El 29 de junio de este año se cumplirán 104 años del fallecimiento de nuestro Beato, el Doctor José Gregorio Hernández. En el año de 1945 su sobrino Ernesto Hernández Briceño realizó un libro que lo tituló: “Homenaje al Doctor José Gregorio Hernández”.
Este libro que sirvió de fuente inspiradora para que se iniciara el Proceso para la Causa de su Canonización, fue impreso en el año 1948. En él se encuentran muchos detalles de su vida, así como también de sus exequias.
Los días 30 de junio y 1 de julio, salieron muchos comentarios en la prensa nacional. Les expondré aquí algunos de ellos y así podremos calibrar, lo sentido que fue para el pueblo venezolano tan lamentable acontecimiento.
Boletín Oficial
Ministerio de instrucción Pública
Dirección de Instrucción Superior y Especial
Caracas 29 de junio de 1919
110° y 61°.
Resuelto:
Dispone el ciudadano Presidente Provisional de la República que para rendir el homenaje que merece las altas virtudes ciudadanas y las preclaras dotes científicas de quién fue en vida el Doctor José Gregorio Hernández. Profesor de la Facultad de Medicina desde el año 1890, sea trasladado al cadáver del extinto al Paraninfo de la antigua Universidad Central, donde permanecerá en Capilla Ardiente hasta la hora de los funerales; y qué tan lamentable fallecimiento sea motivo de duelo para las Facultades de Estudios Superiores existentes en el País.
Comuníquese y publíquese.
Por el Ejecutivo Federal
R. González Rincones
Duelo de la Patria y de la Ciencia
El Doctor José Gregorio Hernández es víctima de un accidente de automóvil. El fallecimiento del eminente médico y filántropo, causa honda consternación en Caracas. Insólitas manifestaciones de duelo.
Nota Editorial.
Un accidente desgraciado acaecido en las primeras horas de la tarde de ayer arrebató la existencia al doctor José Gregorio Hernández, eminente médico venezolano, querido y respetado generalmente tanto por su profunda sabiduría como por las nobles y generosas virtudes que eran ornato de su espíritu.La noticia del suceso cundió profundamente por la ciudad, sembrando en todos los ánimos la más sincera y viva pesadumbre. La casa del eminente médico y filántropo fue el punto y el lugar de reunión de cuántas personas sabían el fatal acontecimiento, y el pueblo de Caracas que el ilustre desaparecido socorriera tan pródigamente con su Ciencia y su Caridad inagotable, desfiló ante el cadáver en generoso apresuramiento dictado por la intensidad de su dolor.El Doctor Hernández ocupaba en la sociedad caraqueña un lugar eminente y en ella disfrutaba de hondas simpatías que le tenían granjeada los altos timbres de su honorabilidad, su vida ejemplar, su carácter bondadoso y la amplitud y profundidad de sus conocimientos científicos…
Vida Social
La muerte del doctor Hernández, ha conmovido profundamente el corazón de Caracas, y campanada doliente que ensombrece los hogares tendrá repercusión en toda la República, porque Hernández era una gloria nuestra, alzada sobre el soberbio pedestal de auténticos merecimientos.
Si fue grande y vastísimo su saber, infinita fue su caridad; y la Ciencia y la Caridad eran como las alas de su noble corazón para volar en auxilio de los necesitados…
La Sociedad y El Pueblo de Caracas Tributaron ayer una Manifestación sin Precedentes a la Memoria del Dr. José Gregorio Hernández
En muchos años la sociedad de Caracas no presenciará una manifestación de duelo más solemne, unánime y espontánea, que la tributada ayer a la memoria del doctor José Gregorio Hernández durante los actos diversos a que diera motivo su enterramiento.
Los nobles sentimientos del pueblo brillaron con la misma intensidad que los altos merecimientos del sabio y filántropo incomparable, arrebatado en hora trágica al ejercicio de la caridad y de la ciencia, en consorcio admirable por lo singular. Pocas vidas han cumplido su misión de bondad y de amor entre nosotros, con devoción más perfecta y más dulce ingenuidad.
Compréndase así como la noticia de su muerte adquirió desde los primeros momentos carácter de catástrofe social, irreparable en sus daños, puesto que arrebataba de las actividades de la existencia a un ejemplar humano de los llamados a dejar huella indeleble de lágrimas y de luz.
Cuando pasados los años se ahonde en la serenidad del juicio crítico en el significado de esta vida meritoria, el nombre del doctor Hernández aparecerá ante los venideros como un ejemplo de lo que puede entre los hombres la obra del bien cuando éste se haya dirigido por irresistibles impulsos de la vocación, y su figura adquirirá el prístino relieve de la estatua…
(Estatua develada el 30 de abril 2021 en la Plaza La Candelaria- Caracas)
El desfile comenzó desde el propio momento de ser colocada la urna en el catafalco, respetuoso e interminable. Puede decirse que toda la ciudad dejó al pasar frente al féretro un tributo de lágrimas de sentida emoción, de férvidos elogios.
Una hora antes de la fijada para el entierro, la Plaza de la Ley y los alrededores todos del Capitolio bullían como nunca, pleno de gente. Sería tarea ardua describir con exactitud lo que allí pasaba. Tendidas las escuelas de las niñas desde la Universidad hasta Las Monjas, en doble ala blanca, como sus ensueños, cada una de ellas tenía en sus manos una corona de aquel río de flores que se desbordó desde los cármenes avileños para formar un remanso perfumado sobre la tumba del humilde sabio…
Los Colegios inician el desfile del cortejo que conduce el féretro de la Universidad Central de Caracas
A las siete llegó el fúnebre convoy al Cementerio guiado por una profusión de antorchas improvisadas que hacía retrotraer la imaginación hacia los conmovedores entierros de los días coloniales. A la luz de esas antorchas, en ambiente cuya solemnidad pesaba sobre los espíritus entristecidos quedó para siempre en el regazo de la tierra que él amó con todos sus amores, el que fué sostén de infelices, amparo de gente humilde, sabio cuya cúspide contrastaba por lo alto con su modestia: el Doctor José Gregorio Hernández.
Compañeros, amigos, discípulos, le dieron un adiós conmovido en palabras llenas de sentimiento y de verdad.
Descanse para siempre a la sombra de los verdes cipreses, tan caraqueños como su corazón.
A continuación, dos opiniones de testigos presenciales y extraordinarios personajes.
Dr. Luis Razetti (1862-1932)
No obstante que el Dr. Hernández y yo pertenecemos a escuelas filosóficas diametralmente opuestas, una sincera amistad nos ha unido siempre, y yo me he complacido en toda época; en proclamar los indiscutibles méritos que posee como Profesor, como hombre de ciencia y como ciudadano de conducta inmaculada; en la presente ocasión mi aplauso puede extrañar a las almas inferiores, a las que el fanatismo religioso oscurece, hasta el punto de no conceder a los materialistas ni un solo sentimiento noble, pero el Dr. Hernández, que posee un concepto más elevado de la honorabilidad de los hombres, no verá en estas líneas sino.-un tributo de justicia y una débil manifestación del aprecio en que siempre lo he tenido…
…Treinta y un años consagrados al perfeccionamiento del espíritu por el estudio de los inmutables, principios de la ciencia, y la meditación sobre los aún indescifrables misterios de la vida y la muerte; treinta y un años consagrados a la práctica del bien, bajo las dos más hermosas formas de la calidad: derramar la luz desde la cátedra de la enseñanza y llevar al lecho del enfermo, junto con el lenitivo del dolor, el consuelo de la esperanza; treinta y un años consagrados al cumplimiento del deber en el ejercicio de la medicina con la incomparable abnegación de un verdadero filántropo de otras épocas y sin haber jamás proferido una queja contra la inagotable ingratitud de los hombres… constituyen la síntesis de la vida de este gran hombre, que, al desaparecer hoy del mundo de los vivos, no deja ni una mancha, ni una sombra en el armiño eucarístico de su obra, excelsa, fecunda, honorable y patriótica, toda llena del más puro candor y de la más inquebrantable Fe…
El 15 de julio de 1.919 a muy escasos días de la desaparición física del Doctor José Gregorio Hernández. El Maestro Don Rómulo Gallegos expresa su dolor con estas palabras:
Rómulo Gallegos (1.884-1.969)
Bendita muerte la de este hombre que nos ha hecho vivir horas intensas de elevación espiritual. El frívolo corazón de la ciudad, el alma disipada, adolecida de pesimismo y de indiferencia de nuestro pueblo ha sido tocada y conmovida hasta el fondo por el soplo aciago de la tragedia. Lágrimas de amor y gratitud, angustioso temblor de corazones quebrantados por el golpe absurdo y brutal que tronchara una preciosa existencia, dolor, estupor, todo esto formó en torno al féretro del Dr. Hernández el más hermoso homenaje que un pueblo puede hacer a sus grandes hombres” … “No era un muerto a quien se llevaban a enterrar; era un ideal humano que pasaba en triunfo, electrizándonos los corazones. Puede asegurarse que en pos del féretro del Dr. José Gregorio Hernández todos experimentamos el deseo de ser buenos…
Inolvidable tarde aquella en que el frívolo corazón de la ciudad tuvo una palpitación generosa y puso en sus vuelcos el dolor de la muerte del Doctor Hernández. Fue un momento puro, contra cuya virtud redentora no prevalecerán las horas de desaliento. Indudablemente, solo el bien es hermoso y amable.
Atenas, 15 de julio de 1919, N°235.
Conclusión:
El Papa Francisco nos Recuerda que quien de verdad quiera dar Gloria a Dios con su vida, quien realmente anhela satisfacerse para que su existencia glorifique al Santo, está llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de la misericordia y sirviendo a Jesús en el prójimo. Esto fue lo que hizo el Dr. Hernández, dejando un testimonio de que vale la pena vivir la propia profesión al servicio del prójimo.
Alfredo Gómez Bolívar
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