La celebración de Corpus Christi es una festividad religiosa que tiene lugar el jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, en honor al sacramento de la Eucaristía. Esta festividad se celebra en todo el mundo católico y es una de las más importantes del calendario litúrgico.
Durante la celebración de Corpus Christi, los fieles católicos tienen la oportunidad de renovar su fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía y de adorar y venerar este sacramento. Como dijo San Agustín, “nadie come de esta carne sin antes adorarla” (Sermón 227). Es una ocasión para reflexionar sobre la importancia de la Eucaristía como fuente de vida y como medio de unión con Cristo y con los demás miembros de la Iglesia.
La celebración de Corpus Christi se remonta al siglo XIII, cuando la religiosa belga Juliana de Cornillon tuvo una visión en la que se le mostraba la necesidad de una fiesta en honor a la Eucaristía. El papa Urbano IV instituyó la festividad en el año 1264, y desde entonces ha sido celebrada en todo el mundo.
El Corpus Christi es una oportunidad para que los fieles católicos renueven su fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Como dijo el apóstol Pablo, “el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?” (1 Corintios 10:16). La Eucaristía es una forma de unión con Cristo y con los demás miembros de la Iglesia.
Esta festividad de Corpus Christi, cuya celebración debe ser este jueves, por razones pastorales se traslada e algunas partes del mundo, para el próximo domingo, es una oportunidad para que los católicos renueven su fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía y para adorar y venerar el sacramento de la Eucaristía. Como dijo el Papa Francisco en una homilía en 2016, “la Eucaristía es la fuente y la cumbre de toda la vida cristiana” (Homilía, 23 de junio de 2016).
José R. Espina F.
La Grey Digital
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