Francisco ha recibido en audiencia a los participantes en la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias
“Llegar a todos con el amor infinito de Dios, que no excluye a nadie”. Esta es la misión evangelizadora de la Iglesia, tal como lo ha recordado el papa Francisco en una audiencia con los participantes en la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias, que ha tenido lugar este sábado y en la que les ha animado a contemplar siempre el corazón de Jesús, cuya solemnidad se celebra precisamente en este mes de junio, ya que haciéndolo “podemos reflexionar sobre el carisma y la misión de las OMP”.
“En el corazón traspasado del Crucificado podemos descubrir la medida infinita del amor del Padre, que nos ama con amor eterno; nos llama a ser sus hijos y a participar de la alegría que tiene su fuente en Él; nos viene a buscar cuando estamos perdidos; nos levanta cuando caemos y nos hace renacer de la muerte”, ha señalado Francisco.
Esto es, precisamente, lo que “Jesús nos ha enseñado a lo largo de su vida: su compasión por los que estaban heridos; su conmoción ante el dolor; la misericordia ungiendo a los pecadores; su inmolación por el pecado del mundo”. Por ello, como cristianos “hemos sido enviados para continuar esta misión: ser signo del Corazón de Cristo y del amor del Padre, abrazando al mundo entero”.
“Las OMP, entonces, no son una mera agencia de distribución de fondos para los necesitados de ayuda”, ha recordado el Papa, “sino una realidad llamada a sostener la misión evangelizadora de la Iglesia universal y de las Iglesias locales y a alimentar el espíritu misionero en el Pueblo de Dios”.
Perspectivas y sueños para la renovación
Así pues, Francisco les ha animado a “intensificar aún más, con la audacia y la fantasía del Espíritu Santo, las diversas actividades de animación, información y formación del espíritu misionero. Los invito a promover la responsabilidad misionera de los bautizados, potenciando la red capilar de las direcciones nacionales, tanto en los países de primera evangelización como en los de antigua tradición cristiana”.
Por último, el Papa ha señalado que “el sueño más grande es el de una cooperación misionera cada vez más estrecha y coordinada entre todos los miembros de la Iglesia”. “Los confirmo en su llamada a convertirse en fermento, para ayudar a promover y fomentar el estilo misionero en la Iglesia y apoyar las obras de evangelización”, ha aseverado.
Vatican News
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