Colegio San Ignacio: 100 años

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El pasado día domingo, 8 de enero, el Colegio San Ignacio de Loyola, cumplió 100 años de fundado

Al celebrar el aniversario del colegio, felicitaciones a todos los ignacianos que le ha dado buenos hijos al país para su desarrollo y modernización. Más y mejor vida al Colegio San Ignacio y a los que lo componen

Jesús Mazzei Alfonzo:

El pasado día domingo, 8 de enero, el Colegio San Ignacio de Loyola, cumplió 100 años de fundado. En efecto, cuando una institución u organización, cumple los años que cumple nuestro querido y recordado colegio el San Ignacio de Loyola, debemos estar de plácemes, regocijo; entre otras razones, primero, porque es el logro de unos objetivos que se comprometieron los primeros jesuitas que llegaron a Venezuela en 1916, luego de los años de proscripción de la congregación en el país, luego, por lo que significó para la modernización de la educación primaria y secundaria en un país, como la Venezuela de Gómez, que estaba huérfana de instituciones educativas de primer nivel para la preparación de las futuras generaciones de venezolanos, se inicia y como expresa muy acertadamente el padre Ugalde”… Empezamos el curso escolar 2022-2023 con la educación nacional en ruinas y con los educadores maltratados. En este curso se cumplen los 100 años de la fundación (1923) del colegio San Ignacio en el centro de Caracas. Entre temores y esperanzas abrió sus puertas con unas decenas de niños. Incluso en el gobierno de Juan Vicente Gómez había división: unos se opusieron a que esa mala semilla entrara y otros, como los ministros Arcaya y Vallenilla Lanz no solo apoyaron, sino que lo escogieron para educar a sus hijos.

El colegio creció y se afianzó con discreción y silencio, pero luego de la muerte de Gómez (1935) jóvenes de la naciente democracia (los cercanos a la “izquierda marxista” y también los de la “derecha liberal”) coincidían en la necesidad de expulsar del país a las pocas decenas de jesuitas dedicados a la labor pastoral de catequesis, retiros y Ejercicios Espirituales y dos pequeños colegios en Caracas y Mérida. Pero Venezuela tenía tareas más importantes que la de perseguir mitos y fantasmas, y la expulsión quedó engavetada o aplazada hasta la Constituyente de 1946 donde se debatía el diseño de la deseada democracia y tantas veces abortada desde 1811. Cuando en la Constituyente algunos comunistas y adecos exigían la expulsión de los jesuitas, no faltaron defensores elocuentes como Rafael Caldera

Arístides Calvani. Los jesuitas se mantuvieron en silencio.

En ese mismo momento un visionario caraqueño P. Carlos Guillermo Plaza, S.J. estaba soñando y venciendo obstáculos para abrir una universidad católica en Caracas. Tuvo que persuadir a los obispos y a los propios jesuitas que, convencidos de que faltaban los medios materiales, las fuerzas humanas, el clima y autorización para dar el salto a una universidad católica. Sin embargo, en 1953 luego de 148 años de la 1ªRepública se autoriza por primera vez la existencia de universidades “privadas”. Así nace la Universidad Católica en Esquina de Jesuitas muy modestamente, sin recursos, en casa prestada y con un futuro incierto con el P. Plaza de rector y con un par de centenares de alumnos…” Eso fueron los jesuitas en sus primeros años. El 16 de septiembre de 1920, el padre Wlodomiro Ledochowski s.j autoriza la fundación del colegio. Su primer rector fue el padre Luís Zumalade s.j. Ignacianos habrá involucrados en los hechos del año 1928: Carlos Alfonso, Federico Hellmund, Luis Enrique Olarte, Arnaldo Morales, Claudio Carasquero, Carlos Parisca, y Gerado Sansón La educación jesuítica es exigente se educa no sólo con la pedagogía jesuítica, sino inculcando conocimientos para preparar a los jóvenes para las diferentes carreras universitarias y para ser sobre todo buenos ciudadanos. Valores como el patriotismo, la solidaridad, el compromiso, responsabilidad y el servicio, son parte de los valores que siembran los jesuitas en sus alumnos.

Que puedo decir que me dejó el colegio, primero, amigos entrañables de la promoción del año 1977, hermanos de la vida. Recuerdo a los que ya a partieron prematuramente, que culminaron su ciclo vital, jóvenes y frescos, los evoco con cariño y nostalgia. En el colegio, madure la decisión de estudiar ciencias políticas en el segundo año de bachillerato, en 1973, coincidencialmente el año que la escuela de estudios políticos de mi alma mater, la UCV abre sus espacios para los que se quieran especializar en ciencias políticas, que este año arriba a los 50 años de fundada en la mencionada escuela de la UCV. Por otra parte, cariño y devoción por algunos profesores y maestros que marcaron a lo largo del paso del tiempo mi andadura por el colegio: El padre Pedro Galdos, el hermano Calvo, el Profesor Jacinto Aguirre Pirro, Profesor Esteban Bernal, Luís González Brito en inglés, el padre Lorenzo Mendoza, el padre Benito Azcune, mi querida profesora de historia Beatriz Santamaria entre otros, que recuerdo con afecto y nostalgia. Siempre estaré agradecido por los valores impartidos y enseñanzas recibidas.

La celebración del colegio es un momento para la reflexión por el futuro del colegio, su inserción en un mundo moderno, cambiante y complejo de los grandes cambios mundiales y tecnológicos, que amerita dar a sus estudiantes una educación que mantenga la premisa de ser crítica y propositiva, democrática, de altos valores cívicos y que nos muestre el vigoroso colegio que es. Debo dar las gracias sobre todo por los amigos que me dejo y el legado a una Venezuela, más moderna y democrática.

Culminó con unas palabras del padre Ugalde, de nuevo, “…El naciente colegio San Ignacio en 1923 era una modesta semilla, que se expandió para dar nacimiento a la UCAB, a colegios similares en Mérida, Maracaibo, Barquisimeto y Ciudad Guayana, a institutos técnicos como Jesús Obrero con diseño original y aplicado, y a los cientos de centros educativos de Fe y Alegría. Todo esto es posible porque más allá de un centenar de jesuitas hay decenas de miles de laicos contagiados por el virus positivo de la educación solidaria con respuesta creativa a las necesidades y con muchos de miles de antiguos alumnos deseosos de multiplicar lo que ellos recibieron…” amar y servir.

En suma, recuerdos de los juegos de fútbol, los intercalases de béisbol y fútbol, las clases de natación con el inolvidable Diego Seguí, las excursiones del CEL al Avila, los retiros en Ocumare de la Costa, las dos olimpiadas Loyola-La Salle acérrimo rival del colegio en fútbol, los 50 años del colegio que vivimos allí estudiando y que fue inolvidable y quedan testimonios audiovisuales de esos años bajo la rectoría del padre s.j Dionisio la Huerta, en fin, un sinnúmero de recuerdos que nos lluevan a nuestra infancia y adolescencia. El colegio, nos dio buena educación de ciudadanía, de conocimientos en historia, castellano, matemática etc y educación cívica. Al celebrar el aniversario del colegio, felicitaciones a todos los ignacianos que le ha dado buenos hijos al país para su desarrollo y modernización. Más y mejor vida al Colegio San Ignacio y a los que lo componen.-

jesusmazzei@gmail.com

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