En la Audiencia general de esta mañana, el Papa Francisco señaló que “si la vida cristiana pierde de vista el horizonte del anuncio, se enferma” y aseguró que la misión “es el oxígeno de la vida cristiana: la tonifica y la purifica”.
Este miércoles 11 de enero, el Papa Francisco comenzó un nuevo ciclo de catequesis acerca de “la pasión por la evangelización”, donde subrayó que, sin celo apostólico, la fe y la vida cristiana se enferman.
El Santo Padre recordó que “la comunidad de los discípulos de Jesús nace apostólica, misionera” y advirtió sobre el “proselitismo”, algo totalmente contrario a la evangelización.
Resaltó, además, que si “la vida cristiana pierde de vista el horizonte del anuncio, se enferma: se cierra en sí misma, se vuelve autorreferencial, se atrofia”.
“Sin celo apostólico, la fe se marchita. Sin embargo, la misión es el oxígeno de la vida cristiana: la tonifica y la purifica”, indicó a continuación.
A partir de la conversión de Mateo, el Papa Francisco explicó que “era un recaudador de impuestos: en otras palabras, un traidor del pueblo”.
Sin embargo, “a los ojos de Jesús, Mateo es un hombre, con sus miserias y su grandeza”.
“Estar atentos a esto -pidió el Papa-. Jesús no se queda en los adjetivos, siempre busca los sustantivos, Jesús va a la persona, a la sustancia, al sustantivo, nunca al adjetivo”.
Para Francisco, “esta mirada de Jesús, que es bellísima, que ve al otro, sea quien sea, como un destinatario de amor, es el inicio de la pasión evangelizadora”.
“Todo parte de esta mirada, que aprendemos de Jesús. Podemos preguntarnos: ¿cómo es nuestra mirada hacia los otros? ¡Cuántas veces vemos los defectos y no las necesidades; cuántas veces etiquetamos a las personas por lo que hacen o piensan!”, lamentó.
“Esta no es la mirada de Jesús: Él mira siempre a cada uno con misericordia y predilección”, aseguró el Santo Padre.
“Se levantó”
Tras la mirada de Jesús, el Papa habló del momento en el que Jesús levanta a Mateo y “lo hace dejar una posición de supremacía para ponerlo a la par con los hermanos y abrirle los horizontes del servicio”.
“Esto hace Cristo y esto es fundamental para los cristianos”, aseguró el Papa Francisco.
En este sentido, animó a preguntarnos si como discípulos y como Iglesia “estamos sentados esperando que la gente venga o sabemos levantarnos, ponernos en camino con los otros, buscar a los otros”.
Además, dijo que “esperar a que vengan” es una posición que no es cristiana, ya que hay que ir en busca de los otros y dar el primer paso.
“Nuestro anuncio empieza hoy”
Después de la mirada y el movimiento, el Papa Francisco destacó “una meta”.
Explicó que la vida de Mateo no cambia rápidamente, sino que, al contrario, “vuelve a su ambiente, pero vuelve cambiado y con Jesús”.
“Su celo apostólico no empieza en un lugar nuevo, puro e ideal, sino ahí donde vive, con la gente que conoce”, subrayó el Santo Padre.
Francisco señaló entonces que “este es el mensaje para nosotros: no debemos esperar ser perfectos y tener hecho un largo camino detrás de Jesús para testimoniarlo; nuestro anuncio empieza hoy, ahí donde vivimos”.
“Y no empieza tratando de convencer a los otros, sino testimoniando cada día la belleza del Amor que nos ha mirado y nos ha levantado”, precisó.
“Será esta belleza, comunicar esta belleza, lo que convencerá a la gente. No nosotros, el mismo Jesús”, añadió el Sucesor de Pedro.
El Papa Francisco insistió en que nosotros anunciamos al Señor, “no nos anunciamos a nosotros mismos ni anunciamos un partido político, una ideología, no, a Jesús”.
“Ponemos en contacto a Jesús con la gente. Sin convencerlos, dejemos que el Señor les convenza”, pidió el Santo Padre.
Además, recordó unas palabras del Papa Emérito Benedicto XVI y dijo que nos enseñó que “la Iglesia no hace proselitismo”.
También subrayó que la Iglesia “crece mucho más por atracción”.
Por último, afirmó que “este testimonio atractivo y alegre es la meta a la que nos lleva Jesús con su mirada de amor y con el movimiento de salida que su Espíritu suscita en el corazón”.
Al finalizar su catequesis, recordó que en los últimos días hemos dado gracias a Dios por la persona, la enseñanza y el ejemplo del Papa Emérito Benedicto XVI.
El Papa Francisco pidió que “su fe estimule el crecimiento espiritual” de los fieles, “basado en la verdad del Evangelio y en el amor fraterno y testimoniado en el entorno familiar, laboral y social”.
ACI Prensa
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