontifical. Abriendo se encontraban los seminaristas portando la cruz procesional con ciriales, y seguidamente los diáconos y presbíteros de la Arquidiócesis marabina, continuando con la presencia de varios Obispos, entre los que podemos mencionar a Monseñor José Luis Azuaje, metropolitano de Maracaibo, Monseñor Ubaldo Santana, emérito de Maracaibo, o Monseñor Helizandro Terán, coadjutor de Mérida.
Luego del Colegio Episcopal, salía la Reliquia de la Virgen de Chiquinquirá a hombros de los Servidores de María, luciendo un exorno floral de color rojo, con el manto del Corazón de Jesús y entronizada en su trono primitivo de ángeles, obra del artista zuliano Julio Árraga.
La celebración inició con la bienvenida a Monseñor Edgar Peña por parte del Presbítero Nedward Andrade, párroco y rector de la Basílica. Seguidamente el prelado hizo entrega de la “Rosa de Oro” a la Virgen de Chiquinquirá. Esta es la distinción más grande que hace el Vaticano a alguna imagen, devoción, lugar, Templo o persona, ello debido a la importancia que tiene dentro de la Iglesia, siendo conferida por el Papa Francisco a La Chinita a propósito de conmemorarse el 125 aniversario de la creación de la Diócesis del Zulia, los 313 años de la renovación milagrosa de la tablita, y el 80 aniversario de la Coronación Canónica.
En su homilía, Peña recordó la devoción mariana que hay en la Iglesia venezolana: “El pueblo sabe que encuentra a María en la Iglesia (…) Ella anuncia a Jesús y lo muestra como Maestro y Salvador, invitándonos a vivir los misterios en nuestra propia experiencia cristiana (…) con el Rosario anuncia a Cristo y recuerda la importancia de la oración, del rezo diario del Rosario”, afirmó.
Por otra parte, continuó su prédica refiriéndose a otros aspectos sociales de la Iglesia: “Familia que reza unida permanece unida. Defendamos la familia, comprometámonos a salvaguardar sus preciosos vínculos”, “cuidemos los jóvenes, que son el futuro de Venezuela (…) jóvenes, no se dejen seducir por lo que aparece, en Cristo encuentran una roca firme”, “tenemos urgencia de orar por la paz en el mundo, con la guerra todo se pierde y con la paz todo se gana”, expresó.
Para finalizar agradeció a la Virgen de Chiquinquirá por sus “bendiciones y gracias, y todo el bien que Ella procura para cada uno de nosotros, todos los días”, “gracias por tu presencia desde hace tres siglos”, concluyó.
Al momento del ofertorio, se ofrendó: una corona simbólica en referencia al aniversario de este acto solemne; las partituras originales del himno, que fue interpretado brevemente por la Banda Rafael Urdaneta; las subregiones zulianas, donde se observan las riquezas de nuestras etnias; y la Cruz peregrina de los jóvenes, haciendo mención del próximo Enajó 2023.
Al finalizar la Eucaristía, Mons. Edgar Peña agradeció la invitación de Mons. Azuaje para presidir la ceremonia, haciendo mención también de los 200 Niños Cantores del Zulia, que fueron los encargados de amenizar la celebración y que se encuentran hoy de aniversario.
Mons. Helizandro Terán fue el encargado de renovar la Consagración del pueblo zuliano a su Patrona, con unas emotivas palabras entre los aplausos de los fieles, mientras que Mons. Azuaje aperturó el año preparatorio para el Enajó 2023.
Tras la venia del señor Arzobispo de Maracaibo, los servidores de María iniciaron la procesión patronal con la venerada tablita, mientras los Chiquinquireños homenajeaban con su música a la Virgen.
¡Que Viva La Chinita!
Allan Sillie
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