Uno de los espacios de la agenda que lleva la CXIX Asamblea Ordinaria Plenaria del Episcopado Venezolano, fue la realización de un retiro espiritual, dirigido en esta oportunidad por el Padre Alfredo Infante, S.J. Provincial de la Compañía de Jesús en Venezuela.
El padre Infante durante su disertación, para la posterior meditación de los Obispos, inició con un análisis del Concilio Vaticano II, por lo que dio a conocer la novedad de los ejes estructurales y el contexto sinodal del mismo, que no es otra cosa sino la invitación a la iglesia a caminar siempre del lado de sus fieles y a renovarse, a buscar nuevos aires sin dejar de lado su esencia.
Presentó también para la meditación el capítulo 14 del Evangelio de Mateo, el cual narra el ministerio de Jesús en Galilea y relata las circunstancias que llevaron a la muerte de Juan el Bautista. “En este capítulo se aprecia la dinámica del poder en el mundo, como el inocente siempre es sacrificado por intereses personales o de cualquier índole, pero también se observa a un Jesús que siente el dolor por la muerte de Juan El Bautista y piensa en retirarse para conversar con su padre, pero la multitud no se lo permite. La gente llega de todos lados, lo interceptan y le piden que los sane y Jesús en medio de su dolor, siente compasión y misericordia por la muchedumbre y los atiende, además al final de la tarde les dice a sus discípulos que le den de comer y es cuando obra el milagro de la multiplicación de los panes.
Expresaba a los obispos el padre Infante, que su juicio, este capítulo, a su juicio, está relacionado con la situación actual del país y la actitud que los miembros de la iglesia deben tener, que, pese al dolor, hay que volver a Jesús y ser signos de esperanza en nuestros tiempos.
Finalizó recordando que la misión de la Iglesia es acercarse “el país está en duelo, como estaba Jesús, pero nuestra misión es acercarnos; el país experimenta la orfandad, nuestra misión es acompañar; el país está dividido, tendamos puentes de unidad para el encuentro de los venezolanos; el país está herido por el odio y el resentimiento, nuestra misión es reconciliar e invitar a perdonar, pues problemáticas sociales dejan heridas espirituales y la misión de la iglesia es consolar, entender y restaurar la vida de nuestro pueblo”.
Mons. Moronta “nuestro compromiso conlleva el anuncio de la Palabra “a tiempo y a destiempo”
La jornada de retiro espiritual concluyó con la celebración eucarística, presidida por Mons. Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal y Primer Vicepresidente de la CEV, en la capilla de la Casa Mons. Ibarra, sede de la CEV, a las 11:30 am.
Durante la homilía, Mons. Moronta expresó “culminamos hoy el período de la Navidad y nos abrimos al tiempo ordinario del Año Litúrgico. Lo hacemos en el marco de una fraterna jornada de retiro que nos permite reafirmar nuestro compromiso como ministros de la Iglesia y pastores del pueblo de Dios. La Liturgia nos invita hoy a seguir lo sugerido por la Lectura: VER AL SEÑOR JESUS, y reconocer quién es Él.
También hizo referencia a que los textos de la Palabra que se presentan, “nos desafían nuevamente”. “Está claro que para poder hablar de Jesús y evangelizar, sencillamente hemos de conocerlo: A Él y su Evangelio. Ese conocimiento debe responder a la invitación del profeta: “verlo”; esto es, contemplarlo. No se limita sólo a un estudio de la cristología, por supuesto necesario para profundizar en el misterio de Cristo. Contemplarlo implica muy bien el identificarse con Él. No nos debería resultar difícil, ya que por el bautismo estamos identificados con Él… y por nuestra ordenación, hemos sido configurados también a Él”, expresó el primer vicepresidente de la CEV.
Exhortó a los demás a sus hermanos en el episcopado a “edificar también el Reino de justicia, paz y amor. Es lo que debemos hacer sin temores ni timidez”.
Prensa CEV
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